Capítulo 15. Primera cita

57.8K 5.3K 15.1K
                                    

— Nos vamos.

BaekHyun y yo nos despedíamos saliendo de casa, con sus demás hermanos escoltándonos hacia la puerta.

— Que les vaya bien. —Saludaba Tao con una sonrisa inusual en su rostro.

— ¡Yo quiero ir con ustedes! —Saltó un Xiumin muy entusiasmado que, antes de poder dar el segundo paso en dirección hacia nosotros, fue sujetado del cuello de la camisa, provocando que se ahogara limitándose a retroceder.

— Mejor prepara esos pulmones y ponte a inflar los globos. —Musitó Tao a su oído asiéndolo con fuerza de la ropa, con una mirada despiadada que le hizo correr un escalofrío por toda su columna vertebral.

— ¡ChanYeol! —Se acercó Luhan hacia mí, así que por inercia me incliné un poco para oír lo que tenía que agregar. Rodeó mi cuello con ambos brazos de manera fraternal, logrando que me encorvara aún más—. Dile la verdad —susurró contra mi oreja—. Pero no la verdad mentirosa.

Abrí mis ojos sorprendido. No sabía si Luhan era inocente de todo o consciente de sus palabras.

— Veré que puedo hacer. —Aseguré con el mismo tono de voz, algo nervioso al respecto.

— ¡Adios!

— ¡Vuelvan pronto!

— ¡Mucho cuidado!

Se despedían de nosotros cual recién casados, cosa que me provocó un tic en la ceja derecha, expresando evidente fastidio al respecto.

Comenzamos a caminar tranquilamente por las alborotadas y congestionadas calles de la ciudad. No era la primera vez que BaekHyun salía, por supuesto, pero si la primera vez que no llevaba puesta su máscara o una capucha. Y aunque había sido su elección, se le notaba bastante incómodo al respecto, agregando que nuestra pesada falta de comunicación colocaba el ambiente un poco más tenso.

Por supuesto yo no me sentía cómodo... él menos.

Parecía que estábamos caminando en contra de la corriente, pues la mayoría del tráfico peatonal ese día iba en sentido contrario. Mis palabras se repetían como un ciclo una y otra vez: "Con permiso", "Disculpe", "¿Me permite pasar?", "La carne de burro no es transparente"... bueno, eso último no, ¡pero si me provocaba gritárselo a esa gente que se quedaba parada en medio viendo a la nada! Cual perro por su casa.

Era sábado, la ciudad estaba tan congestionada. Y ni hablar del centro. Era una ola de personas por aquí y por allá, todos hablando al mismo tiempo, incluso el claxon de los autos desesperados atascados en una cola donde todos querían pasarse por encima.

A mí me fatigaban, por lo que como instinto volteé a ver a mi acompañante por si estaba bien.

Caminaba un poco más atrás de mí, intentando alcanzar estar a mi lado, pero las personas que me abrían paso terminaban por chocar con él. Se veía asustado y sus pasos eran tan torpes que con cada tropiezo se alejaba más y más. La frustración se veía a leguas.

Me sentí culpable por millonésima vez. Siempre había sido alguien orgulloso, pero en esta ocasión no me quedaba para nada, pues estaba siendo bastante egoísta e infantil.

Fruncí el ceño más para mis adentros apresurándome a sujetarlo de la muñeca.

Se sorprendió por el repentino agarre, así que dio un respingo levantando la mirada para encontrarse con mi recia expresión.

— Mantente tras de mí, no vayas a soltarte.

Advertí acercando su mano a mi espalda, y él obedientemente se sujetó de la tela de mi sudadera. Así pudimos comenzar a caminar. Si estaba justo a mis espaldas, pasaría desapercibido por la marea.

El niñero de los Byun [Hiatus]Where stories live. Discover now