4,4[book01]

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capitulo 44 : la perderas si no lo haces
sasuke

—Mamá está trayendo los gofres —dijo Naruto mientras abría las cortinas en mi habitación y dejaba que la luz del sol entrara—. Levántate y dúchate. Kiba aún está dormido en el sofá. Le arrojaré algo de hielo encima antes que me vaya. Es la única forma en la que se levantará.

Nos quedamos despiertos la mayoría de la noche. Los chicos intentaron distraer mi mente de las cosas, pero no funcionó. Sólo lo hicieron para que no estuviera solo. De ser así, hubiera terminado en la ventana de Sakura. Más de una vez me pregunté anoche si por eso es que Naruto vino con todos los chicos. Para evitar que fuera hacia Sakura. Quería resentirlo por ello, pero él era el único que me mantenía cuerdo en estos momentos.

Me contó que habló con ella y que realmente sintió que ella necesitaba tiempo para sí misma, para aceptar lo lejos que llegó. Todo era demasiado, y la asustaba con mi intensidad encima de todo. La cosa era que, no sabía cómo ser de otra forma con ella. Me volvía un poco loco.

—¿Llevarás a Sakura a la escuela? —Le pregunté, sabiendo la respuesta.

No dijo nada al principio, pero finalmente asintió. —Comeré en mi casa. El resto de los chicos están despiertos y vestidos, esperando que mamá venga a alimentarlos. Creo que te dejaron agua caliente.

—¿Cómo soportaré el día de hoy? —Le pregunté antes que pudiera dejar la habitación.

Se volteó para mirarme. —Dale espacio. Date cuenta que puedes

Se volteó para mirarme. —Dale espacio. Date cuenta que puedes sobrevivir sin tenerla para apoyarte, y lograrás hacerlo.

Él no lo entendía. Nunca estuvo enamorado. ¿Qué quería decir con espacio? ¿Se suponía que simplemente la ignorara? Así que le pregunté—:

¿Cómo le doy espacio?

Se encogió de hombros. —Tú sabes, sólo déjala en paz. Déjala respirar.

—¿La ignoro? —pregunté. Mi voz dura y enojada, pero no podía evitarlo.

Levantó sus cejas. —Sí. Supongo.

Me puse de pie y arrojé mi almohada a través de la habitación. —

¡Que se joda! ¿Cómo demonios se supone que la ignore, Naruto? ¿Ah? No puedo. Estoy enamorado de ella.

Nunca lo había dicho en voz alta. Ni siquiera a ella.

—Si es así, entonces tienes que encontrar una forma de apartarte. La perderás si no lo haces.

—Ya la he perdido. —Las palabras cortaron a través de mí a medida que las pronunciaba.

—No, no lo has hecho. Hablé con ella. ¿Recuerdas? Sé lo que está pensando. Todo lo que hiciste fue asustarla. Cree que sólo es tu muleta y más nada. Por eso está haciendo esto. Puedo asegurarte, no tiene ni idea que la amas.

Debería habérselo dicho. —Si se lo digo...

—No te creerá. Pensará que estás diciéndole lo que sea que sea necesario para tenerla de vuelta. Tendrás que dejarla ir.

Jamás sería capaz de dejarla ir. Pero podía pretender que lo hice si eso es lo que necesitaba de mí. Ella estuvo allí cuando la necesitaba. Era hora que hiciera lo que sea que tuviera que hacer para hacerla feliz. Si retroceder lo era, entonces lo haría.

Asa y Sai se quedaron hasta que dejé la casa, tratando de hacer que me fuera con uno de ellos. Pero quería la libertad de tener mi camioneta. Cuando finalmente salí de la entrada y me dirigía a la escuela, me siguieron. Era como si tuvieran que estar seguros de que aparecería para las clases.

Lo calculé para estar entrando justo cuando la última campana sonara. Ahora todos estaríamos retrasados para el primer periodo. Pero no les pedí que me esperaran. Simplemente no podía soportar ir a mi casillero y ver a Sakura. No sería capaz de ignorarla y no confiaba que no empezaría a rogarle allí frente a todo el mundo.

—Tengo a señor Tremble para el primer periodo —comentó Asa con una sonrisa de suficiencia—. No me pondrá falta porque llegué tarde — agregó mientras corría pasándome.

Sai vino a mi lado. —Tampoco nos anotarán que llegamos tarde si nos apuramos.

No me importaba obtener una boleta por llegar tarde a cambio de las de aplazar las clases. Pero sabía que el entrenador me tendría corriendo luego de la práctica si se enteraba de que llegué tarde. Ese era el protocolo si un jugador llegaba tarde a la escuela.

—Necesito agarrar mi cuaderno —Le dije a Sai.

Empujó un cuaderno hacia mí. —Usa éste y corre —comentó antes de salir corriendo.

Lo seguí. Cuando la práctica terminara, quería ir a casa y estar solo. Anoche no me dieron espacio para pensar. Todos tenían buenas intenciones, pero estar solo era lo que quería en este momento.

Sai abrió la puerta a nuestra clase del primer periodo y entró. La señora Sentle nos miró y frunció el ceño, entonces hizo un gesto para que tomáramos asiento.

—Qué bueno que pudieran unírsenos, chicos. —Fue todo lo que dijo.

Me senté al lado de Sai, quien encontró un pupitre vacío primero. Me miró y sonrió. —Te lo dije.

—Hola, Sasuke—dijo una rubia que no conocía mientras se volteaba para sonreírme.

Sai se rió a mi lado. —La noticia de que eres un agente libre nuevamente se ha expuesto.

Los ignoré a ambos. Si iba a probarle a Sakura que la amaba, entonces chicas como esta no iban a ayudar. Le disparé a Sai una mirada de fastidio.

Sólo se rió más fuerte. Imbécil.

viernes por la noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora