Noche de bodas - Kozume Kenma

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Debía de hacer el de Kenma, a mi siempre me mata él.

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Seúl, Corea del Sur.

Por primera vez en su vida Kozume Kenma no había tocado un dispositivo electrónico durante largas horas. En realidad su atención durante ese día había estado totalmente focalizada en su extenuante ceremonia de bodas, seguida de un viaje no muy largo a Seúl. Se encontraba sentado en la oscuridad intima de un taxi que lo conducía por las iluminadas calles de la gran metrópoli para llegar al hotel destinado.

Recostada en el hombro del hombre con melena teñida estaba su "esposa". Una palabra extraña para Kenma; debería de familiarizarse pronto y agregarla a su vocabulario cotidiano. Le parecía tan surrealista haber dado un paso tan gigantesco como ese: unir su vida a la de otra persona. Honestamente, el antiguo armador de Nekoma había considerado pasar su vida soltero, pues el estar en una relación de pareja era cansado, rutinario y pensándolo analíticamente, tenía muchas cosas negativas. No obstante, luego de conocer al remolino que era [_______] su visión de las cosas cambió. Estar con aquella mujer era como una montaña rusa y, debía de confesar que jamás se aburría. [_______] siempre salía con alguna idea nueva, nunca fallando en sorprender al rubio. En ocasiones las dudas inundaban a Kozume; creía no poder seguir el ritmo de su pareja y se veía abrumado por todos los sentimientos nuevos que le generaba la mujer. Ese día, todas las dudas se disiparon cual humo al verla radiante, caminando hacia el altar, brillante y sonriente.

¿Estaba bien ser codicioso? Sus ojos dorados no habían dejado de ver a [_______] en ningún momento del día. Incluso en la oscuridad del coche en movimiento podía ver las facciones  de su amada, todo gracias a su buena visión cual gato. La respiración en calma de la durmiente acompañante tranquilizaba a Kenma, convencido de que había tomado la mejor decisión de su vida.

Aproximadamente media hora más tarde, el auto en movimiento se detuvo frente a un gigantesco edificio de apariencia moderna, por fin arribaron al lugar donde se hospedaría. [_______] despertó automáticamente al sentir el motor dejar de vibrar en el asiento. Separó su cabeza del hombro del jugador, abrió sus adormilados ojos y le regaló una pequeña sonrisa a su compañero.

- ¿Por fin llegamos? - preguntó la aletargada mujer lanzando un pequeño bostezo. Kenma en cambio la miró sin expresión, eso hasta que se acercó furtivamente a ella y la besó irresistiblemente. [_______] parpadeo sorprendida, pero se rindió ante la descarada y desconcertante acción de su amante. La lengua dominante de Kenma exploró cada rincón en la cueva húmeda de [_______], quien lanzaba leves gemidos casi inaudibles que buscaban salir de su garganta. El intercambio de calor duró hasta que los dos necesitaron oxígeno. La pareja se separó y por fin Kozume sonrió resuelto. Era una de esas sonrisas taimadas que el armador lanzaba de vez en vez.

Como si un interruptor se hubiera activado luego de ver la jovial risa de la mujer, en esos momentos el jugador se había tornado en un gato fisgón, curioso. Intruso en una ciudad nueva que deseaba conocer en su totalidad. La piel de [_______], los pequeños lunares, marcas, gestos, todo. Quería conocer todo y esa noche lo haría.

Tal vez la curiosidad podía matar a un gato, pero esa noche él se sentía más vivo que nunca.

Haikyuu x lector - Fanfics - PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora