4,5[book01]

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Capitulo 45: no me gusta llamar la atencion

sakura

Esto era algo que tenía que enfrentar tarde o temprano. No podía evitar a Sasuke. No era posible o justo. No ir a mi casillero por los primeros tres períodos fue difícil. Era hora de enfrentar la realidad. Aunque, él de hecho no estaría allí esta vez debido a su horario, así que de verdad no enfrentaba nada aún.

Moviéndome a través de la multitud, podía sentir a las personas observándome. Fue así toda la mañana. Varias chicas me llamaron perra y puta. El consenso general era que soy una persona horrible por romper con Sasuke justo después de que perdió a su padre. Parte de mi acordaba con ellos.

Cuando finalmente llegué a mi casillero, lo abrí rápidamente para que fuera cerrado de golpe por una mano con largas uñas de color rojo. La puerta de metal apenas falló en pegarle a mi mano mientras la movía.

—Eres una escoria —siseó una voz femenina en mi oreja. Conocía esa voz. Esperé que me confrontara hoy en algún momento. Sólo no anticipé que lo hiciera de esta manera.

Me volteé para enfrentar a Karin. Me fulminaba con la mirada con algo cercano al triunfo en ella.

—Eres una perra de corazón frío —dijo lo suficientemente alto para que todos a nuestro alrededor escucharan. La gente se quedó en silencio, y sabía que tenía una audiencia. Eso sólo iba a hacer que ella empeorara.

No le respondí. Me sentía enojada porque se preocupaba por Sasuke. Ella quería estar furiosa conmigo y tener una razón para estarlo. Esta era su oportunidad.

—¿Nada que decir? ¿Qué? ¿Te quedaras en silencio de nuevo? — preguntó, entonces me empujó en el pecho hasta que caí contra el casillero detrás de mí.

Apuntó su dedo en mi rostro, y me pregunté si planeaba clavármelo después. —No fuiste lo suficientemente buena para él. Eres un fenómeno. Sólo. Un. Fenómeno.

Justo antes que su nariz puntiaguda tocara mi cara, fue halada hacia atrás.

—¿Por qué no vas a llevar tu demostración de perra loca a otro lado? —declaró Kiba, apartándola de mí y colocándose entre nosotras—. Creo que Sakura ha visto lo suficiente para saber que de hecho estás jodida.

—¿Te pones de su parte? ¡Eres amigo de él! —gritó Karin.

—Soy uno de sus mejores amigos. Y aunque Sakura no fuera una de mis mejores amigas también, haría esto por él. Porque Sasuke enloquecería si hubiera visto esto. Atacarla no lo traerá de vuelta, kari

—¡Ella lo usó! —La voz de Karin pasó a través del pasillo ahora que todos se quedaron en silencio para observar.

—No, Karin. Ella lo salvó. Cuando nadie más podía. Ahora aléjate de ella antes que él se entere de este episodio demente que acabas de tener. Porque vendrá primero por Sakura para ver que esté bien. Luego irá por ti.

—Estás equivocado. Me necesitará —contestó ella, sonando convencida.

Odiaba que la idea de Sasuke con ella o con cualquier chica hiciera que mi estómago se retorciera en nudos. Fui yo quien terminó lo que teníamos. Él seguiría adelante. Y cuando lo hiciera, tendría que soportarlo.

Kiba negó, luego se volteó para enfrentarme nuevamente. La preocupación en sus ojos casi me hizo llorar. Odiaba llamar la atención, pero hoy parecía como si tan sólo respirar atrajera atención que no quería.

—¿Estás bien? La perra está loca como el infierno —dijo Kiba rodando los ojos.

Me las arreglé para asentir una vez. No me encontraba bien. Pero no era culpa de Karin.

—Te ves pálida —dijo él, frunciendo el ceño.

—No me gusta llamar la atención —susurré, asustada de que las personas todavía nos estuvieran escuchando.

Suspiró. —Bueno, nena, vas a tener que lidiar con ello por un rato. He oído lo que todos están diciendo. Por eso vine a buscarte. A ver si te sentías bien.

—Gracias —dije a través del nudo en mi garganta.

—Agarra tus cosas. Te acompañaré a tu próxima clase. Le diré a Naruto que necesitas un escolta luego de esto.

ser capaces de mantenerte cubierta por un tiempo. Al menos hasta que encuentren algo más en lo que enfocarse.

Quería decirle que no necesitaba eso. Que podía cuidarme por mí misma. Pero no podía. Porque si él no hubiera aparecido, Karin todavía estaría molestándome, gritándome mientras todos veían.

—De acuerdo —repliqué y me volteé hacia mi casillero.

—Estará furioso cuando se entere de esto. Cuando venga a buscarte, tienes que saber que su ira no es hacia ti. Es porque piensa que él fue el causante. Quiere protegerte. No tomará bien esto.

Una lágrima se escapó, y subí la mano para limpiarla rápidamente. Si tan sólo su necesidad de protegerme fuera algo más. Algo más profundo. No únicamente su necesidad de tenerme a su lado para poder enfrentar las cosas. Quería ser más para él que simplemente alguien en quien apoyarse.

—Lista —dije mientras metía mis libros y caminaba junto a Kiba.

No me preguntó nada, ni mencionó a Sasuke. Caminamos en silencio a mi siguiente clase. Una vez que estuvimos allí, le agradecí y entré. Muchos ojos se fijaron en mí, así que bajé la mirada a los libros en mis brazos y encontré un escritorio en la parte trasera. Si iba a lograr aguantar la clase, necesitaba estar donde las menos personas posible pudieran verme.

Entre nosotros, deberíamos

ser capaces de mantenerte cubierta por un tiempo. Al menos hasta que encuentren algo más en lo que enfocarse.

Quería decirle que no necesitaba eso. Que podía cuidarme por mí misma. Pero no podía. Porque si él no hubiera aparecido, Karin todavía estaría molestándome, gritándome mientras todos veían.

—De acuerdo —repliqué y me volteé hacia mi casillero.

—Estará furioso cuando se entere de esto. Cuando venga a buscarte, tienes que saber que su ira no es hacia ti. Es porque piensa que él fue el causante. Quiere protegerte. No tomará bien esto.

Una lágrima se escapó, y subí la mano para limpiarla rápidamente. Si tan sólo su necesidad de protegerme fuera algo más. Algo más profundo. No únicamente su necesidad de tenerme a su lado para poder enfrentar las cosas. Quería ser más para él que simplemente alguien en quien apoyarse.

—Lista —dije mientras metía mis libros y caminaba junto a Kiba.

No me preguntó nada, ni mencionó a Sasuke. Caminamos en silencio a mi siguiente clase. Una vez que estuvimos allí, le agradecí y entré. Muchos ojos se fijaron en mí, así que bajé la mirada a los libros en mis brazos y encontré un escritorio en la parte trasera. Si iba a lograr aguantar la clase, necesitaba estar donde las menos personas posible pudieran verme.

viernes por la noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora