IX

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Lentamente me está volviendo loco, quiero volver a escucharla gemir mil veces más. 

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Poco a poco comenzó a dejar el sueño en el que se encontraba, sintió unas suaves caricias que dibujaban su rostro, abrió su ojo y para su tranquilidad y más para su sorpresa; ella se encontraba ahí. Estaban rodeados de flores de primavera y los rayos del sol iluminaban a los dos cuerpos tendidos en la hierba.

-Has tardado una eternidad en despertar.- Le decía al peliplata con una sonrisa mientras se sentaba para verle mejor.

-¿Sakura?-el poseedor del sharingan dejó de lado todas las dudas que le rondaban en esos momentos, sólo pudo abrazar a la pequeña ojijade que lo miraba extrañada.-Estás a salvo

-¿Sensei?- El mayor soltó rápidamente a su alumna, escuchó la voz de Naruto pero para su sorpresa era la pelirosa que hablaba con el tono del rubio.

Se sentó y pellizco su brazo para asegurarse de estar verdaderamente despierto ésta vez, la tristeza que frecuentemente lo acompañaba se hizo más presente en ese momento por darse cuenta de la realidad, tan sólo fue un sueño, Sakura no lo acompañaba.

-¿Qué pasa, Naruto?-Su voz reflejaba el fastidio que sentía

-Ya es momento de comenzar el día, Kakashi sensei, es casi medio día.-El peliplata pasó una mano por su pelo, nunca en todos sus años de andar de misión en misión se había quedado dormido.

-Anoche estuviste hasta muy tarde por el bosque.-Apareció Jiraiya detrás del ojiazul

-No volverá a ocurrir, ahora andando.-Pudo ver a Sasuke sentado sobre una rama mientras contemplaba la escena, subió y se ubicó al lado del azabache, su mirada era lejana a lo que sucedía en el momento, conocía demasiado a ese pequeño misterio como para saber que pensaba en su venganza

-Piensas en...- Se vio interrumpido por el Uchiha.

-Debemos utilizar todos los sentidos, hemos buscado por más de dos semanas y no hemos visto pista alguna de su paradero.-La palabras del azabache eran firmes y confiadas, su tono típico mezclado con rabia y hasta desesperación.

El peliplata cerró su ojo intentando meditar sus palabras, le surgió la respuesta, era tan simple que se sorprendió de no haberla encontrado antes.

-Eso es, ellos nos están en la superficie

-¿A qué se refiere, Sensei?.-Decía el ojiazul muy confundido

-No me digas que...-Pronunció Jiraiya

-Exacto, su escondite está bajo tierra

-¡Así que se esconden como ratas!-Gritaba el poseedor del kyubi

-Deben estar al terminar el bosque, donde la tierra es firme y desierta.-Afirmó el azabache

-¿Qué estamos esperando? ¡Vamos a rescatar a Sakura-chan! ¡Dattebayo!

Los cuatro ninja se acercaban cada vez más y más a la guarida en donde yacía la joven kunoichi, Kakashi se encontraba a la cabeza del grupo e intentaba convencerse repitiendo una y otra vez que la pelirosa se encontraba con vida y una vez él llegara a rescatarla la hará sentir protegida , no como en las otras misiones en donde la salvaba, no como cuando la iba a dejar a su casa en medio de la noche, ésta vez la protegería diciéndole que está para ella, siempre lo estuvo y siempre lo estará.

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Las hojas de los árboles se balanceaban chocando entre sí, la silueta con capa de nubes rojas bajó de lo alto para volver a repetir la secuencia de su entrenamiento pero antes de poder dar el primer salto se detuvo en seco.

-¿Con que ya lo descubrieron?-Itachi sintió la energía del ninja copia, estaba lejos pero se acercaba peligrosamente a su paradero, comenzó a caminar llegando al pasillo que separaba a la pelirosa de él. Entró procurándose de no parecer exaltado, claro que no, Uchiha Itachi no permitiría tal comportamiento.

-Sakura.- la ojijade le esperaba parada con los brazos en su espalda, posó su mano en la barbilla de la menor, sintiendo de inmediato el nerviosismo que causaba en ella, esbozó una sonrisa de lado ante su reacción, aquella que hacía las rodillas de la kunoichi temblar.- Tengo algo que preguntarte y tu respuesta será el futuro que te espera.

"Demasiado cerca, mantente de pie Sakura, que ni se te ocurra balbucear"-¿A qué...A qué te refieres?-"Gracias Hinata por las lecciones" Las orbes de la menor no podían mirar otra cosa que no fueran los oscuros ojos de su secuestrador y el saber que él también la observaba fijamente causaban constantes choques eléctricos por su cuerpo.

-¿Quieres estar aquí esperando lo peor todos los días que restan de tu vida y seguir con la falsa esperanza de que algún día tus amigos llegarán-Apretó su puño al saber que le estaba mintiendo a la menor- o venir conmigo?-"¿Conmigo? ¿¡Por qué siempre me da tan vaga información!?" la pelirosa tragó grueso y trató volver a respirar.

-¿Con...contigo?-

-Ya me escuchaste, vendrías conmigo, pero con una condición.-"Era de esperar"

-¿Cuál?- Llevó su mano al lugar en donde el mayor la había tocado antes, volvió a sentir las rodillas fallar al ver al azabache acercar su rostro lentamente hacia el de ella, paró dejándolos a tan solo unos pocos centímetros de separación, los suficientes para mezclar sus respiraciones y calor.

-Serás mía, me pertenecerás y estarás completamente bajo mi merced.-Sintió a la menor dar un pequeño brinco contra él- ¿Entonces...?

La ojijade recordó el día anterior, el contacto de sus cuerpos, sus labios por su cuello, los susurros que la nombraban. Volvió su vista hacia el azabache, era su captor y ella su presa, no había escapatoria y la chica lo sabía, ¿acaso debía si quiera analizar ambas opciones?, respiró profundo.

-Iré...Iré contigo-Pronunció con miedo, el mayor tomó las manos de la pelirosa entrelazándolas con las de él, sonrió por el hecho del poco tiempo que le tomó a la ojijade tomar una decisión, sabía que elegiría estar con él, de todos modos, tampoco la habría dejado tomar la otra opción.

"No hay vuelta atrás" pensaron ambos amantes, entre la oscuridad podían compartir los pensamientos, Itachi tomaba la fina mano de su acompañante para intentar tranquilizarla de su miedo y dudas, en cambio ella, inútilmente trataba de mantener distancia y centrarse en sus pensamientos, de igual forma terminaba caminando al lado del poseedor del sharingan, rozando su brazo con el de él mientras creaban calor entre la neblina.

Ella había sido su deseo carnal desde el momento en que la vio; temblando de miedo y mirándolo fijamente, detrás de sus dos compañeros que intentaban protegerla, era el vivo reflejo de la inocencia y belleza, algo que debía ser de su propiedad. Ahora que lo era, tenía que asegurarse de poseerla en todas las formas posibles, nadie lo podría detener, ni ella, ni sus amigos, ni si quiera el mismo.

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Abrió los ojos y notó que su alrededor era muy distinto a lo que ya estaba acostumbrada a ver cada momento al despertar, no era una fría celda ni nada parecido, era una amplia y linda habitación decorada con simpleza pero con elegancia. Se sentó en la acogedora cama, ocupaba tan solo un pequeño lugar en ella.

"¿En qué momento llegué aquí?"- se preguntaba la confundida pelirosa, siguió recorriendo la habitación con la mirada hasta que encontró al hombre que estaba detrás de todo eso.

-Aquí es donde te quedarás, ese es el baño, hay ropa y toallas listas para ti.- Le indicó con el dedo el azabache.- ve a alistarte.- "Otra orden" Sabía que continuaría y no dejaría de lado su personalidad autoritaria, mucho menos ahora.

-Sakura.-La ojijade se giró para verlo antes de cruzar el umbral.- Desde ahora soy tu amo, y me llamarás como tal.-Dicho esto cerró la puerta.

La menor salió envuelta en una toalla, disfrutó como nunca ese baño y agradecía profundamente a Itachi, su amo. Dio un pequeño salto por el asombro de ver al moreno sentado esperando a su salida.

-Ahora - Se levantó y se acercaba a la pelirosa- ¿No crees que esto te estorba?-Tomó la toalla que cubría la desnudez de la menor dejándola en el suelo, tomó su cintura y comenzó a bajar por ella con cálidos besos.- Comencemos. 

Siempre fuiste mía- ItaSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora