Capítulo 22

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llevaba una media hora andando por el bosque y aún no había encontrado la casa pero de repente escuché a alguien gritar mi nombre desde lo lejos al escucharlo me giré y vi corriendo a Jeff hacia mí.

-No! Dejame en paz! Dejame! - grité y empecé a huir como loca.

-No! Espera!

Mi cuerpo dejo de correr sin que yo se lo ordenara.

-Que quieres.

-Necesito que hagas una cosa.

-El qué.

-Confías en mi?

-No.

-No importa, tú sígueme.

-Vale -Dije poco convencida.

Llevaba toda la mañana andando y ya me estaba hartando de todo.

-Ya falta poco. -dijo después de andar durante mucho tiempo.

A lo lejos se podía haber unas cuantas casas así que supuse que sería un pueblo pero... ¿un pueblo para que?
Entramos en el pueblo, en ese pueblo había gente. Poca, pero había.
Todo el mundo miraba mal a jeff ya que con su melena tapaba toda su cara, bueno pero menos mal que no se le veía la sonrisa porque sino ya le mirarían el doble de mal.

-Ven, por aquí.

Entramos por un callejón donde habían varias ventanas de una casa Jeff abrió una de estas y entró a la casa.

-Pero que haces?

-Entrar en la casa?

-Ya lo veo ya.

-Entonces para qué preguntas? - pase de su estúpida pregunta y me metí en la casa como él hizo. -no te muevas de aquí.

Le hice caso y espere ahí abajo hasta que el bajo con una bolsa negra con forma alargada.

-Que llevas ahí?

-Calla y ven.

Salimos del pueblo esta vez muchísimo más observados por la bolsa negra y me llevo otra vez al medio del bosque.

-Puedes decirme ya lo que hay dentro de esa maldita bolsa?

-Es un cadáver. -dijo él tranquilo mientras que yo me quedaba en plan wtf.

-Como!?

-Pues eso, un cadáver.

Dejó la bolsa caer al suelo y este abrió la bolsa dejando un agujero donde se podía ver el rostro de una anciana muerta.

-Hola!? La has matado!? Para eso ya tenías el de la casa!!

-Meh, ahora ya está.

Yo me quedé flipando en esa situación.
Jeff abrió la bolsa del todo dejando el cadáver al descubierto.

-Toma -Dijo dándome su navaja.

-Para que?

-Quiero que se la claves en el pecho.

-Hola!? Pero que estamos tontos o que!?

-Mira, es así de sencillo. - Jeff le clavó la navaja en su pierna para darme un ejemplo de como clavarle la navaja a esa pobre anciana.

-Ahora te toca a ti.

Mira el cadáver con pena, salía mucha sangre de la pierna en la cual le había clavado la navaja.

-Piensa que ya está muerta, que nadie te puede ver y que no va a sentir nada.

Pensé en las palabras que me dijo y vi que él tenía razón, respire hondo y se la clava en el pecho. Era una sensación muy agradable, era como... No sé, se me fueron todos los malos pensamientos de la cabeza al clavarle la navaja al cadáver.

-Excelente. Te ha gustado?

-Sería raro si te dijera que si?

-No.

-Entonces si.

-Quieres probar otra vez?

No le contesté y me lancé directamente sobre el cuerpo para esta vez clavársela en toda la frente.

-Wow, veo que te ha gustado.

Se la clavé otra vez, esta vez en el brazo.
No podía parar de clavarle a navaja en todas las partes del cuerpo, era una sensación... No sé pero me gustaba mucho.

-Veo que te diviertes.

Paré un segundo y mire mi ropa, estaba cubierta de sangre si María me viera así no me hablaría nunca más y se alejaría de mí.
Miré los ojos de Jeff detenidamente y luego rápidamente desvié mi mirada hacia mi ropa dándole como una señas de que la mirara.

-Que quieres que haga? Has visto la mía?

-Tienes casa?

-Si.

-Y lavadora?

-Que es eso?

-Mal vamos.

Después de unos segundos de silencio Jeff me miró detenidamente a los ojos y se acercó a mí poco a poco, este me cogió de la cadera, me arrimó a él y acercó su cara a la mía.

-Jeff, te recuerdo que tengo novio. -Le corté cuando iba a besarme.

-Mierda... No me acorbada. Pero... No está aquí.

-Y? Sigue siendo mi novio esté o no aquí, lo siento.

-Vale, te acompaño a casa?

-Si puede ser si.

Bajo la cabeza avergonzado y me acompañó hasta la casa.

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-Adiós -Me besó la mejilla rozando mi labio.

No me importó y yo le di otro beso en la mejilla, pero yo en medio de la mejilla.

Entré a la casa y Maria seguía allí dormida.

Subí a mi habitación para cambiarme de ropa ya que estaba llena de sangre, la escondí, bajé y me acosté en el otro sofá como si no hubiera pasado nada hasta que Maria despertó.

-Buenos días dormilona.

-Buenos días ¿llevas ahí desde las 5?

-Si.

-¿y no te ha pasado nada?

-No. -mentí.

-Ah, bueno, me alegro.¿que hora es?

Encendí el móvil y miré la hora.

-Las 9.

-Joder que pronto.

-Nah, hora de desayunar, te hago un sandwitch?

-Vale.

Preparé dos sandwitches de nocilla, le llevé el suyo y ambas nos lo comimos enseguida.

Charlie Charlie, ¿estás ahí? Where stories live. Discover now