CAPÍTULO XII

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Camila no había estado dispuesta a someterse nuevamente a la espera de un taxi en hora pico en el Distrito Financiero de NYC, así que tuvo la idea maquiavélica de usar a Lauren como su conductor designado para que la llevara en su auto a recoger las llaves del que sería su nuevo hogar. Además de que tenía la esperanza de que afuera de la Empresa, en un ambiente más íntimo, Jáuregui bajara un poco la guardia y pudieran discutir los asuntos de trabajo como dos adultos y no como dos niñas de cinco años peleando por ver quién se queda con el juguete nuevo o con todos los dulces de la canasta.

-Así que no sabes conducir...¿O por qué tú no has comprado un auto, Camilita bebé?- Preguntó la ojiverde con cierto dejo de maldad mientras conseguían distinguir los anuncios de Times Square.

-¿Para que querría comprar un auto si tengo quien me lleve a casa en un lujoso Porsche?- Respondió la morena guiñándole un ojo y encendiendo el estéreo.

-Deja ahí- Lauren le propinó un manazo a Camila quien oprimía todos los botones del equipo de sonido intentado encontrar la función del bluetooth para poner la música de su iPhone -Vas a desconfigurar todo-

-Pues lo llevas a la Agencia y que lo configuren de nuevo- Se encogió de hombros, como si fuera el razonamiento más lógico del mundo.

-¿Siempre eres así de insoportable o me piensas castigar solamente porque planeo hacerte la vida imposible mientras vivas en New York?- Preguntó Lauren rodando los ojos.

-Realmente soy adorable...- Camila le sonrió, pero Jáuregui se perdió de esa sonrisa que bien podría estar catalogada como una de siete maravillas del mundo por ir atenta en el camino -Solamente que para ti he creado una edición deluxe de mí misma, que incluye todos mis defectos pero potencializados en su máxima expresión-

-No es necesario que te esfuerces tanto- Ella mantenía la vista fija en las calles -De verdad que así siendo tú misma es suficiente para odiarte- Dejó salir de su boca como si nada

Camila rió discretamente negando con un movimiento de cabeza -Tú no me odias, de hecho se te van las horas del día buscando razones para hacerlo, pero no eres capaz-

La Amargada Empresaria guardó silencio. ¿Qué demonios le pasaba a Camila y por qué hablaba con tanta seguridad? ¿Acaso había escuchado su conversación con Vero? ¡Noooooo! Su suerte no podía ser tan mala. "Aquí es" Escuchó hablar a la morena.

Entraron al edificio y Lauren aparcó el Porsche en uno de los dos cajones de estacionamiento que le correspondían al número de Apartamento que Camila compartiría con Ariana.

Entraron a unas oficinas y saludaron de mano al Agente inmobiliario que le hizo entrega de las llaves a la Fotógrafa y la felicitó por haber tomado la mejor decisión. "Siempre es un placer tratar con personas tan bellas como usted, Señorita Cabello" Le escuchó Lauren decir. ¿Qué le pasaba a ese imbécil? ¿Cómo se atrevía a coquetearle a Camila frente a ella?. Su cara de orto se enfatizó más de lo debido y tomaron el ascensor.

Al fin encontraron la puerta cuya numeración asignada era el 1995.

La morena hizo un amago de pasar la tarjeta a través de la cerradura magnética pero se detuvo. -¡Oh, espera!- Dijo para joder a Lauren -¿Debo cargarte o algo así para entrar en nuestro nuevo hogar?-

-Eres una debilucha, Cabello, en cambió yo...- Lauren deslizó el cierre delantero de su vestido negro dejando a la vista sus perfectas abdominales -Puro músculo- Lástima que nada de esto podrá ser tuyo algún día. Subió nuevamente la cremallera cubriendo por completo su cuerpo, dejando a Camila sin palabras y sin aliento. -Cierra la boca que no quiero que te tragues una mosca y abre la puerta rápido- Le ordenó Lauren notando el momento de debilidad que acababa de provocar en la fotógrafa.

Pero ella no obedeció. -¿Se...Se p-puede saber...- Intentaba preguntar pero se atragantaba con su propia saliva -¿Cómo haces para vivir en la oficina y en el gimnasio al mismo tiempo?- Finalmente consiguió hilvanar las palabras de forma adecuada.

-Es un truco demasiado complicado para alguien como tú, Cabello, pero te lo pienso revelar con la condición de que pares de pensar que estoy en deuda contigo o algo que me obligue a andar acompañándote a todas partes-

-Está bien- Respondió fingiendo resignación, tampoco es que le encantara traer pegada a Lauren Jáuregui para todas partes como un tótem. Obviamente lo hacía para molestarla y para usarla de chófer ¿Cierto?

-Pues el secreto de mi eterna belleza y juventud es...Simplemente levantarme a las 7:00 am ¿Alguna vez lo has intentado? ¡No! Déjame adivinar, a esa hora apenas comienzan tus Gatsby fiestas...Así que mientras tú rellenas el cuerpo con toxinas yo las elimino con una estricta rutina de ejercicio-

¿Cómo hacía Lauren Jáuregui para levantarse tan tarde y aún así tener tiempo para meterse no sé cuantas horas al gym y nunca llegar tarde a la oficina? Definitivamente tendría que aprender a administrar mucho mejor su tiempo.

Finalmente se decidió a abrir la puerta y se encontraron con un lugar bastante moderno de dos plantas, amplio, minimalista pero con acabados sumamente lujosos. -Linda sala- Se burló Jáuregui evidentemente por la ausencia de muebles.

-No hemos tenido el tiempo de ver suficientes opciones para comprar un mobiliario que nos llene el ojo a ambas- Le explicó cortésmente.

-Bueno, pero supongo que podemos subir a tu habitación y probar ese colchón- Le guiñó el ojo con malicia.

-Claro...Podríamos...- Comenzó a sentirse nerviosa, no esperaba que Lauren le siguiera el juego, y mucho menos tan intensamente -Sin embargo, tampoco tengo cama...- dijo caminando un poco hacia atrás aunque con la vista clavada en Lauren.

-Colchón inflable...¿Tal vez?-

Camila no resistió mucho y terminó mordiéndose el labio. -Mira Jáuregui, si fueras una persona amable, menos amargada y con sentido del humor...Tendría sexo contigo hasta en la barra de la cocina, pero da la casualidad que eres una cretina y tampoco eres mi tipo-

-Ni tú el mío- Se defendió -Además...Tú me trajiste aquí con engaños o ¿Realmente vamos a hablar sobre asuntos de trabajo?-

-Claro que vamos a hablar del C.J. de Detroit, pero hay otro asunto que me tiene algo preocupada y creo que es más importante que los negocios-

-Vamos, Karla, tú solamente me trajiste a tu apartamento para estar a solas conmigo y déjame decirte que no te está funcionando, además para mí no existe absolutamente nada más importante que el trabajo- Le dejó muy en claro.

-¿Estás segura de eso, Lauren? ¿De verdad eres ese ser tan egoísta que aparentas y nada te importa más que la Empresa, ni siquiera tu hermana?- Preguntó Camila entre molesta, exaltada y sumamente desilusionada.

MISIÓN, VISIÓN, VALORES Y OBJETIVOS DE UNA EMPRESA NO CUMPLIDOS. (CAMREN)Where stories live. Discover now