Capítulo 12

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Draco no aguantaba más en su habitación y pensó en ir a ver a Sarah pero lo descartó, al menos por el momento debían asumir lo que había hecho.

Sin darse cuenta sus piernas estaban ya en movimiento y dirigiéndose a la torre de astronomía. Aquel lugar era sagrado y perfecto para estar solo y pensar. Pero cuando llegó no estaba solo. Una figura estaba apoyada en la barandilla, sabía lo que hacía, estaba oliendo el olor a hierba recién cortada que tanto les gustaba a ambos.

Silencioso como siempre se acercó por detrás y la abrazó por la espalda acariciando con su aliento la nuca de la mujer.

- Sabes que odio que hagas eso Draco. Además, no estoy de humor.

- ¿Qué te pasa?- Draco se separa de ella y la imita apoyando sus brazos en la barandilla de hierro.

- Ron no está bien. La magia no puede hacer nada por su enfermedad y los medicamentos muggles hacen algo pero no es suficiente. Se está yendo y no puedo hacer nada por él.- Dice Hermione exasperada y a punto de llorar.- Es la primera vez que no tengo la situación bajo control.

- No es la primera vez.- Le dice Draco sonriendo en un intento inútil de alegrarla.

- Cállate.- Le contesta ella, pero sonríe.- La directora me ha dicho que en el ministerio de magia seguirán creyendo que es tu nieto. Por lo que si manténeis la discreción podréis estar juntos desde ahora. Pero Draco, como alguien se entere seréis despedidos.

- Ya veré.

Al día siguiente a Draco le costó mucho levantarse. Se acaricia los cortes del cuello que la copa que Scorpius le lanzó al hombro le había provocado. Draco se viste con pereza y se va a su aula.

Está sentado en su mesa cuando Sarah entra de primera con la sillita de Tom. Deja la sillita junto a Draco sin si quiera dedicarle una mirada. Llevaban sin mirarse ni hablarse desde que lo confesó todo en la primera cena del año.

- Tengo que irme a entrenar al equipo de quidditch. Luego vengo a por él.- Le dice la chica secamente.

Sarah  va a salir del aula pero Draco la para.

- Deberíamos hablar Sarah.- Le dice suplicante.

- ¿Vaya ya vais a tener familia numerosa o qué?- Scorpius entra en el aula con cara de pocos amigos.- Tengo que hablar con usted profesor Malfoy.- En ese momento todos los alumnos entran en la clase.

- Bienvenidos a este nuevo curso chicos. Este es vuestro último años aquí, por lo que tendréis que trabajar mucho todos los días.- Dice Draco dando la bienvenida a sus alumnos.- Luego hablamos Sarah.

- ¿Como usted se trabaja a sus compañeras de trabajo?

- Scorpius por favor, están todos los alumnos delante.- Dijo Draco enfurecido mientras pasaba su mirada por Sarah, que se ponía roja y parecía a punto de llorar.

- Ah no, que es a lo que ella se dedica.

- Scorpius, cállate o te callaré yo.- Su ira creció al ver que su hijo no se callaba y seguía diciendo maldades dirigidas a la chica de ojos verdes, que en ese momento salió corriendo fuera del aula, alcanzando a oír lo último que dijo el joven Malfoy.

- Pero dígame una cosa profesor. ¿Cuánto le cobró a usted? Porque a mi no me dio un precio y quiero saber cuánto le debo.- Dijo Scorpius con una sonrisa malvada en los labios.

- ¡Scorpius!- Gritó Draco cogiendo a su hijo por el cuello de la camisa.

Toda la clase los observaba. Draco se giró para ver a Sarah, pero ésta ya se había ido. Draco se dirigió a la salida y por el camino cogió a su hijo por el brazo bruscamente.

- Por favor, id a la página 34 y leed lo que pone sobre las maldiciones imperdonables.- Dijo Draco

- ¡Suéltame de una vez!- Gritó Scorpius una vez fuera del aula.

- ¿Qué narices está ocurriendo aquí?- Hermione apareció de la nada con Sarah agarrada a su cintura y sollozando como una niña pequeña.

Sarah Riddle (La verdad de Hogwarts 2)Where stories live. Discover now