9- Sexy

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Venus

Tengo esta magnifica teoría de que en cuanto peor te sientas contigo misma, mejor debes lucir. El dolor, la tristeza, la frustración se ven evaporados en el momento en que decides vestirte y dar lo mejor de ti al mundo. No hay mejor sensación que ésta. Quizás suene tonto y muchos piensen que eso no cambia cuán destruido y descuajado te encuentras pero mejora todo. Ayuda a tu autoestima. Ayuda a tu mente y corazón.

Por eso cuando se me dio la oportunidad de salir con las chicas del instituto. Dije a la mierda todo. ¡A la mierda Agostina y su hermano! ¡A la mierda Stefan ¡A la mierda la escuela! Todos e pueden ir a la grandisi... respira, nena.. ¿nena? ¡¿nena?! el imbécil de Ste... respira respira. Inhalo y exhalo.

Después del desastre de día que tuve ayer me decidí por faltar a clases el día de hoy pero cuando fui al instituto y las chica me dijeron que porque no salíamos y nos divertimos un rato, ya saben, girl time. Dije ¿por qué no? Por lo que luego de mi madre diera el Ok ( no sin antes asegurarle quienes iban, cómo, cuándo y por qué) y mientras decidía que vestir, pensé: ¡hey! eres inteligente, hermosa y autosuficiente. Lucete. Así que, ¿adivinen que hice? Busqué lo mejor de mi guardarropa (escaso, cabe decir), me maquille, me peine y les sonreí a mi otra yo del espejo. ¿Quién necesita al resto cuando se tiene a sí misma?

Un codazo me sacó de mis pensamientos- ¡Hey!- dijo mi rubia amiga- ¿qué piensas tanto?- y sin dejar que le responda continúo- más te vale que tomes algo de alcohol, pequeña santurrona y que enganches  alrededor de tu dedo a cuanto chico lindo se te cruce ¿me has escuchado?

La risa ahogada de la castaña (con su ahora recogido cabello) retumba desde su posición el el asiento de copiloto. Su novio ladea una sonrisa y le cachetea un muslo a su novia. La reprende. Frunzo el ceño  hago una mueca. Malditas, pienso divertida.

Bufo- Ok- acuerdo- sólo si me dejas algo de tu trago, señorita esponja- un manotazo me responde. Me sobo la castilla golpeada y hago un mohín.

- No utilices ese tono conmigo, señorita- cruza sus brazos- bendito el momento en que ese inútil me llamó así

La voz de la castaña inquiere- ¿inútil?- compartimos una sonrisa- eso no es lo que decis el otro día cuando..- una patada a su silla la calló y las tres nos carcajeamos como gallinas histéricas (si es que existen)

Tomás nos avisa de que llegamos y todos bajamos del auto no sin antes asegurarnos de poner los seguros. Suspiro audiblemente. La castaña pasa uno de sus brazos por sobre mis hombros y apretuja mi cuerpo contra el suyo. Aquí vamos. Caminamos hacia la entrada, compramos las entradas y luego de 15 minutos de esperar en la fila, podemos entrar. Por fin! me estaba congelando. 

Música tecno que retumba por las paredes, luces estratosféricas iluminan aquí y allá, chicos y chicas bailando en la pista, otros en la barra y unos cuantos sentados en los reservados charlando. Nada fuera de lo común. Creo.

Teresa, mi rubia amiga, y Celeste, la castaña, me empujan para que continua mi paso hacia los reservados. Gimo interiormente. Odio los apartados. De tan solo pensar la cantidad de asquerosidades que debieron de haber sucedido allí me hace preferir mantenerme en  pie toda la noche. Exagero

Nos sentamos las tres, y nos miramos. Tomás busca con la mirada a algo o alguien. Ojala que no sea ninguno de sus babosos amigos, son pesados y machistas. Quiero decir, de esos de que toda la culpa,  cada mal sobre este mundo y  todas las boludeces del mundo son por la mujer. ¿Terremotos? la mujer tiene la culpa ¿hambruna? la mujer ¿alzheimer? la mujer ¿lluvia ácida? la mujer. Cansador. 

- ¿Qué van a tomar, chicas?- pregunta Tomás mientras masajea el hombro de su novia- La primer ronda es de mi cortesía- nos guiña el ojo. La rubia aplaude emocionada, sonrío inconscientemente. 

Cada una ordena y él se levanta y se va para traernoslo. Las chicas hablan entre ellas mientras me entretengo mirando  a mis alrededores y tamborileo mis dedos sobre la superficie de las mesa. 

- ¿vas a contarnos que sucedió ayer, gringa?- inquiere Celeste. Bufa divertida ante su apodo- prometiste contarnos, así que mejor que empieces a desembuchar.

Encogí mis hombros de manera despreocupada y me arrimo a la mesa para que se me pueda escuchar por sobre la música demasiado fuerte- Agostina- comente simplemente.

Teresa golpea su puño contra el tablero, la castaña murmura por lo bajo- ¿le has dicho a esa peña idiota que se esta ganando un día de ortodoncia? porque estoy juntando y juntando...'

Reí divertida ante su amenaza. Como si alguien pudiera acercarse y osar tocar un pelo de su angelical cabellera. Palabras de imbécil de Stef... no no no. No lo nombres. No sé qué me dolió más que me besara y no me buscara. Que me besara, no me buscara  ni preguntar cómo estaba. O que me haya ilusionado, permitiera que me besara (nuevamente) y que todavía esté en mis pensamientos. La frustración y el dolor empezaron a hervir a fuego lento. Los odio. Debería haberle hecho caso a mi mente. Pero por una vez pensé: "porque no dejar que suceda y luego ver" pues ¡mal! iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiihhh ¡error, damas y caballeros!

El golpe de las bebidas al ser colocadas sobre la mesa y las risas masculinas llamaron mi atención. Fijé mi vista sobre los recién llegados, a la espera de encontrarme con alguno de los babosos pero ¡¿en serio?! ¡por.qué.a.mí! ¡por.qué.ellos!



Helou! hello! Aloha! namasté! ¿Cómo se encuentran hoy?

Otro capítulo más, señoras y señoros ;) Me gustó escribir los últimos capítulos, amo el drama y los sentimientos revueltos y rebeldes. Espero les fa sci ne y no se olviden de darle click en votos. Se los agradecería mil!

Tengan una buena noche y/o semana!

Arriba, el outfit de fiesta (sin el pañuelo y bolso).

Besitos con sabor a chorizo,

Emii :)

All inclusive, nenaWhere stories live. Discover now