Estaba en el coche de Jason esperando llegar al destino desconocido. Había hecho una locura de la cual ya no estaba a tiempo para arrepentirme.
- ¿Nerviosa? - dijo Jason.
- No, solo tengo frio. - dije intentando justificar mis temblores debidos al nerviosismo.
- ¿Y porque te muerdes el labio?
Mierda. Maldita sea, siempre igual.
- ¿A dónde vamos? - pregunté cambiando de tema.
Jason sonrió y humedeció sus labios seguidamente.
- Sorpresa.
Tragué saliva intentando aclarar mi mente y pensar con claridad.
Venga Ash... mira a tu alrededor, algo debe de sonarte para saber dónde estás.
Mis manos empezaron a sudar presa de los nervios. No sé si era por estar pendiente del camino, por inventarme una excusa o por la impaciencia de llegar pero cuando quise darme cuenta, Jason estaba estacionando su vehículo frente a una casa increíblemente grande.- ¿Aquí vives tú? - dije incrédula.
Jason sonrió y cogió mi mano para cruzar el gran jardín que rodeaba la casa y entrar en ella. Las puertas, enormes también, escondían la siniestra decoración que había dentro de aquella casa. Todo lúgubre y cerrado, ningún rayo de sol penetraba por ninguna de las ventanas. Parecía dos casas totalmente opuestas, por fuera era blanca y en perfecto estado, y por dentro parecía que hiciese años que nadie pisaba aquel sitio.
- Es muy... - empecé - muy...
- Impactante. - acabó completando mi frase Jason.
- Sí, eso mismo quería decir. - sonreí forzadamente - ¿Aquí es donde vives?
Jason asintió.
- Ven, tengo que enseñarte algo.
Me cogió de la mano y me llevó a una de las salas. Tenía todas las paredes llenas de fotografías, muchas de ellas se notaba que eran antiguas. Empecé a mirar detalladamente cada una.
- ¿Es tu familia? - pregunté.
Jason se acercó por mi espalda. Pasó sus manos por mis caderas, quedando él detrás y colocó su barbilla sobre mi hombro.
- Sí, él era mi abuelo.
- ¿Y ellos? - pregunté mirando la foto que tenía enfrente. En ella salían una pareja. La mujer, estaba embarazada y mostraba su tripa y el hombre, acariciaba la barriga de la que parecía ser su esposa.
- Mis padres.
- ¿Dónde están?
- Han fallecido Ash.
- Vaya... lo siento. - dije colocando mis manos sobre las suyas.
Noté como la mano de Jason pedía paso entre mis dedos para quedar entrelazada, y no me negué a ello.
- Mi padre murió en un accidente de tráfico. Mi madre enfermó.
- Lo siento mucho de verdad.
Jason besó mi mejilla y acaricié su rostro con delicadeza. No quería provocar una situación incómoda asique seguí mirando fotografías intentando evadir el tema.
- ¿Este eres tú? - dije señalando una fotografía donde salían dos bebes, cada uno en una cuna.
- Sí.
- ¿Quién es el otro bebé? - pregunté mientras volvía a entrelazar su mano con la mía.
- Él era mi primo. Nacimos con horas de diferencia.
- Que guay - dije sonriente - ¿Todavía estas en contacto con él?
- No. - dijo serio.
- ¿Jason a quien tienes? Es decir... - aclaré mi garganta - ¿Estas solo o tienes apoyo familiar de alguien?
- Sí. Tengo un tío lejano.
- ¿Wolf? - pregunté.
- Oh no, no es un familiar.
- ¿No? Todo el colegio dice lo contrario.
- Claro, hace bien su papel. - dijo Jason.
Le miré extrañada.
- Tranquila ya lo entenderás. - dijo él de nuevo.
- ¿Liss también es...?
- No. También lo entenderás más adelante.
Asentí con la cabeza.
- Mi tío es... - dijo mientras caminábamos en busca de la fotografía. - Él.
Era un hombre mayor, vestido con una bata blanca. Su aspecto era bastante escalofriante, pero obviamente no iba a decírselo a Jason.
- ¿Cómo se llama? - pregunté.
- Bruno.
- ¿Y le ves a menudo?
- Digamos que sí, continuamente. - miró fijamente la imagen durante unos segundos - Bueno... no voy a mentirte. No es mi tío, pero es el único que se ha preocupado por mí y es como si lo fuera.
Volví a asentir con la cabeza.
- Ahora entiendo porque eres así. - dije yo.
- ¿Así como?
- Frío. - me giré mirándole a los ojos. - Desconfiado.
Jason me miraba fijamente sin apartar sus ojos de los míos. Hasta entonces había conseguido ponerme nerviosa en cada situación parecida, pero ahora todo iba a cambiar.
- Estas solo Jason... - dije acariciándole la mejilla. - Pero prometo no separarme jamás. Podrás contar conmigo.
- Es frustrante que aún no lo entiendas. - dijo él cogiéndome la mano con la que había empezado a acariciarle. - Ven.
Jason me llevó hasta otra habitación situada en el sótano. Introdujo el código de desbloqueo a la puerta blindada y entramos. Todo estaba lleno de radiografías, y artilugios de medicina. Al fondo había una camilla con resonancias colgadas a su alrededor.
- ¿Qué es esto Jason? - dije observando cada detalle de la habitación.
- Aquí empezó mi nueva vida.
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El perfecto experimento de mi vida
Teen FictionPróximamente en edición. Ashley Baker, una adolescente que tuvo bastantes problemas escolares a lo largo de su vida, decide mudarse a un lugar totalmente distinto y lejano. Ella, nunca ha querido llamar la atención, pero siempre, muy a su pesar, ha...