* Capítulo 8.3 · Jason *

8.8K 651 57
                                    

Parte 3/4

POV. JASON

Estuve cerca, tan cerca de perderla que me debilite completamente. Necesitaba un respiro. Un respiro a su lado.

Le agarré la mano con fuerza mientras escuchaba su costosa respiración.

Ana intentó levantarla y llevársela, supongo, a por algo de ropa seca, pero necesitaba el contacto para volver a ponerme en pie.

Noté como mis ojos volvían a su normalidad. Era una sensación de desequilibrio en la que el mundo te hace girar para volverte más atento a las cosas sin importancia, como una hormiga arrastrando comida, o un jilguero cogiendo las pipas de los girasoles a kilómetros de aquí.

Abrí los ojos y aun sin recuperarme del todo decidí sacar a Ashley yo.

- Todo está bien Ana, vete. - ordené.

Ashley, que todavía no sabía con certeza que es lo que pasaba, me miró en busca de una respuesta. Al ver que yo no complacía sus esperanzas, miró a su alrededor en busca de alguien que pudiese aclararle. Intentó ponerse en pie y fue ahí cuando se percató del agarre de mi mano a la suya.

- ¿Que ha pasado Jason? - dijo ella.

- Vámonos de aquí.

Ashley asintió, entendiendo que había algo importante entre todo esto.

Nos dirigimos hacia la habitación de Chase, a por algo de ropa de éste para nosotros. Ashley se negó a ponerse ropa de él, asique fuimos después a la habitación de Ana.

- ¿Es que no piensas irte? - dijo ella mientras esperaba que me fuera para tener intimidad y cambiarse.

Sonreí.

Que incrédula. Podría verle desde fuera.

Salí de la habitación, ocultándome así en mi tapadera de persona normal. Volví a hacer que mis ojos cambiarán viendo a Ash por la puerta como si fuera un cristal, pero no duró mucho tiempo, porque como siempre el melenas de Mark apareció.

- ¿Has visto a Ash? - dijo preocupado. - Estoy buscándola. Me han dicho que casi se ahoga.

- ¿Y te preocupas ahora?

- Cuando me he enterado... - dijo el rubio cabizbajo. - He de darte las gracias. Si no fuese por ti, mi amiga no seguiría viva.

Tal vez este chico no era tan idiota como pensaba.

Le miré por última vez y esperé a que Ash saliera, esta vez, sin observarla desde la puerta.

- ¿Que hacéis aquí los dos? - dijo extrañada.

- ¿Estas bien? - le dijo Mark.

- Perfectamente. - contestó ésta sonriente.

Se había quitado el maquillaje y había cepillado su pelo aun dejándolo suelto. Llevaba un chándal gris que le había cogido a Ana y una camiseta azul bastante ancha.

Estaba guapísima aunque fuera así vestida.

- Ash - dije.

Me miró.

- ¿Nos vamos?

Miró a Mark y volvió a mirarme a mí de nuevo.

- Estoy bien Jason... - dijo Ash.

- Lo sé. Voy a volver a repetírtelo. ¿Nos vamos?

- Te ha dicho que está bien. No quiere ir contigo. Déjala. - dijo Mark mirándome desafiante mientras le ofrecía su mano a Ash.

¿¡Pero que se creía este melenas?!

- ¿Cuándo aprenderás a dejar de meterte donde no te llaman? - dije aguantando la irritabilidad que salía por mi boca.

- Ya basta. - dijo Ash - Mark, debo hablar con él.

Mark bajó el brazo que le había tendido a Ash. Nos miró a ambos.

- Adiós. - dije pasando por su lado golpeándole con el hombro al pasar junto con Ashley.

Esta le miró y pude escuchar cómo le susurraba un "lo siento".

Agarrando a Ash, me dirigí hacia el patio de la casa, pero seguíamos sin tener intimidad.

- Vamos. - le dije señalando la valla que rodeaba la casa.

- ¿Por dónde?

- Por aquí ven.

Empecé a golpear suavemente las últimas tres maderas que hacían esquina. Sabía que una de estas era la que estaba medio salida ya que me había escapado varias veces con Chase.

La encontré moví la madera que formaban la valla. La aparté a un lado y tras salir ambos volví a colocarla en su sitio.

Cogí a Ash de la mano nuevamente, para guiarla hasta la pequeña explanada que ocultaba el frondoso bosque al que nos habíamos adentrado.

- Por fin... iba corriendo todo el rato. - dijo ella cuando paramos intentando volver a regular su respiración.

- No me había dado cuenta de que iba tan rápido.

Una vez recobrado el aliento, me miró expectante esperando que empezara a hablar.

El perfecto experimento de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora