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25 - La destrucción de los brazaletes de corazón

Daniel se horrorizó, su piel se erizó.

—¿A tu propio...amigo?

—Le informaron al señor David que lo hallaron muerto—Agregó carcajeándose, su mirada estaba transformada en una sublime demencia—Él no le quiso decir la verdad a su hijo pequeño, solo le dijo que su hermano había muerto de hipotermia.

—¡Debe haber alguna razón por el cual él no quería tu amistad!

—!Échale la culpa al señor Alt, que le mintió a Jack y no le dijo la verdad!—Gritó enojado, de pronto comenzó de nuevo a reírse, su sonrisa inverosímil no lograba controlarla, Josué estaba en un estado psicótico—Luego que Jack tomó posesión en Woltef, decidió abandonarlo. Él estaba seguro que mataría a su pequeño hijo.

Daniel fue atacarlo y Josué brincó hacia otro lado, Daniel volvió a brincar sobre el árbol, estaba agotado, cerró sus ojos por un momento y Josué lo observaba minucioso, Daniel soltó un breve suspiró y bajó de nuevo para embestirlo. En un movimiento habilidoso cruzó hacía un lado, se giró y lo empujó en dirección a la piedra, Josué colocó sus manos antes que su semblante chocará en ella. A continuación la espada de Daniel llegó a su muñeca, destruyéndole un brazalete. Josué se echó hacia atrás, gritando con desesperación e irritación, mientras se tomaba la muñeca y apretándola.

—¿CÓMO TE ATREVES? —Bufó, tenía la muñeca roja y gruñía de dolor.

—Todo lo que nos rodea tiene su punto débil —Replicó contento, Josué lo miraba de reojo, estaba rojo hasta las orejas—Me concentré en encontrar el punto débil, sabía que si rompía uno de los brazaletes tendría alguna forma de poder salvar a las personas. Todo tiene una respuesta.

Josué se quitó la coraza, se agachó y tomó su espada, se levantó ágilmente, se giró con habilidad hacia él y le propinó otro puñetazo, Daniel se llevó de nuevo la mano a la cara, Josué guardó su espada, se acercó y le encajó un golpe más, Daniel le detuvo el siguiente puño, intentó también golpearlo pero Josué detuvo sus puñetazos.

Daniel sacó su espada y Josué también, Daniel logró zafarse y comenzaron de nuevo a sonar las espadas. Josué se fue echando hacia atrás, desde donde se veían las montañas y el monumental río, Josué quedó atrapado y bloqueando su espada.

—!Debí haber...terminado contigo...desde... hace tiempo!—Gruñó Josué haciendo fuerza, sentía las cerca en su espalda.

—¡No lo vas a lograr!

—!SI PUEDE CON BENJAMÍN, TU PADRE, EL SEÑOR POTT Y EL IMBÉCIL DE TU AMIGO, TAMBIÉN PODRÉ CONTIGO!

—¡NO LO VOY PERMITIR!

Daniel velozmente le encajó un golpe por el semblante y otro por el estómago, luego alzó su espada y Josué hizo lo mismo.

Una espada había traspasado por el estómago y una mano soltó la espada, unas manos agarraban la punta de la espada e intentaba sacarla. Josué alzó la mirada con sufrimiento, Daniel la hundió más, le quitó el otro brazalete y lo arrojó al suelo, agarró la espada de Josué y la clavó para destruirla, mientras su otra mano no se despegaba del mango de la espada.

—Te...detesto...—Balbuceó Josué—Mi gente...me amará...por siempre...como... un rey.

—La gente sabrá la verdadera historia, quien fuiste y cual era tú propósito—Gruñó empujando la espada, Josué gritó con mucha dolencia—Las personas del primer brazalete se salvaron y estoy seguro que los del segundo. Si sacó la espada... morirás.

—¿No...pensaste...en...nuestra...unión?

—No tengo hermano—Le recordó gravemente—Tú y yo... jamás seremos hermanos. Ni tampoco lo deseo.