22.- ¡Enhorabuena desapereces!

102K 11.1K 3K
                                    

Zachary tragó saliva y contestó la llamada después de tres intentos fallidos, usó guantes de textil para no contaminarse del artefacto.

—Gracias a Dios, creí que jamás me contestarías.

—Mmmmmh—tosió Zac.

—Sé que mereces una explicación, y antes de decírtela quiero que sepas que lo hice por tu bien...

—Esteeeemmhhh—intentó hablar—. No soy Dean.

—¿En serio?—se escuchó lejana la voz, como si se tomará unos segundos para verificar el número—. No lo creo, aparece su foto. O sólo que haya sido otro truco, no puede ser, no sé cómo...

—Laila—dijo rápidamente—. Si estás marcando al número original, pero Dean no está—carraspeó y bajó el teléfono.

—¿Dónde está? ¿Se encuentra bien? ¿Con quién hablo?

—Soy Zachary, su hermano—respondió mientras daba un bocado a su desayuno—. No sé dónde se haya metido. Sólo contesté porque estaba harto del sonido.

Laila dudó en preguntar a qué se debía dicha reacción, tenía entendido que sufría tecnofobia. Evaporó esos pensamientos y decidió abordar el punto:

—Podrías ir a buscarlo, ¿por favor? Necesito hablar con él.

—¿No ya habían terminado?—preguntó sin filtro y con la boca llena.

—No, es complicado, pero no—dijo apresuradamente—. Debo irme, me mandas un mensaje cuando llegue.

Zachary aún no había contestado cuando la ex novia -o novia- de su hermano había colgado. Se quedó confundido y negó con su cabeza. No sabía cómo enviar un SMS, solo le pasaría el comunicado a Dean. De todas formas, no mostró interés en buscarlo.

Después de terminar de comer, y de leer quince capítulos de un nuevo libro, volvió a marcar Laila.

—No ha llegado—agregó con la finalidad de colgar y seguir leyendo.

—¿Pero cómo?—espetó la rubia—. Dean nunca deja su celular. ¿No será que no quiere hablar conmigo?

—¿Estamos hablando del mismo Dean Blackelee? Él te adora, no te miento.

—Entonces, ¿dónde está?—insistió preocupada Laila.

—No lo sé. Salió a la calle en pijama hace unas cuatro horas.

—¿Qué?—gritó ella, asustada—. ¿Qué pijama llevaba?

—¿Una de ositos?—dudó Zac.

—Esto es grave.

—¿Por qué?

—Dean ama su pijama de ositos, y no se avergüenza de llevarla puesta. Pero no la llevaría a un paseo o algo parecido,  le encanta tirarse al piso y contemplar el cielo o las estrellas. Le gusta andar trotando o jugando mientras camina.

—¿Y eso qué?—arqueó una ceja Zac, a pesar de que ella no lo viera.

—Que con todo lo que hace arruinaría su pijama favorita. En todo caso, saldría a la calle con el pijama de Cars.

—¿Cuál es el punto de esto?—frunció el ceño.

—No es normal que uses tu ropa favorita para vagar, ya que estás deprimido.

¡No desconectes el Internet! | EN LIBRERÍAS ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora