3.

294 30 10
                                    

Capítulo 3.

Por la mañana del viernes, después de aprovechar una fructífera relación de amor con Max que nos llevó un poco tarde salir de la cama, me dirigí a hacer unas diligencias referentes a mis nuevos diseños. La maquinadora trabajaba a marchas rápidas para sacar adelante los 20 vestidos para el domingo y la presentación en el desfile. Revise cada uno por minucioso detalle; regrese 7 para que hicieran unos cambios y 13 estaban listos para hacerme triunfar.

El domingo va a hacer mi noche, lo tengo todo planeado. Llevaba un mes preparándome para ello. Cuando una reconocida marca dijo que quería que algunos de mis diseños fueran parte de su colección, no me negué. Llevaba tiempo queriendo ser parte de ellos y me pareció un sueño hecho realidad cuando el contrato quedo firmado con mi puño y letra. Me fue bien. Todo estaba yendo de maravilla en referencia de lo laboral.

Mis empleadas eran perfectas. Siempre buscaban estar a mis órdenes y teníamos una comunicación más de amiga-amiga que de jefa-empleada. Les proporcionaba motivación y ellas me regresaban lo mismo. Éramos un equipo que comenzó con mis pequeños sueños y fue descendiendo.

Mi trabajo me llena.

Aconsejo que todos busquen algo en lo que sean buenos y les apasione hacer, que no se conformen con pequeñas cosas y superen expectativas. Aprendan y consigan ser los mejores en su rango. Motívense en desarrollar su vocación y cosechen pequeños triunfos para crearlo.

Cuando estoy caminando casi por llegar a mi tienda y revisar unos vestidos más, saco mi celular y marco. Me pongo el aparato en el oído. A los tres timbres contesta.

—Hola, bombón. —Sonrío por la cantarina voz y su alegría nata.

—Hola por allá, querido corazón.

—¡Estoy atascado! ¡Muerto! ¡Necesito respirar! —se queja. Escucho algunos murmullos y después una puerta se cierra.

—¿Qué haces, primo? —Frunzo el ceño.

—¿Cómo que qué hago, estúpida? Trabajar como un puto esclavo negro —dice indignado—. Sabía que era mala idea tomar la boda de Kate. ¡Es una asquerosa perra perfecta!

Me río. —Te lo dije.

—No, no me lo dijiste. Dijiste que era una obsesionada, no una perra perfecta que llora todo el tiempo y agradece mi nacimiento cuando besa mi trasero.

Oh Dios mío, por esta llamada espero todo mi día. Ángel siempre me hace reír.

—Déjala, está nerviosa. Tú no sabes el estrés que conlleva una boda se ensueños.

—¿Me estás asegurando que soy un puto soltero de mierda, que jamás va a conocer al hombre perfecto para casarse? —pregunta en reclamo.

Esquivo a una niña que estaba a punto de chocar en mis piernas. Le sonrió y le digo que tenga cuidado.

—¿De qué tengo que cuidarme, perra embarazada?

—A ti no te hablo le digo... —Mierda, lo sabe—. No me digas.

— ¡Sí, zorra barata! —me aturde cuando me grita de esa manera— ¡Y déjame decirte que no estoy de acuerdo que la puta de Victoria lo supo antes que yo! Es decir ¡Victoria no es tu jodida prima!

Victoria y su jodida lengua. A estas alturas no me sorprende que Nelson, mi madre y padre ya lo sepan. Lo que es peor, que Nelson y papá tengan una estrategia para asesinar a Max. No quiero quedar viuda antes del matrimonio.

—Cristo atado, Nicole.

Me sale una carcajada. — ¿Cristo atado? ¿Es en serio?

—Ahora no es momento de reírse de mis expresiones, estúpida. ¿Qué vas a hacer? ¿Ya le dijiste a Max? ¿Tus padres ya lo saben?

Walking on the mark » Justin Bieber (#2 TPLIM)Where stories live. Discover now