Z-Elección©

CAPÍTULO VEINTIUNO

PLAYA

          Todos los adultos en esa habitación entablaron una discusión, dejando por fuera a nosotros los adolescentes, pero todas las voces para mí se escuchaban distantes. Me senté en la orilla de un escritorio y dejé que mi vista se perdiera en el linóleo de esa habitación opaca.

«Tengo que salir de aquí... Tengo que ir a casa» mi cabeza empezó a doler, creo que más que mi hombro.

          Frank no se había levantado del suelo. Estaba con sus brazos apoyados en sus rodillas y su cabeza baja entre ellos. Él la estaba pasando horrible, tenía una gran presión sobre sus hombros por el tema de convertirse.

          Me levanté y caminé hacia él, antes de llegar él fue quien habló primero:

—Ethan, nada de lo que digas servirá. —No levantaba la cabeza, y no comprendía como sabía que era yo—. Ahórrate la saliva, hermano.

—Este... Yo... —balbuceé.

—No te vas a convertir. —Me sorprendió una voz femenina atrás de mí, seguido de un lloriqueo. Me giré y vi a Zoe cargando a André—. Por lo que escuché y pude entender en el anfiteatro es que todos estamos infectados...

          Más personas se unieron a la conversación, yo me hice a un lado.

—Creo que tienes que morir para convertirte en un Contemporáneo —dijo con seguridad Alan.

          Zoe le dio un codazo.

—Cállate Alan —esbozó seria Zoe—. Si no tienes algo importante que aportar, es mejor que no digas nada. Es de mala educación opinar con una mente cerrada.

          Estaba de acuerdo con ella, pero no dije nada por el silencio incómodo que se había generado.

—¿Por qué no se inyecta la cura? —cuestionó Kath con los brazos cruzados, se veía despreocupada—. No lo sé, sólo digo. —Agregó cuando sintió que todas nuestras miradas se posaron en ella.

—Hey, tiene razón. —Afirmó Alan—. Si funciona en él, funcionará en todos. Y si no funciona... Bueno, no nos la inyectamos nosotros...

—Puros comentarios fuera de lugar. —Suspiró Zoe—. Obviando lo que dijo Alan, Kath tiene un poco de razón, pero es decisión de Frank si se la quiere inyectar o no.

          Miré a Frank que nos miraba a todos sin decir una sola palabra. Parecía un niño huérfano sentado en el piso esperando su destino a manos de unos extraños para él. Es exactamente lo que era.

—No creo conveniente que lo haga ahora. —Empecé a hablar—. Primero tenemos que salir de aquí, ¿no se han dado cuenta que estamos prácticamente atrapados? —Creo que tenía que decirlo de otra manera, aunque proseguí con mi discurso—. Esa cosa no está probada. Ok, nosotros somos los conejillos de india, pero necesitamos que nos vigilen por si otra cosa sale mal.

          Suspiré muy fuerte y miré todas las caras. Nadie habló al momento, pero luego Vanessa dijo:

—Ya está dicho, salgamos de aquí.

—Sigo pensando que tenemos que dejar a Frank elegir —comentó Zoe mirándome—. ¿Qué dices Frank?

          El chico se encogió de hombros, y esbozo un simple:

—Me da igual, ya ustedes están escogiendo por mí...

           Lo vi sentado ahí, sabía que se sentía así, y pensé en lo que me dijo "Nada de lo que digas servirá" ¿Se estaba echando a morir? Esperaba que no.