MERODEADORES: Historias de amor y guerra.

36.- Quiero mi venganza. (June Mills)

La familia Black nos había acogido a mí y a mi madre luego de la tragedia que habíamos pasado con nuestro padre. Luego de un par de meses yo ya no lloraba externamente su perdida, pero mi corazón jamás se compuso.

El tiempo continuaba y los seguidores de Voldemort aumentaban en número considerablemente. Al parecer la mayoría ya se había dado cuenta de cuál era el lado más fuerte y aunque Dumbledore reclutaba magos y brujas bastante admirables, la balanza estaba del lado de Voldemort y sus Mortifagos.

- La reunión de hoy será aquí - Regulus entró a mi habitación - Consiguió alianza con los gigantes y los trolls y quiere darnos a saber su siguiente paso - Se sentó en el borde de la cama y yo dejé el libro que tenía en mis manos a un lado para mirarlo a los ojos.

- Los trolls son torpes.

- Pero en manada son bastante peligrosos, brutos... ellos solo atacan. Bien dirigidos podrían sernos de mucha utilidad.

- Reg, ¿No se les ocurrió que Sirius ya habrá dicho que su familia es partidaria de este lado y tendrán esta casa en observación? - Tomé una de sus manos y comencé a jugar con sus dedos.

- Tenemos todo bajo control, no creas que se toman estas reuniones a la ligera... y en el caso de que algo sucediera, les patearíamos el trasero - Me guiñó un ojo y yo no pude evitar reír.

- ¿Entonces hay que vestirse de gala y copa para esta noche? – Me senté en sus piernas.

- Sabes que... no podrás asistir a la reunión. Mortífagos solamente y tú eres bastante firme en que...

- En qué no me haré aquella marca - Completé la oración - Lo sé.

- Estás de nuestro lado ¿Por qué no hacerlo oficial de una vez por todas?

- Porque sabes que no estoy completamente de acuerdo con sus ideales, Reg - Lo miré a los ojos - No me importa el linaje de la sangre.

- Pero si te importa castigar a los muggles ¿no? - Acarició mi mejilla con su pulgar.

- Se creen superiores - Miré al techo - Y deben pagar por lo que hicieron.

- Ya nos encargamos de los muggles que atacaron a tu padre.

- Pero son los muggles en general ¿No lo entiendes, Reg? ¡Seguirán tachándonos de freaks por ser diferentes! ¡Y no tienen ninguna consideración con nosotros, somos monstruos, anormales y deben aniquilarnos!

- Hey, no estoy en contra de lo que dices, conejito - Tocó la punta de mi nariz con su dedo índice - Lo entiendo a la perfección.

Suspiré.

- Tú asistirás ¿no? A la gran cena de reunión.

- Sí. Creo que planearemos cómo inmiscuirnos en el ministerio. Él está muy interesado en tener el control absoluto. Y he oído que tiene un muy buen plan para lograrlo.

- Wow... llegando al Ministerio...

- Exacto, será más fácil todo.

- Bastante astuto... - Recorrí sus labios con la yema de mis dedos, delineándolos - De aquella manera puede poner a Dumbledore y su ejército como a los más buscados y acabar con ellos. ¿Crees que llegue a convencer a la cantidad adecuada de gente?

- ¿Acaso lo dudas? Es obvio que mientras más días pasen, más adeptos tendrá. Todos se dan cuenta de que somos la causa correcta. Ahora debo ir a terminar unos asuntos. Luego, cuando termine la reunión vendré para que pasemos un rato juntos y tranquilos ¿Sí? - Me sonrió, enfocándome fijamente con sus ojos negros.