Capítulo 14

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-Yo...- lo miré a los ojos- No, Justin

Tomó unos segundos de que Justin reaccionará a mi respuesta.

-¿No?- preguntó dolido-.

Cerré mis ojos y me levanté. Busqué mi ropa, la cual estaba tirada en diferentes lugares del auto.

-¿Porqué?- dijo Justin, repitiendo mi acción-.

No le contesté y seguí vistiendome. Al terminar me baje del auto y subí a los asientos traseros.

-¿Puedes arrancar?, quiero llegar a casa- pedí, cortante-.

Este me miró por unos segundos para luego cambiarse de asiento y poner en marcha el auto.

Simplemente no puedo casarme con el. Ademas que es una petición muy repentina, tengo 16 años. Es imposible casarme con el, sin antes cumplir los 18 años. Sentía la pesada mirada de Justin en mi a través del retrovisor. Complicando cada vez más mi situación sentimental. Es totalmente obvio que deseo hacerlo, pero el deseo no es más fuerte que las leyes. Limpié rápidamente una lágrima que caía silenciosamente.

Al llegar, salí del auto, entre a la mansión y me senté en unos de los asientos del jardín. Observe mejor y luego sonreí. Es el mismo lugar donde por primera vez nos hablamos. Éste tan mágico lugar.

-______...- escuche decir a Justin, quien se sentó a mi lado- Por favor hablemos, no estemos distantes de nuevo, te lo pido- rogó susurrando-.

Una fuerte ola de viento sacudió nuestro cabello. Dando una suave ventisca de hojas que cayeron al pasto.

-No podemos hacerlo, Justin- antes de que me preguntará el porque, seguí hablando, con la mirada en frente- Soy muy joven aún, nuestra situación no esta del todo bien

-Esperaré lo que hace falta para que tú seas sólo mía- busco mi mirada-.

Lo miré.

-Nuestra situación no es... - me interrumpió-.

-¿¡Situación?!- gruño- ¡Explicate con "situación"!- hizo comillas con sus dedos-.

-Me has demostrado que no eres tan comprometido del todo- jugué con mis dedos- Acostumbras a estar unos días bien conmigo, pero luego me dejas por otra

Apretó sus labios.

-Solo fue una vez, ______. No exageres- rodeó los ojos-.

-¿Y quien dice que será la última?- me levanté de la banca de madera y entre a la mansión-.

Subí a mi habitación y me tire a la cama. Minutos después quede dormida.

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Cinco golpes me hicieron despertar. Miré el reloj, eran las siete de la mañana con treintena seis minutos. Demasiado temprano. Gruñí.

No había necesidad de preguntar quien era. Abrí la puerta y si, era el. Justin.

-¿Qué?

No dijo nada, en cambio. Entró.

-¿Podrías escucharme?- rogó, cerrando la puerta detrás del-.

-Ya lo hago- bufe y me volví a acostar-.

Se colocó de rodillas.

-¿Aceptarias la petición de este imbécil que esta dispuesto a esperar millones de años solo para que le pertenzcas toda la vida?- abrió la tan tipica caja, era dorada con un anillo blanco dentro, era hermoso- Y es oro blanco puro, muy caro, sólo comentaba- dio una nerviosa sonrisa-.

Reí levantándome de la cama.
De alguna manera el que me mostrará el anillo me convenció a lo máximo de que realmente quiero pasar mi vida junto a él.

-¡Si quiero, Justin!- lo abracé, aún el apoyado en sus rodillas, por lo que caímos hacia atrás, yo sobre el-.

Reímos como la escena de una película de romance. Sacó el anillo de la caja y lo colocó en mi dedo, el cual se deslizó perfectamente a la medida. Miré mi mano, se veía reluciente.

Después de unos segundos de seguir observando mi mano conjunto el anillo, lo besé, cerrando esta hermosa escena de amor.

-Justin- dije al separarme del beso, me acosté a su lado, en el piso- ¿Cuánto me amas?

Subí mi cabeza recostada en su torso, al ver que no respondía. Me miró unos segundos y sonrió.

- Si sumas todas las estrellas del cielo, todos los granitos de arena en los océanos, todas las rosas en el mundo y todas las sonrisas que haya habido en la historia del mundo, empezarás a tener una idea de cuánto te amo, _________

Sonreí jadeando. Es lo más hermoso que eh oído.

-¿Tanto así?- pregunté-.

-Y más...- respondió-.

Me subí sobre el y volví a besarlo. Metió sus cálidas manos entre mi remera, acarició mi cintura y cadera. Luego bajo y jugó con mi trasero.

Sólo era una sesión de besos. Estar con el era condenadamente la felicidad pura.

-Aunque no sepa amarte de la forma que a tí te gustaría, siempre te amaré con todo mi corazón de la mejor forma que sepa- susurro sobre mis labios, luego suspiro y junto nuestras frentes- Perdón por la mierd* de persona que eh sido contigo, no sabes las ganas que tengo de tener una máquina del tiempo y arreglar todos los errores que te han hecho sufir

-Es pasado, Justin- sonreí- Lo feliz que me has hecho ahora, han borrado esos malos momentos

-Si, pero...- lo interrumpi-.

-Ya calla y besáme

Nos besamos como si no hubiera fin. Nuestros labios hacían una armonía, un ritmo que simplemente me encantaba.

Esta vez fue el quién se separó del beso.

-Empaca tus cosas amor, nos vamos a Miami

Mientras Duermes; JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora