44.- Noche buena. (Lily Potter)

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El tiempo pasaba y las situaciones se hacían cada vez más insostenibles. El animo de todos podía cortarse con el filo de un cuchillo ¿Terminaría alguna vez esta guerra? ¿Teníamos siquiera una mínima oportunidad de ganar? 

Acabábamos con cierta cantidad de Mortífagos, y Voldemort reclutaba el doble o el triple. De aquella manera no avanzábamos. El miedo hacía que la gente se ocultara en vez de luchar, lo cual era totalmente perjudicial para nosotros. Necesitábamos más aliados o un milagro para sostener todo y que no se derrumbara lo poco que habíamos podido construir. 

La puerta principal de la base se abrió de par de par y Ayra entró cubierta por un gran abrigo de piel.

- ¡Lo he encontrado! - Exclamó sonriente mientras se quitaba el gorro de la chaqueta y se sacudía, dejando caer una gran cantidad de nieve. 

Estábamos a mitad de Diciembre y mi amiga había estado afuera por algo más de tres meses. En la busqueda de algo que nadie, excepto Dumbledore, sabía que era. Por lo cual teníamos que lidiar con malhumorado e insoportable Sirius.

- ¡Desapareciste por tres meses enteros! - Corrí a abrazarla - ¿Donde demonios te habías metido? ¡Dumbledore no nos quiso decir nada!

- Yo no quise que... no quise que les dijeran nada ya que no era seguro que encontraría algo ¡Pero lo he encontrado! - Rebuscó entre un gran bolso y sacó un libro de grandes dimensiones y una infinidad de páginas. 

- ¿Sparks? - Sirius asomó su cabeza por la puerta de la cocina al escuchar la voz de su novia y con un brillo en sus ojos al divisarla, corrió a abrazarla por la cintura y alzarla del piso para apretarla contra él. - ¡Yo ya me creía viudo! - Exclamó el chico cuando la dejó nuevamente sobre el piso - ¡Vieras la cantidad de chicas que quieren ocupar tu puesto, querida!

Ayra rodó los ojos y lo hizo a un lado, para quitarse el abrigo y dejarlo sobre uno de los brazos del sofá. 

- Menos mal volviste justo para navidad - Su novio la siguió - o hubiera tenido que darle mi regalo a alguien más.  - El chico hablaba en broma pero no podía esconder su noto de molestia.

- Sirius - Ayra suspiró y lo miró, sentadose sobre el sofá - Lamento haberme demorado mucho ¿Si? Pero esto era realmente importante. Es información crucial para poder lograr ventaja y tal vez ganar esto. 

- ¿Y por qué tenías que ir tu sola? ¿Por qué no me dejaste acompañarte?

- Porque tú hacías mucha más falta aquí - Ayra estiró una mano y acarició su mejilla suavemente, mientras Sirius relajaba su dura expresión - Pero ya regresé y estoy bien.

Black suspiró y se dejó caer junto a ella, abrazándola con fuerza y susurrándole cuanto la había extrañado.

Me aclaré la garganta incómoda, sintiéndome totalmente fuera de cuadro ante aquella situación.

Dí tres pasos hacia la cocina cuando la voz de mi amiga me interrumpió.

- ¡Lils! Ven a ver lo que encontré. 

- De acuerdo - Me devolví sobre mis pasos y me senté al lado de Ayra. 

En cuanto me instalé, mi amiga se me quedó mirando fijamente.

- ¿Qué pasa? - La miré incómoda.

- Tienes algo... diferente - Ladeó sutilmente el rostro observándome con detenimiento y yo giré el rostro mirando a otro lado.

Me mordí el labio inferior con nerviosismo y traté de esquivar su pregunta. 

¿De verdad podía notarse?

MERODEADORES: Historias de amor y guerra.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن