82

106 14 1
                                    

Despreciable John:


     Tenía frente a mí a un chico maravilloso, uno que me demostraba que le importaba, pero no es suficiente, yo no sentía algo que me hiciera dejar tus recuerdos y arriesgarme a seguir con él en una relación.
       No esperaba que después de contarle a Alan sobre el bebé él quisiera tener algo conmigo, y ese era el plan para no ser yo directamente quien le diera un “no”.

       —Lo siento, no puedo —le dije cuando me besó, me alejé de él y sabía que ese habría sido el primer y último beso con Alan.

       Solo sentía tranquilidad porque él me ha apoyado, pero no lo veo mas que como un amigo, así que el beso fue incómodo de cierto modo.

       —¿Por qué? —En definitiva odiaba que eso pasara; él estaba ahí parado, observando que yo me movía de un lado a otro, su rostro mostraba una máxima confusión.

       —No... no puedo hacerte esto, tú no me conoces, no te he contado todo —hablaba entre atropeyos, mis palabras bien pudieron no haberse entendido.

       —Cuéntame —se acercó a mí, me miraba de una forma única, una forma que me hacía sentir bien, tranquila, comprendida—. Te juro que no habrá nada que me haga alejarme de ti —Sonaba tan bonito, pero la realidad era otra, yo sabía que lo era.

       —No jures eso.

       —Lo juro porque lo siento, siento tanto amor como nunca y estoy seguro que nada, absolutamente nada, me hará dejarte ir —Era como un caballero literario, uno de los que solo hay en las novelas románticas, el caballero que hace todo para encontrar a su amada.

       —Tienes que prometerme, que no te interpondrás en mis decisiones, tampoco cambiarás tus planes por nada de lo que te diga, no modifiques tu vida.

       —No puedo prometerte eso —Sus manos fueron a mi rostro, te juro John, que él es increíble y que me gustaría sentir algo por Alan, aunque sea un mínimo aprecio más allá de la amistad.

       —Es una condición —Estaba consciente de que eso cambiaría todo, una vez que hablara sobre ti, también cambiaría algo sobre Alan y yo.

       —Está bien —Me estaba comprendiendo, no puso una actitud mala, él de verdad me demostró lo mucho que dice quererme.

       Durante todos los minutos en los que yo hablaba de nosotros, Alan se mostró atento, no dijo ni una sola palabra, asentía de cuando en cuando y bastantes veces frunció el ceño. No estaba pensando en esconderle una sola cosa, quería decirle toda la verdad, e incluso, claro, sobre el embarazo.

       —No puedes irte —Alan habló finalmente.

       —Tengo que hacerlo.

       —No, no tienes porqué —se puso de pie, ahora él se paseaba de un lado a otro.

       —Sí, no quiero que mis padres peleen más, lo sabrán en algún momento pero no ahora, además... sé que querrán que aborte, o que lo dé en adopción, yo no quiero eso.

       —No.

       —Desde que supe que estaba embarazada... te juro que nunca me pasó por la mente deshacerme de él... No soy de esas personas.

       —Estarás sola y lejos —Tenía razón, pero eso era mejor.

       —No estaré sola —le sonreí.

       —No, Layla —se hincó delante de donde estaba sentada, sus manos tomaron las mías, su mirada era sincera pero insuficiente para cambiar mis planes.

       —Quedamos en algo —le recordé.

       —No puedo cumplirlo —Seguía ante mí, mirándome de una manera dolorosa.

       —Por favor —Yo estaba al borde del llanto, de verdad siento que Alan es el único que me ayuda, que me comprende y está conmigo, aunque él comienza a ver las cosas de distinta manera y no como amistad.

A pesar de que dice sentir algo por mí, algo que parece sincero, yo sigo sin poder confiar al cien en él en ese sentido, no quiero ilusionarme con él. Es mejor la amistad.

       —No, quiero estar contigo y yo voy a... voy a hacer lo posible porque te quedes... O te seguiré, quiero estar a tu lado. Te amo —Aunque traté de no llorar, no puede cuando lo vi a él, era tan desgarradora la imagen, estaba tomando mis manos y sus lágrimas comenzaron a salir, ¿eso lo haría alguien que no te quiere, alguien que sabe que estás embarazada pero a pesar de eso te quiere seguir? John, ¿lo harías tú?

       No dije más, me bajé del sillón y me pusé frente a él igual de rodillas, lo abracé con todas las fuerzas del mundo, no quería verlo así, no estaba bien porque no podía corresponderle y eso me dolía también.

       —Quédense conmigo —Era demasiado, él era demasiado para mí, ya no solo me pedía que yo me quedara, estaba pidiendo que ambos nos mantuviéramos con él.

       —Hagamos algo... —Me alejé de Alan, tomé su rostro con mis manos y lo miré fijamente— Déjame ir, tú sigue tus planes, por el momento no estoy interesada en tener una nueva relación, pero tal...

       —No —Me interrumpió.

       —Sí, y después... cuando mi vida se reparé y esté dispuesta a seguir, en unos años quizá, al volver a vernos, tal vez podamos intentarlo —Su rostro era algo que no quería ver, no así, no en ese estado, no sufriendo por mí, no llorando por alguien que ha hecho de su vida un lío.

       —No puedo.

       —Por favor, Alan. Quiero que sigas tus planes.

       —Está bien —dijo después de quedarse en silencio, dió un respiro ondo—. Tienes razón... Pero estoy seguro que nos volveremos a ver y entonces será nuestro momento.

Layla

Advertencias Para NO IlusionarmeWhere stories live. Discover now