Capitulo 7

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Narra Heather

Llegué a casa algo apurada, apenas pude explicarle a mis padres el porqué no me quedaría a almorzar con ellos.

Me arreglé rápidamente y me senté en mi cama mientras observaba a Hannah durmiendo como marmota, minutos antes de la llegada de Kellin sentí que mi cabeza iba a explotar a causa de una fuerte jaqueca entonces tomé unas pastillas y luego cepillé mis dientes y apliqué un suave perfume sobre la pálida piel de mi cuello.

Escuché el claxon de un auto liberar su sonido frente a mi casa, e intuitivamente salí de mi habitación para avisar a mis padres sobre mi ausencia e ir con mi cita posteriormente.

Kellin estaba a punto de tocar la puerta, pero la abrí justo antes de que posara su puño en ella.

-Hola -dibujé una sonrisa con delicadeza en mi semblante-

-Hola -respondió cortés y amable- Kellin era tan adorable que provocaba en mi unas enérgicas ganas de abrazarlo.

Besé la mejilla de mi amigo para que el saludo se viera menos bajo o chocarrero.

-y... ¿A dónde vamos? -interrogué mientras subía al asiento del copiloto cuya puerta había abierto Kellin caballerosamente para hacerme subir. Kellin tomó el asiento de al lado para encender el auto y contestar después mi pregunta.

-A cine -sonrió dulcemente mirándome a los ojos-

¡Oh Kellin, eres tan hermoso!

Luego de un lapso largo en el que los pensamientos estúpidos e infantiles enredaban con brutalidad mi cabeza, Kellin aparcó su auto y me invitó a bajar del auto.

Entramos al lugar, compramos nuestros boletos y algún bocadillo para entretener nuestros paladares en el transcurso de la película.

Kellin escogió la película, -o más bien- yo le pedí que lo hiciera porque soy una estúpida.

Entramos a la sala de cine y nos dirigimos a la fila más cómoda que Kellin había pagado; mientras proyectaban los comerciales y publicidades típicos antes de una película, la gente charlaba y bromeaba mientras Kellin y yo hacíamos lo mismo.

[...]

La gran pantalla me permitió enterarme del nombre y la categoría de la película que Kellin había escogido, por las cuales extrañamente no pregunté.

THE BABADOOK

-¿Qué diablos? -cuestioné sintiendo como mis pupilas se dilataban y mi cuerpo se tensaba al pensar que lo que venía en pantalla sería una película de terror en un lóbrego y horrible ambiente.

Lo único que podía entender aunque no quisiera sobre aquella película es que un chico de nombre Samuel, leyó un libro con su madre que se trataba de un monstruo que espiaba a las personas que se enteraban de su existencia y les hacía vivir de la manera más miserable que le parecía. Samuel empieza a encontrarse con el monstruo y se vuelve loco... o algo así.

En el transcurso de dicha película que tanto odié y por la cual tendría que dormir en la cama de Hannah, La madre de Samuel, Amelia, gritaba de una manera perturbadora y me hacía sobresaltar en pequeñas ocasiones. Kellin comía de su pequeño bulto de palomitas mientras me dedicaba tiernas miradas y risas burlonas provocando mi enfado. Yo no quise comer, apretaba los apoyos de mi asiento para descargar la adrenalina y turbación sobre ellos.

No me estaba gustando en lo más mínimo.

El monstruo apareció en pantalla dejando a la vista su blanquecino rostro cuyos ojos pálidamente coloreados eran violentamente delineados con un color negro al igual que su enorme boca que escondía unos horribles dientes negros en continua descomposición.

Hold Me Close, Don't Let Go. -Oliver Sykes-Where stories live. Discover now