Advertencias Para NO Ilusionarme

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Despreciable John:

       Cuando compré la prueba, la farmacéutica me miró algo molesta, negó con la cabeza mientras me daba mi cambio, no la juzgo, tan solo soy una adolescente. En mi casa no había nadie, me sentía sola, Jesse no tenía que enterarse aún... O, ¿cómo le dices a tu mejor amiga que tuviste sexo con una persona que nunca definió la relación que llevaban y que luego te engañó, resultó ser profesor de Historia, y para rematar, te deja embarazada?, así que volvías a ser mi acompañante. Fui a tu departamento, era más seguro ahí que mi casa. Me recibiste bien y tu comprensión me era de gran ayuda. Entré a tu baño y seguí las instrucciones de uso, esperé un par de minutos pero no soportaba la lentitud del tiempo, salí y te encontré recargado en la pared del pasillo que daba al baño, me miraste esperando respuesta.

       —Faltan unos tres minutos —te informé, tú asentiste, te sentaste en el piso y yo al lado tuyo, no podía ni pensar en pelear contigo en ese momento.

       Pasaron más de tres minutos, tú dijiste que irías a revisar la prueba, pero insistí en hacerlo yo. En mi mente ya había todo tipo de pensamientos, cuando tomé la prueba no vi nada, estaba sin ninguna raya la porquería no había servido o yo no la había usado bien, quién sabe.

       —No puede ser —grité mientras aventaba la prueba contra la pared.

       Entraste tú, me viste confundido pero no preguntaste nada, alzaste la prueba del piso y la revisaste.

       —¿Qué significa eso? —Frunciste el ceño.

       —No funcionó. No sirve...

       —Voy por otra —dijiste de inmediato.

       —No... no quiero volver a hacerlo. —Lo que no quería era saber el resultado, me aterraba demasiado.

       —Está bien... ¿Me mantendrás al tanto?

       Asentí, tomé mis cosas sin decir nada más y salí de tu departamento, desde ese día no hablamos más, tan solo te veo y niego con la cabeza para informarte que no ha pasado nada.
  

Layla