18} Spinning

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Habían entregado los resultados escolares esa misma tarde, concluyendo el año educativo. El último mes, mi novia y yo estuvimos estudiando juntos para mayor rendimiento. El tiempo que compartimos entre libros fue, en realidad, maravilloso como pareja. Hubo un acercamiento más intimo en nuestra relación.

Ella me confesó que encontraba su vida bastante superflua, donde lo más emocionante que había sucedido, se trataba de abandonar la iglesia a la que asistía y requerir de medicamentos para controlar unos inexplicables ataques de pánico. Refuté eso diciendo que tenía muchas aventuras con sus amigos de las que alardear, y me dio la razón, aunque no quiso seguir el tema. Sabía que la perturbaba el hecho de que las cosas estaban tensas entre David y ella. Tuve que esforzarme para poner mi orgullo a un lado y alentarla para que arreglara las cosas con su amigo.

-Tú también eres mi mejor amigo ahora.

Comentó con alegría.

Llevábamos medio año conociéndonos, y yo seguía negándome a contar mi historia, pero hablamos mucho sobre nuestros sentimientos, nuestras opiniones y metas, esos temas que desnudan tu alma. Entonces descubrí que no hace falta saber todo del otro para conocerlo verdaderamente.

-¡Jus! ¡Bájame!

Me pidió Chelle.

Dejé de dar vueltas y la deposité en el suelo, disfrutando del sonido de su risa.

-Gracias.

Dije una vez más.

Debido a ella, había logrado pasar todos los exámenes, por lo tanto me encontraría en el último curso el año siguiente. Algo que jamás pensé lograr.

-No debes agradecerme nada. Lo hiciste por tu capacidad.

Repuso.

La volví a estrechar entre mis brazos y la apreté contra mí.

-Solo soy capaz de adorarte.

Murmuré.

Besé su nariz y nos alejamos. Chelle me miró con ese brillo especial que relucía en sus ojos últimamente.

Dejamos atrás a los adolescentes que celebraban el inicio de las vacaciones y caminamos por el aparcamiento de la escuela.

-¿Te llevo a casa?

Ofrecí, señalando mi motocicleta con un gesto de mi cabeza.

Noté que ella pareció dudar, así que me extrañé.

-¿Qué sucede?

Inquirí.

Siempre la llevaba a su casa montada en la parte trasera de mi moto. La sensación de sus manos aferradas fuertemente a mi estomago y su cuerpo pegado a mi espalda lo hacía tan placentero que cuando viajaba sin ella ya no encontraba satisfacción.

-Es que mis padres van a estar allí hoy, para celebrar mi fin de curso.

Explicó.

-No voy a entrar. No tienes que presentármelos, sabes...

Me apresuré a decir.

No había pensado en conocer a sus padres todavía y era algo para lo que no estaba listo. Tendría que prepararme para manejar la situación antes de hacerlo. No tenía idea de como debería interactuar un yerno con sus suegros.

Chelle negó con la cabeza y miró al suelo.

-No es por eso. Es que... es por los avisos.

Aclaró.

-¿Qué avisos?

-Los que han enviado de la escuela a nuestras casas.

Sus palabras me confundieron. Estuve unos segundos tratando de entender a lo que se refería. Si la escuela había enviado avisos a mi casa, mi tía probablemente los hubiese firmado y dejado de lado, como es costumbre, así que no me enteré.

-¿Qué decían esos avisos?

Pregunté.

Mi novia volvió a mirarme, sorprendida.

-Es... eran comunicados a nuestros padres de... bueno, de nuestras discusiones.

Titubeó, como si le costara admitir que alguna vez nosotros hubiésemos peleado.

La observé detenidamente antes de que ella volviera a fijar su vista en el suelo. No era la primera vez que daba un indicio de lo que hacía: ella trataba de tapar todo lo malo que sucedía y pretendía olvidarlo.

Una explicación a porqué ella había expulsado deliberadamente de su cerebro cualquier recuerdo de nuestra niñez.

-Y ellos no están muy felices con esto.

Prosiguió frente a mi silencio.

Mi estomago se revolvió. Me importaba una mierda caerle mal a sus padres, pero si lo hacía debía haber verdaderos motivos. Tenía la idea fija de que nuestras peleas no eran tan fuertes como el personal educativo lo hacían parecer, pero el miedo de que alguna vez la hubiese lastimado inconscientemente llegó a mí como un golpe duro.

Yo estaba desequilibrando su vida.

Sentí el impulso de arrodillarme frente a ella y pedirle disculpas. Lo que menos quería en la tierra era ver mal a esa mujer. La sensación de nuestras peleas me proporcionaba la adrenalina necesaria para apaciguar el torbellino de mi interior, pero jamás pensé que ella se viera seriamente afectada porque siempre se quedaba conmigo a pesar de todo.

Pero yo la estaba lastimando, y de repente me dieron ganas de llorar.

Me acerqué y la rodeé con mis brazos. Ella me devolvió el gesto y estuvimos varios minutos de esa forma. Yo trataba de controlar mis emociones y ella me transmitía su calma. Al final nos separamos. Me incliné para que nuestros ojos hicieron un contacto intenso. Quería que viera en mi mirada cuan sincero estaba siendo con mis siguientes palabras:

-Nena, a partir de ahora tú y yo tenemos un nuevo comienzo. Me encargaré de que estas vacaciones sean las mejores de tu vida. Hay algo aquí...

Tomé su mano y la guie hasta mi pecho, posando su palma sobre mi corazón.

-...que me indica claramente cuanto necesito de ti para que estos latidos sigan su curso. No voy a perderte. Si existe un 'para siempre', te quiero ahí conmigo.

La sonrisa que se extendía en los labios de Chelle mientras yo hablaba, terminó de formarse. Llevó sus manos a mi cara y la acarició suavemente.

-No puedo alejarme de ti, y en momentos como éste entiendo el porqué.

Dijo, pegando su frente a la mía.

-Te amo, Justin.

Algo pasó en ese momento. Como si se hubiese parado la rotación de la tierra, todo a mi alrededor pareció detenerse y yo mismo quedé paralizado.

Amor. No era algo a lo que yo apostaba, mi incredulidad por él no me lo permitía, además de que nunca creí llegar a inspirar eso en los demás. Sin embargo, la única persona por la que entregaría mi corazón estaba ahí, diciéndome que sentía tal cosa.

A pesar de que el debate y la confusión en mi interior causados por mis firmes opiniones sobre el tema empezaban a sonar en mi cabeza, a lo único que le presté atención fue a la felicidad que repentinamente había explotado en cada parte de mi ser.

Michelle me amaba. A mí.

Volví a levantarla del suelo y giré, como habíamos hecho minutos atrás, pero esta vez los dos reímos.


Love is Possible (Bieber is Back #2)

Tatiana Romina

Love is Possible -《Bieber is Back 2》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora