Capitulo 18

60 4 2
                                    

Narra Mike

Mis ojos se abrieron sin siquiera yo haberles dado la orden, ¿Qué clase de pesadilla era esa? Oliver pidió que fuera con él y yo estaba yendo, caminando hacia su habitación sin poder creerlo.

Tenía un monton de suposiciones en mi cabeza y la única que tomé para concluír, era que Oliver me había llamado para amenazarme y yo estaba asustado después de todo.

Caminé todo el recorrido observando el suelo blanco que le daba un aspecto más escalofriante al lugar, Además del olor a café que inundaba negativamente mi nariz como si con solo sentir el aroma mis nervios aumentarían. Ya no había vuelta atrás, era como si fuese rumbo a mi ejecución. Con la diferencia de que no me llevarían a una guillotina para decapitarme, ni tampoco a una cámara de gas para asfixiarme. Me llevarían a hablar con Oliver, y ese para mí era el peor método.

Sentí una capa de sudor caer sobre mi rostro, haciendo que probablemente una mueca se posara en el mismo justo cuando la enfermera avisó que se alejaría.

Oliver me miraba expectante mientras yo lo observaba temeroso esperando a que mi cerebro atendiera mi ordenanza y actuara para que yo pudiera hablar. Luego de unos horribles segundos pude articular un "Hola" carente de firmeza, ganando una media sonrisa nostálgica por su parte.

-¿Puedo decirte algo? –Preguntó- asentí tragando saliva sonoramente.

-Te extrañaba, estúpido. –Declaró enronquecido y poco enérgico- Reí tembloroso buscando entre mi vocabulario algo para decirle.

-Oliver, yo...

-¿Qué hice yo para llegar hasta aquí? –Señaló con ambas manos alrededor- Me odian hasta esto sin si quiera darme el tiempo para averiguar por qué -protestó mirando profundamente a mis ojos- Sentí como si examinara mis pensamientos, como si después me hubiera quitado la capacidad de hablar y de razonar.

No pude permitirle a mi dañado corazón albergar más rencor y odio hacia Oliver, porque le dolía, y me enfermaba. Sus ojos y mi temor delataban la verdad, y nada más.

-Mike, jamás los hice responsables de haber hecho algo falso. –Confesó intimidándome una vez más- Entonces, mi torpe intelecto estimuló a la estupidez y hablé en mi "defensa":

-¿Por qué todos decían lo contrario? Era obvio que culparías a los que andaban contigo y después negarías haberlo hecho. –dije envalentonado.-

Oliver estampo una de sus manos en su rostro y la deslizó a lo largo de su cabello. Resopló recuperando la paciencia y dijo:

-Amé a Amanda como nunca había amado a nadie antes, y aunque me dolió verla revolcándose con mi mejor amigo, jamás la habría obligado a dejar la vida de esa manera, me atormentaría para siempre y ya he tenido suficiente. No sería capaz de hacer algo así. –Afirmó con autenticidad-

-¿entonces quien fue? –Cuestioné con una pizca de enfado- Los nervios se habían esfumado siendo remplazados por el enojo, pero Oliver quería arreglo.

-Michael, el lugar estaba repleto de personas, pero ninguna de ellas entró a esa habitación a excepción de Vic, Kellin, tu y yo. –Explicó pacientemente haciendo dibujos poco comprensibles con sus manos-

Percibí su ocultado nerviosismo, Sabía que diría que Kellin es el culpable. Pero eso no cabía en mi cabeza, sencillamente sobrepasaba a lo absurdo para mí. Sé que estuvo mal permitirle a Kellin y Amanda hacer lo que hicieron, pero el alcohol fue más divertido en el momento y no le di importancia a nada más en lo absoluto.

-¿Quieres decir que fue Kellin?

-Jamás lo creí capaz hasta ese día. Sé que estaba bajo el dominio de drogas y que no era consciente de nada. –carraspeó- Ya te había dicho que necesitaba calmarme y asimilarlo todo antes de perder el control de mi enojo, y por eso corrí al baño. Pero cuando regresé ya no estaban ni tu ni tu hermano, solo Kellin. –Pausó sorbiendo su nariz- Y no era como él, era peor que un asesino, lloraba. Me miró y me empujó para salir violentamente del lugar. Dejándome solo con mi agonizante novia en el suelo. –Dijo clavando la vista en los recuerdos-

-¿Dónde se habían ido? –preguntó serenamente mientras observaba mi figura sentarse en el sillón de al lado suyo-

-Mi madre nos había llamado millones de veces y tenía muchas llamadas perdidas por eso. Vic me obligó a salir, pensaba que era conveniente llegar a casa antes de perder a nuestra madre por causarle un ataque al corazón. –Dije mirando al suelo-

-Oh... -Comentó reflexionando-

Caímos en las rígidas redes del silencio dándonos paso a un momento de incomodidad.

Yo jugaba con mis dedos intentando ocultar mi ansiedad mientras Oliver contemplaba pensativo a la nada.

-Mike...

-¿Si?

-¿Me entiendes? –preguntó preocupado-

-Sinceramente, no puedo asimilar que Kellin haya cometido algo así. Pero tengo la certeza de que así fue aunque no haya sido su intención hacerlo. Es cosa del pasado y no por enterarme ahora mismo dejare de ser su amigo y... -tragué saliva- necesito que me perdones, Oliver. –Finalicé mirándolo a los ojos arrepentido.- Regresé avergonzado mi vista al albugíneo suelo, vi con el rabillo de mis ojos que una sonrisa sincera aparecía en la golpeada cara de Oliver.

-¿Volverá a ser como antes? –Preguntó a manera de propuesta a medida que su mano se extendía buscando a la mía para concluír el trato.-

-Amigos, de nuevo. –reí sonriendo en tanto que apretaba su mano amigablemente-

Oliver regresó a la seriedad luego de un par de segundos en silencio.

-¿y Vic? –Interrogó preocupado acariciando una magulladura apenas visible en su débil y tatuado brazo- La realidad me golpeó violentamente provocándome fatiga.

-No lo sé. –Admití desanimado- ¿y Heath? –pregunté consiguiendo tensión de su parte por mi imprudencia.-

-No sé qué haré si ella se aleja. –dijo agachando su cabeza, llevando luego su mirada al otro lado, de modo que yo no la pudiera ver.

Recordé que él estaba ahí prácticamente por culpa de esa garrapata.

-Oli... ¿Quisieras hablar con ella?, está aquí y está muy preocupada. Prometo contarle todo. –Dije intentando tapar mi indiscreción-

-¡No! No quiero que me vea así... -dijo tal vez odiando su cobardía-

-Está bien.

-Mike... el otro día encontré a un perro –sonrió como un niño- ¿podrías hacerte cargo de él? Es que ninguno de esos cuatro tipos de allá afuera quiere limpiar popo. –Sonrió titubeante en forma de mueca-

-Está bien –dije entre carcajadas- Ya me voy, que te mejores pronto- deseé levantándome de mi asiento-

-Mi perro se llama Oskar –tartamudeó confundido ante mi acto repentino- Debes sacarlo a las seis de la mañana y luego darle el desayuno a las 7, almuerza a la misma hora que un humano y cena muy poco a las cinco. –advirtió-

-Ok. –Articulé riendo- le di un apretón de manos y palmeé levemente su espalda como un abrazo de apoyo.

-Lo siento. –Murmuré en su oído- Me regaló una media sonrisa.

Salí de la habitación recordando el miedo que tenía cuando entré por primera vez, y reí en mis adentros, porque había llegado a compararlo incluso con algo tan espinoso como la pena de muerte. Regresé alegré a encontrarme con una Heather demacrada y angustiada.

Esta muy corto, lo sé. pero me costó mucho encontrar el tiempo y no quiero hacerl@s esperar mas, de verdad. 

Gracias por todo :')

Hold Me Close, Don't Let Go. -Oliver Sykes-Where stories live. Discover now