Mi genio exagera mucho

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*tengan piedad sólo lo revisé una sola vez kkkkkkk*



Fue el momento en el que Yoongi dejó de pensar tanto, que se dio cuenta.

Estaban en la playa. En una playa poblada de gente, con el sol bajo sus pieles, con las olas del mar a unos metros y con un montón de ojos mirándolos, seguro que lo hacían por haber aparecido de la nada. Y si Yoongi odiaba un lugar más que la escuela y las clases de gimnasia, era la playa. Todo el amontonamiento de gente, llenos de calor, todos con trajes de baño de los cuales 1 de 100 les quedaban correctamente. El mayor no soportaba este tipo de lugar.

El pelinegro sintió sus una gota de sudor recorrer su mejilla, y el malestar correr por sus venas. ¿Por qué de todos los lugares en el mundo, su genio tuvo que llevarlo a una playa? ¡Cuando hacía tanto calor! ¡¿Cuál era el punto de salir abajo del sol, cuándo todo lo que pretendía el mayor era alejarse de tanto calor?!

- ¡Yah! ¡¿Qué hacemos en la playa?! – El mayor le gritó furioso al menor, quien bajó la mirada hacia el suelo inmediatamente. El genio se tambaleó por el repentino grito de su amo, logrando que casi se caiga del susto. El rojo de sus mejillas se había ido rápidamente, mientras sentía como sus ojos cambiaban de nuevo.

- L-lo siento mucho, amo. – Respondió avergonzado y arrepentido el menor. Jimin creyó que a su amo le gustaría ir de vacaciones a la playa, estaba tan convencido de eso, que saber que se había equivocado tanto lo hacía sentir tonto. Soy un inútil, todos tenían razón al llamarme un fracaso de genio... el menor, influenciado por su repentino cambio de ánimo, comenzó a recordar los insultos que había recibido en el pasado. Jimin sintió una lágrima recorrer su mejilla, pero se sentía peor el dolor que se hallaba entre sus recuerdos.

- No me llames amo aquí, está lleno de gente y nadie deja de vernos... - Respondió con un tono irritado el mayor, sin poder evitarlo. Él era así, ¿por qué tenía que ser tan sensible su genio? De todas formas, un leve dolor de estomago le confirmó que se sentía muy culpable de hacer sentir mal al menor. – Jimin, vamos a algún lugar donde no haya gente... - Pidió suspirando el mayor; seguía nervioso, pero si tenía que levantarle el ánimo al menor, no lo haría donde todo el mundo los viera.

El genio secó rápidamente sus lágrimas, para después pestañear y cumplir el deseo de su bello amo. Entre tanto llorar y recordar, el menor no logró concentrarse completamente, así no los llevó exactamente a donde Yoongi hubiese querido. Pero de todas formas no se podía ver a nadie, y ya no estaba el sol molestando al pelinegro.

- ¿Realmente te gustan las playas, no es así? – Preguntó brevemente riendo Yoongi, mientras se daba la vuelta para observar alrededor. De acuerdo, admito que sí es lindo... pensó el pelinegro. Sin esperar más, el mayor se acerco a su genio, quien seguía con su cabeza baja y refregando sus delicados ojos. ¿Acaso siempre va a verse tierno o qué? Se preguntó Yoongi, casi cansado de lo dulce que era ese ser. Más la verdad era que jamás se cansaría de él. – Jiminie... - Quería decir "lo siento" "perdón" "no lo volveré a hacer", pero no podía. Lo sentía, sí, también quería ser perdonado, pero sabía que lo volvería a hacer. Porque ésa era su manera de ser, y ya no podía cambiar. Quería odiarse a sí mismo por ser tan mal hablador, por siempre tener tan mal humor, pero sabía que odiarse a sí mismo no resolvería nada. - ¿Sabes... que no voy a dejar de actuar así, verdad? – Preguntó con su voz normal, sin rasgos de ira o malestar. El menor se limitó a asentir y acercarse a su amo, tomando por sorpresa a Yoongi cuando lo abrazó fuerte, tanto que Yoongi se quejó mentalmente, pero no se separó. No tenía intenciones de alejarlo, de todas formas. Mientras rodeaba en sus brazos al bellísimo genio que era suyo, tomo con delicadeza la cabeza del menor y la guío a su pecho, como intentando protegerlo de todo. Intentando disculparse y que el menor lo entienda, intentando decir tantos cosas, de las cuales ni siquiera él sabía. Sintió al menor relajarse en sus brazos y unas manos aferrarse a su remera en la parte de su espalda. Una sonrisa se asomó en sus facciones, y él ni siquiera lo notó, demasiado concentrado en lo suaves que se sentían los mechones de Jimin ante su tacto.

Mi bello genio //  YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora