~ Capítulo 13 · La familia ~

7.7K 568 25
                                    

Estaba en el coche de Jason esperando llegar al destino desconocido. Había hecho una locura de la cual ya no estaba a tiempo para arrepentirme.

- ¿Nerviosa? - dijo Jason.

- No, solo tengo frio. - dije intentando justificar mis temblores debidos al nerviosismo.

- ¿Y porque te muerdes el labio?

Mierda. Maldita sea, siempre igual.

- ¿A dónde vamos? - pregunté cambiando de tema.

Jason sonrió y humedeció sus labios seguidamente.

- Sorpresa.

Tragué saliva intentando aclarar mi mente y pensar con claridad.
Venga Ash... mira a tu alrededor, algo debe de sonarte para saber dónde estás.
Mis manos empezaron a sudar presa de los nervios. No sé si era por estar pendiente del camino, por inventarme una excusa o por la impaciencia de llegar pero cuando quise darme cuenta, Jason estaba estacionando su vehículo frente a una casa increíblemente grande.

- ¿Aquí vives tú? - dije incrédula.

Jason sonrió y cogió mi mano para cruzar el gran jardín que rodeaba la casa y entrar en ella. Las puertas, enormes también, escondían la siniestra decoración que había dentro de aquella casa. Todo lúgubre y cerrado, ningún rayo de sol penetraba por ninguna de las ventanas. Parecía dos casas totalmente opuestas, por fuera era blanca y en perfecto estado, y por dentro parecía que hiciese años que nadie pisaba aquel sitio.

- Es muy... - empecé - muy...

- Impactante. - acabó completando mi frase Jason.

- Sí, eso mismo quería decir. - sonreí forzadamente - ¿Aquí es donde vives?

Jason asintió.

- Ven, tengo que enseñarte algo.

Me cogió de la mano y me llevó a una de las salas. Tenía todas las paredes llenas de fotografías, muchas de ellas se notaba que eran antiguas. Empecé a mirar detalladamente cada una.

- ¿Es tu familia? - pregunté.

Jason se acercó por mi espalda. Pasó sus manos por mis caderas, quedando él detrás y colocó su barbilla sobre mi hombro.

- Sí, él era mi abuelo.

- ¿Y ellos? - pregunté mirando la foto que tenía enfrente. En ella salían una pareja. La mujer, estaba embarazada y mostraba su tripa y el hombre, acariciaba la barriga de la que parecía ser su esposa.

- Mis padres.

- ¿Dónde están?

- Han fallecido Ash.

- Vaya... lo siento. - dije colocando mis manos sobre las suyas.

Noté como la mano de Jason pedía paso entre mis dedos para quedar entrelazada, y no me negué a ello.

- Mi padre murió en un accidente de tráfico. Mi madre enfermó.

- Lo siento mucho de verdad.

Jason besó mi mejilla y acaricié su rostro con delicadeza. No quería provocar una situación incómoda asique seguí mirando fotografías intentando evadir el tema.

- ¿Este eres tú? - dije señalando una fotografía donde salían dos bebes, cada uno en una cuna.

- Sí.

- ¿Quién es el otro bebé? - pregunté mientras volvía a entrelazar su mano con la mía.

- Él era mi primo. Nacimos con horas de diferencia.

- Que guay - dije sonriente - ¿Todavía estas en contacto con él?

- No. - dijo serio.

- ¿Jason a quien tienes? Es decir... - aclaré mi garganta - ¿Estas solo o tienes apoyo familiar de alguien?

- Sí. Tengo un tío lejano.

- ¿Wolf? - pregunté.

- Oh no, no es un familiar.

- ¿No? Todo el colegio dice lo contrario.

- Claro, hace bien su papel. - dijo Jason.

Le miré extrañada.

- Tranquila ya lo entenderás. - dijo él de nuevo.

- ¿Liss también es...?

- No. También lo entenderás más adelante.

Asentí con la cabeza.

- Mi tío es... - dijo mientras caminábamos en busca de la fotografía. - Él.

Era un hombre mayor, vestido con una bata blanca. Su aspecto era bastante escalofriante, pero obviamente no iba a decírselo a Jason.

- ¿Cómo se llama? - pregunté.

- Bruno.

- ¿Y le ves a menudo?

- Digamos que sí, continuamente. - miró fijamente la imagen durante unos segundos - Bueno... no voy a mentirte. No es mi tío, pero es el único que se ha preocupado por mí y es como si lo fuera.

Volví a asentir con la cabeza.

- Ahora entiendo porque eres así. - dije yo.

- ¿Así como?

- Frío. - me giré mirándole a los ojos. - Desconfiado.

Jason me miraba fijamente sin apartar sus ojos de los míos. Hasta entonces había conseguido ponerme nerviosa en cada situación parecida, pero ahora todo iba a cambiar.

- Estas solo Jason... - dije acariciándole la mejilla. - Pero prometo no separarme jamás. Podrás contar conmigo.

- Es frustrante que aún no lo entiendas. - dijo él cogiéndome la mano con la que había empezado a acariciarle. - Ven.

Jason me llevó hasta otra habitación situada en el sótano. Introdujo el código de desbloqueo a la puerta blindada y entramos. Todo estaba lleno de radiografías, y artilugios de medicina. Al fondo había una camilla con resonancias colgadas a su alrededor.

- ¿Qué es esto Jason? - dije observando cada detalle de la habitación.

- Aquí empezó mi nueva vida.

El perfecto experimento de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora