Shut your mouth! [Yata Misaki x Lectora]

Capítulo 8: Fushimi Saruhiko

          Cuando [Y/N] se despertó vio que se encontraba sola en la habitación y se sonrojó al recordar como le había pedido al pelirrojo que se quedase con ella la noche anterior y como, para su sorpresa, él había accedido. Una sonrisa tonta iluminó su cara aunque no entendía el motivo. ¿Por qué se sentía tan feliz por el mero hecho de que ese enano insoportable la hubiese acompañado? ¿Qué era esa sensación en el pecho?

          No podía ser que le gustase el skater. No había hecho más que discutir con ella desde que había llegado y la mitad del tiempo parecía molesto con su presencia. 'Pero... me pareció que anoche me abrazaba mientras dormía'. Si odias a alguien no le abrazas, ¿no?

          Al mirar la hora y ver que eran más de las 12 decidió levantarse e ir a desayunar algo. Aún sumida en sus pensamientos contradictorios sobre lo adorable que podía ser Yata en algunas ocasiones y lo idiota que podía ser en otras, [Y/N] se detuvo en el último escalón al oír su nombre.

          —Oi, Yata. ¿Sabes que he notado? Que apenas tartamudeas cuando hablas con [Y/N]— observó Izumo.

          'Cierto. Quitando el primer día, casi no tartamudea' pensó la joven, recordando como cada vez que Yata estaba cerca de cualquier chica, a excepción de Anna, comenzaba a ponerse nervioso y tartamudear. Y ya ni hablar de cuando tenía que hablar con alguna, aunque solo fuese para pedir la comida o preguntar algo.

          —¿Q-que quieres decir?— preguntó el pelirrojo.

          —Igual no tartamudeas porque te sientes a gusto con ella...— comenzó a decir Izumo. Aunque [Y/N] no podía verle desde donde estaba, apostaría lo que fuese a que el rubio estaba exhibiendo una de sus maquiavélicas sonrisas.

          —¿A-a gusto? ¡N-No diga tonterías Izumo-san!— exclamó el skater. —¡Es insoportable! ¡Siempre acabamos discutiendo!

          —Ah, Yata-chan. ¿Nunca has escuchado eso de los que se pelean se desean?

          —E-Eso e-es una tontería.

          [Y/N] podía suponer que a estas alturas el chico ya estaría más que sonrojado. Por un momento pensó en salir de su escondite y dar a conocer su presencia, pero enseguida descartó la idea. Tenía demasiada curiosidad y, además, desde que el rubio había sugerido que el pelirrojo podía albergar sentimientos por ella, el corazón no dejaba de martillearle. ¿Sería cierto?

          —Entonces dinos por qué no tartamudeas con ella cuando sí que lo haces con el resto de la población femenina del universo— intervino Chitose.

          —N-no lo sé— murmuró el pelirrojo. —¡Ni siquiera creo que se pueda considerar una chica!

          '¿Qué?' fue todo lo que pasó por la mente de la joven en ese momento. ¿Cómo que no podía considerarse una chica? ¡Si hasta utilizaba faldas y vestidos!

          —Tiene pechos... Eso la convierte en una chica— afirmó Chitose.

          —N-No se comporta como una. Las chicas no se pasan el día discutiendo.

          'Como se nota que no ha pasado tiempo con ninguna chica aparte de Anna' pensaron los dos chicos. Por su parte [Y/N], dolida por las palabras del pelirrojo, inspiró y exhaló varias veces hasta que se serenó un poco y, poniendo su mejor sonrisa falsa, salió de donde se encontraba.

          —Buenos días— saludó. Los chicos cesaron su conversación de inmediato.

          —Buenos días Bella Durmiente— contestó Izumo, mientras los demás asentían en su dirección. —¿Quieres desayunar algo?