34.- Correr el riesgo. (Remus Lupin)

1.2K 116 99
                                    


- Hey - Rose entró a la cocina después de la media noche, con el cabello despeinado y una bata rosa pálida - ¿Tú no piensas dormir?

- No tengo sueño, dormí algo en la tarde - Mentí mientras le daba un sorbo a mi taza de café.

- Y si tomas café, menos vas a tener sueño ¿no? - Sacó ingredientes para prepararse un sandwich y llevándolos todos a la mesa comenzó a armarlo - ¿Quieres uno?

Negué, volviendo la mirada a mi café.

- ¿Y tú que haces despierta? - Pregunté cuando se sentó frente a mí.

- Hambre de media noche - Rió - ¿Sabes? Jamás fui muy buena en adivinación... - La miré - Pero tu cara me dice que no es por falta de sueño por lo que no duermes...

Le di el último sorbo a mi café y me puse de pié, caminando al lavaplatos para lavar mi taza.

- Recuerdos - Admití mientras me secaba las manos - Hay recuerdos que me... mantienen despierto.

- ¿Quieres hablar de eso?

- No soy especialista en hablar cosas de mí - Volví a sentarme frente a ella - Se me hace más fácil escuchar y dar consejos para los demás.

Ella sonrió y tomó un cuchillo, partiendo el sandwich en dos mitades y entregándome una.

- Come - Me ordenó con amabilidad y se puso de pié, sacando dos copas pequeñas y una botella de hidromiel.

Sirvió los vasos y me entregó uno, para luego mirarme atenta.

- Yo... - No sabía que decirle.

- Tengo toda la noche, Remus - Me sonrió - Y soy toda oídos, así que adelante. Cuéntame qué te atormenta.

Me rasqué el cuello, incómodo.

- No es... no es fácil. Y realmente aunque quiera, no puedo contártelo todo.

- Entonces cuéntame lo que puedas. Así te desahogas un poco. Dicen que lo que no cuentas, te mata por dentro. Poco a poco te ahogas con lo que te atormenta. ¿Cómo sabes si podemos ser...buenos amigos algún día y eso comienza hoy?

Bebí un poco del vaso y hablé mirando el sandwich.

- Es básicamente sobre una chica...

- Lo suponía - La sentí comenzar a comer su aperitivo de media noche.

- ¿Cómo pudiste suponerlo? No la conoces.

- Pero eres un chico guapo – Me guiñó un ojo – Alguna chica debe estar ahí en tu corazoncito.

- Era mi novia y... la perdí por miedo.

- ¿Miedo?

- Hay una parte de mi vida que no pude jamás compartir con ella - Traté de explicar sin revelar demasiados detalles.

- Desde que te conocí hace unos meses me pareciste bastante misterioso - Rió y bebió - Y muy, muy interesante.

¿La vi sonrojarse?

- Eh... claro. El punto es que por ese "secreto", sintió que yo no confiaba en ella plenamente y además que le inventaba muchas mentiras como excusas y - Tomé aire - Un día lo descubrió todo de la peor manera.

- Y terminó contigo - Concluyó sola mientras daba el último mordisco a su emparedado - Las mentiras no se pueden ocultar por siempre. Tarde o temprano salen a la luz.

- Solo quería ganar tiempo...

- ¿Crees de verdad que ella se lo creía? Las mentiras que inventabas para tapar tu engaño - Me miró fijamente y yo negué despacio.

MERODEADORES: Historias de amor y guerra.Место, где живут истории. Откройте их для себя