0,8[book01]

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capitulo 8 :  nos adueñaremos de esta temporada

sasuke pov
Fue la primera vez en mi vida que jugué un partido sin mi padre allí. Nuestra victoria era la única cosa en la que los demás pensaban cuando terminó, así que afortunadamente, nadie se dio cuenta, excepto Naruto. Me encogí de hombros y le dije que papá no se sentía bien.

Hice carrera en dos touchdowns, pero mi padre no se encontraba allí para verlos. No estuvo en su lugar animándome. No estuvo en la valla con su gran sonrisa cuando fui corriendo a la línea lateral. No estuvo ahí porque tuvo fiebre y se hallaba bajo muchos medicamentos para el dolor, ni siquiera estaba lúcido.

Odiaba tomar medicamentos para el dolor, le gustaba estar mentalmente ahí con nosotros, pero anoche sentía tanto dolor, que mamá lo obligó a tomarlos. Luego, cuando finalmente se durmió, ella cayó en mis brazos y sollozó. Nunca antes la vi así, nunca la vi romperse.

Enfrentar el juego de hoy era la última cosa que quería hacer. Saber que tenía que ir a casa y contarle a mi padre acerca de él fue la única forma por la que fui capaz de jugar. Quería decirle algo que lo hiciera sonreír. Quería que creyera en mí. Compartimos mis sueños durante tanto tiempo. No quería que supiera que los estaba perdiendo. Porque sin él, no me importaba nada.

Por no hablar de que mamá me necesitaría cuando él no estuviera.

No busqué a Karin después del partido. Me dirigí directamente a mi camioneta, decidido a alejarme lo que más pudiera de todos ellos. De

toda su alegría por nuestra victoria. No podía sentirme feliz. Mi padre no estuvo ahí. Ganar no significaba tanto como antes.

Encontrarme con papá mientras mis emociones se hallaban tan crudas no era buena idea. Pero ir al campo de la fiesta, donde el equipo estaría celebrando parecía jodidamente inútil. No podía celebrar. Sólo quería olvidar. Quería mi antigua vida de regreso. Quería a mi papá saludable.

Después de conducir durante casi una hora, perdido en el dolor que se había vuelto parte de mí, mi camioneta se movió por el familiar camino de tierra hacia el campo de la fiesta. Era ir allí o ir a casa, y aún no podía ir a casa. Necesitaba un par de cervezas, y necesitaba olvidar.

Todo el mundo ya se encontraba aquí. Los ruidosos gritos y risas alguna vez fueron sonidos de bienvenida. Ahora los odiaba. Ninguno de mis amigos tenía preocupaciones excepto el ganar un partido de fútbol. No sabían lo que era el miedo. Ninguno de ellos. Estos eran los mejores malditos años de sus vidas. Una vez, estos también fueron los míos.

Cerré la puerta de la camioneta y me quedé mirando la hoguera a través de los árboles. Tendría que caminar hacia allá y mostrar una sonrisa que no sentía. Tendría que hablar de un partido que jugué con todo lo que tenía, pero sólo porque quería ser capaz de contarle a mi papá al respecto. No porque mi corazón se hallara en él.

Ya no encajaba. Con ninguno de ellos. Pero, ¿a dónde más podría ir?

Beber aliviaría algo del dolor. Nada podría alejarlo del todo. Fingiría. Era lo mejor que hacía últimamente.

Entrando en el campo abierto, encontré una cerveza y me dirigí hacia mis amigos. Karin ya se encontraba aquí. Pude verla con los jugadores de soccer. Sabía que estaba enojada, y que era su manera de vengarse de mí. Sencillamente no me importaba.

—¿Dónde has estado, hombre? Hemos repetido lo impresionante que estuvo Uchiha esta noche, ¡y no estabas aquí para vanagloriarte! —me gritó Shikamaru mientras caminaba hacia ellos.

—Tenía algunas cosas que hacer primero —respondí con una sonrisa que insinuaba que estuve con alguien en lugar de hacer cosas. Dejé que pensaran lo que quisieran. Cualquier cosa menos la verdad.

Risa siguió a mi comentario.

—Supongo que por eso Karin se acercó al chico del soccer — contestó Kiba. Él estuvo enojado conmigo durante un día o dos, pero
después de la práctica del jueves ambos acordamos en que yo tenía razón. Tenía que concentrarse en el fútbol, no en la prima de Naruto.

Me encogí de hombros y me senté en el neumático de tractor en el que Shikamaru se encontraba. —Lo que sea —contesté.

A mi lado, Shikamaru empezó a hablar. —Pero en serio, Kiba. Tienes que dejar de buscarla. Ella está bien. Está aquí, y no es tu asunto. Naruto regresará en un minuto con la bebida de Hinata, y si cree que estás detrás de su prima, se enojará.

Volví mi atención a Kiba. Pensé que había retrocedido con eso. Kiba levantó ambas manos. —Tranquilo, sólo veía quién estaba aquí.

No buscaba a nadie.

—Tonterías —murmuró Shikamaru.

—¿Ella está aquí? —cuestioné, preguntándome por qué venía a estas fiestas si solo se escondía en la esquina.

—Naruto dijo que su mamá lo obligó a traerla. No quiere venir. Él se siente mal por ella —dijo Hinata con un encogimiento de hombros, como si no pudiera importarle menos.

—Me molesta que no la deje sentarse con nosotros. —Kiba sonaba irritado.

—No. Es. Tu. Asunto. —Fue la respuesta de Shikamaru. Quería estar de acuerdo con Shikamaru, pero Kiba también tenía razón. Naruto actuaba mal al traerla aquí y dejarla sola. Era cruel.

—Oh, oh, aquí viene el drama —dijo Hinata con una sonrisa, y luego me

miró.

—Bueno, mieerda —Shikamaru arrastró la palabra cuando me di vuelta

para ver a Karin caminar hacia nosotros.

Su cabello era un desorden por enrollarse con el chico de soccer.

¿Para qué se dirigía hacia acá? Ella me gustaba más estando allá.

—Ustedes me confunden —dijo Kiba—. Hoy, en la plática motivacional, pensé que ella te chuparía el rostro. Ahora está chupando la cara de otra persona.

Agarré mi cerveza y me levanté. Me iba. Esta noche no quería su mierda. Tenía problemas más grandes que Karin.

—Me voy —dije.

—¿Te vas?

—¿Ya?

—¡Hiciste lo mismo la semana pasada!

Todos parecían sorprendidos. Me limité a asentir y levanté mi cerveza. —Buen juego. Nos adueñaremos de esta temporada —dije, y luego me dirigí al bosque y a mi camioneta.

viernes por la noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora