Capítulo 1: Bestia.

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-¡¡Atrápenla!! -grita un hombre robusto armado.

-¡Se ha metido al bosque! -avisa otro sacando un aparato eléctrico.


La chica que estaba siendo perseguida descaradamente, luego de que destruyeron el pueblo en el que estaba viviendo, se movía velozmente entre los árboles pero el peso de haber perdido su hogar la hacía correr, de vez en cuando, más lento. Las lágrimas fueron un obstáculo a la vista cuando bajó por uno de los árboles y chocó con algo que la tumbó al suelo, cuando pudo observar bien, se trataba de una chica de cabellos dorados con una intensa mirada de desprecio hacia el ser con el que se había topado. La muchacha de cabello negro frunció un poco el ceño intentando defenderse pero la voz de los soldados que venían detrás hizo que girara la cabeza y sus ojos se llenaran de pánico nuevamente. Se puso de pie como pudo y sin prestarle atención a la persona con la que había chocado continuó corriendo.

-¡Yang! -grita el hombre robusto- ¿Dónde está el maldito fauno?
La chica sólo lo miró de reojo y con su mirada llena de desinterés respondió.
-¿Qué fauno?

-¡Ts! ¡Maldita sea, por aquí no ha pasado! ¡Sigamos! -ordena y continúan corriendo.

Yang se queda mirando hacia la dirección en la que los soldados habían corrido y suspira, luego comienza a caminar en dirección contraria.

Al año, muchas cosas cambiaron: había un incremento muy grande de desempleados, pobreza, contaminación y terremotos continuos que llevaron a muchas ciudades a la ruina. Sólo la gente adinerada se mantenía medianamente bien, hasta que algún ataque terrorista les caía encima. Luego de unos meses de terrorismo las aguas comenzaron a calmarse, las guerras se detuvieron y el mundo sólo se dividió en faunos y humanos.

Ciudad Gladnis.

En el centro de la ciudad se iba a llevar un espectáculo de circo, donde todos estaban invitados. Yang se había acomodado en esa ciudad y hacía muchos que no veía un circo activo así que decidió ir con uno de sus amigos: Jhin. Un caza recompensas.

Jhin: Te ves mejor -le da un empujón amistoso mientras paga las entradas.
Yang: Hm... gracias -dice un poco desganada y con una corta sonrisa.

Ambos tuvieron buenos asientos, cercanos al espectáculo, el cual se vio muy interesante y grandioso, hasta que el dueño llamó la atención del público para anunciar un espectáculo especial.

-¡Damas y caballeros! ¡Esta noche, hemos traído desde las remotas tierras naturales, un ser fantástico que nos deleitará con su actuación! -aclama mientras cierra la conversación lanzando algo al suelo, abriendo una cortina de humo para luego dejar a la vista a aquella muchacha de cabello negro intenso, sus muñecas estaban atadas y su mirada reflejaba cansancio, pero la gente comenzó a aplaudir y apoyar la moción cuando apareció un cirquero con un látigo, azotando sus piernas y haciéndola caminar sobre una cuerda bastante elevada de altura.

Jhin se rasca el mentón y mira a Yang.
Jhin: ¿Quieres irte?
Yang se mordía el labio inferior de vez en cuando y respondió molesta.
Yang: No...

Al principio todo marchó bien pero la muchacha comenzó a perder el equilibrio, el cirquero le daba latigazos en la espalda para despertarla porque parecía que su problema era que tendía a cerrar los ojos por el cansancio, el público comenzó a arrojar basura al escenario pidiendo que trajeran algo mejor, lo que provocaba que golpearan más a la chica pero un rugido hizo entrar a la gente en pánico y una gran figura felina comenzó a ocasionar que las personas se dispersaran y empezaran a salir del lugar.

-¡Es un tigre dorado! -exclamó el dueño del circo-¡Lo quiero, atrápenlo!

Mientras los cirqueros perseguían al tigre, la chica que aún mantenía ágilmente el equilibrio sobre la soga se quedó viendo al felino con bastante atención e interés, tanta que comenzó a bajar como podía de allí pero al escucharle hablar, tanto ella como los cirqueros se quedaron inmóviles.

-¡No te acerques tonta! ¡Vete! -dice entre rugidos.

El dueño se queda algo impactado y luego toma una lanza.

-¡No es un tigre cualquiera! ¡Es un fauno! Uno muy valioso, ¿qué esperan para atraparlo? ¡Lo quiero vivo o muerto!

Una bala inesperada atraviesa al dueño del circo y los demás cirqueros se quedan quietos.

-Vete Yang, yo me encargaré de esto, vete con ella -dice Jhin apuntando hacia otro de los integrantes del circo.

Yang: Pero...

Jhin: Estaré bien, nos encontremos en el Valle de las torres antiguas en dos días, recuerda que aún me debes un trago bien fuerte -sonríe- Anda...

Yang asiente y da un gran salto sobre los cirqueros acercándose a la muchacha lentamente, la rodeó en un semicírculo, la chica se acercó al tigre y este, con una de sus garras logró desatar sus muñecas.

Yang: Sube... -se gira.

Al principio, su acompañante sólo se quedó observándola pero luego se acercó y con lentitud comenzó a subirse a la espalda del tigre. Hecho esto, salió corriendo a toda velocidad. En el camino, los ojos de Yang comenzaron a brillar.

-¿Te gusta correr? -pregunta la chica aún con el rostro cansado.

-Mucho... -admite mientras aumenta la velocidad y salta, de vez en cuando, sobre algunas cosas que se topaba en el camino.

-A mí también me gusta, sólo que, desde que me encerraron en el circo, no tuve oportunidad de volver a ir de árbol en árbol... -apoya su cabeza en el lomo del tigre sin dejar de sujetarse con fuerza y hace aparecer una sonrisa en su rostro, disfrutando cómo el paisaje pasaba a gran velocidad por sus ojos.

-Tu nombre.

-¿Eh?

-Cuál es tu nombre, conoces el mío ¿no? Quiero saber el tuyo.

La chica recordó el momento en el que los soldados la llamaron por su nombre un año atrás.

-¿Yang...?

Ella sólo se limita a asentir y continuar corriendo, bajando un poco la velocidad.

-Si... si te recuerdo, cuando tu amigo pronunció tu nombre... -se queda mirando el paisaje unos segundos y luego responde- Blake...

-Lamento no haberte ayudado antes -dice algo angustiada en relación a lo ocurrido un año atrás.

-Pensé que eras humana, no tienes rasgos de fauno -encorva un poco sus orejas hacia abajo sintiendo que podía estar ofendiéndola.

-Lo sé, mi padre era un hombre tigre , un licántropo; y mi madre era humana. Ambos lideraban un grupo que quería unir a humanos y faunos pero no funcionó.

Luego de ese comentario, Blake prefirió no volver a decir nada que pudiese atormentar el pasado de Yang. Luego de un largo recorrido, pudieron llegar a un bosque, pero un terremoto comenzó a sacudir el suelo.

Continuará.

La Plaga -Finalizada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora