Noche de bodas - Bokuto Koutarou

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Gracias a todos aquellos que leen estas humildes historias. Como era debido, primero Akaashi y luego Bokuto.


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Palermo, Italia.

[_______] cubrió su rostro rojizo con sus dos manos, en un intento por demás fallido de ocultar los nervios que sentía. Desde que habían arribado a la ciudad costera de Palermo, el lugar donde los recién casados pasarían su luna de miel, Bokuto no dejo de sofocar a la mujer con la intensidad de su amor. Paseando por las calles durante el día y caminando por la playa al atardecer, el efusivo jugador no paraba de gritarle al mundo que por fin estaba casado con la mujer de sus sueños.

"¿Ya vio a mi esposa, señor?" "Nos casamos hace poco" "¡¿A caso no es la más hermosa?!" Todas esas cosas y muchas otras salían de la boca de Koutarou cada que se detenían en un puesto, estaban en algún restaurant o alguna persona los volteaba a ver. La mujer amaba con devoción a su perspicaz pareja, pero no era inmune a la pena que le provocaban sus comentarios.

Tras horas de explorar la popular ciudad, los amantes decidieron regresar al hotel donde se hospedaban. Sin perder ningún segundo, Bokuto cargó de forma nupcial a su amada, sorprendiendo a [_______], quien sentía desfallecer en los fuertes brazos del rematador. Koutarou subía los peldaños de las escaleras ignorando el elevador, todo para alardear de su fuerza sin importarle la cantidad de pisos que distaba el vestíbulo de su habitación. Largo rato después, cuando arribó al pasillo donde se hospedaban, detuvo su andar frente a su cuarto y observó por largo tiempo a [_______], sin dejar de sostenerla con fuerza.

- ¿Qué tanto miras Bokuto? – interrogó [_______] sintiendo un gracioso cosquilleo en sus mejillas.

- De verdad, no puedo creer que estemos casados – respondió con gran ímpetu el aludido. Sus ojos dorados no dejaban de mirar a la mujer; eran los brillantes orbes de un búho observando a su botín en la oscuridad de la noche. [_______] parpadeó sorprendida un par de veces y, cuando regresó a la normalidad, le dedicó una amplia sonrisa que dejo noqueado al hombre.

Presa de sus instintos, Bokuto abrió como pudo la puerta de su cuarto, realizando circo, maroma y teatro para no dejar de cargar a [_______]. En instantes, ya había entrado al recinto que estaba exquisitamente decorado con ornamentación moderna. Aun teniendo a su esposa en sus brazos, caminó con energía hasta la gran cama que estaba al centro de la recamara, ahí colocó con delicadeza impropia a su amante, quien aún poseía un gran fulgor carmín en su tez. Posándose arriba de la mujer, Bokuto lamió seductoramente sus labios y miró con confianza a [_______]. Definitivamente haría de esa una noche inolvidable para los dos.

Haikyuu x lector - Fanfics - PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora