Advertencias Para NO Ilusionarme

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Despreciable John:

       Alan llegó en un día tan común como cualquier otro, el calor era inusual ya que estamos en invierno, lo invité a pasar y hablamos como siempre en la sala de estar, él se mostraba extraño... estaba impaciente y no dejaba de mover sus manos. Se veía muy bien con su cabello medio alborotado y con ese sonrojo en su rostro.
       Después de hablar por un largo rato, después de haber visto la televisión, después de notar que no dejaba de mirarme, después de que su brazo pasara por mis hombros sentados en el sillón, después de que nos miramos por un largo rato sin ningún comentario, después de que sentí que mi corazón saldría de mi pecho por los terribles nervios, después de que su rostro estaba cada vez más cerca, después de todo eso... nuestros labios se unieron, solo estábamos él y yo, en un lugar armonioso y lleno de paz, sin problemas, sin amigos, sin nuestros padres, sin un John que me mortifique a cada rato, sin nadie. Sus manos se fueron a mi cintura, mis brazos se enrollaron en su cuello, nuestros latidos era una sintonía exquisita.
       Después recordé al bebé...
  

Layla