IX

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TAEHYUNG

Quizás la falta de sueño durante los últimos meses me estaba dañando demasiado la memoria, que antes no era perfecta, nunca fue un asco. De mis recuerdos de la madrugada, había algunos que no parecían ser exactamente de esta madrugada, había otros que sabía bien si eran de esta madrugada. Pero estaba jodido de la forma en que lo pensara, de las formas en que intentara solucionar este desastre estúpido. Una hora me bastó para darme cuenta que tendría que soportar tal vez más de dos horas encerrado en la azotea < y leía al final de mi biografía "muerto por pendejo congelamiento"; pendejo yo, no el clima>.

De pasar un minuto más a la intemperie en plena temporada invernal seguro es lo que se leería en mi biografía <una vida corta y estúpida, quedaría como el resumen posiblemente más exacto>. Cuando quise bajar, unos minutos después de que Yoongi hyung lo había hecho no pude, la puerta sólo abría por dentro. Yo lo sabía, Yoongi hyung lo sabía, hasta la mosca lo sabía. Y aquel tan bondadoso hyung <que lo que tenía de talento lo tenía de imbécil>, en su característica euforia de gritarme las cosas que "ignoraba", el ignoró el dejarme encerrado. Traté, por las medidas que se me ocurrieron, de salir de ahí, ninguna más efectiva que la otra; incluso en mi obsesión por subir al techo olvidé mi teléfono, aquello que pudo haberme ayudado justo en esta gélida situación. Pero nada de eso tenía intención de funcionar. La temperatura bajo aún más, e incluso llovizna se agrego al juego. Yo estaba creando un diccionario de agresión verbal en mi cabeza, con dedicatoria especial para Yoongi hyung, algunos términos aprendidos de él, algunos inclusive en inglés. En mi desesperación traté de buscar un lugar menos propenso a una corriente de aire, un lugar en donde la llovizna <ligera y todo, pero si moja la muy perra> no me dejara en peor estado, busqué calidez y sentí mi alma regocijarse cuando parecía que se iluminaba el lugar adecuado justo debajo de un calentador de agua.

Puede que no sirviera de mucho, que el agua comenzaba a encharcarse a mis pies, pero al menos no moriría por congelamiento y me mantendría ligeramente más seco a que si me quedaba en medio del lugar. Estaría bien hasta que alguien se diera cuenta de que estaba aquí arriba <y ojala les importe tanto como para que eso sea pronto>.

- ¿Por qué no llamaste? Pude haber venido antes. -

Y que se joda mi querido Yoongi hyung.

-¿Si sabes que te odio? Porque el hecho de haberme quedado encerrado esta vez no fue culpa mía. Tú cerraste la puerta y no llame porque precisamente mi teléfono se quedo en mi habitación. ¡¿Tienes idea del aire helado que me vi forzado a soportar por hasta casi el medio día?! ¿Qué demonios estaban haciendo como para que nadie se diera cuenta antes de que no estaba, Jungkook no lo sospechó?- en este momento estaba gritando, estaba temblando y no exactamente por el frío terrible que aún sentía entumecerme.

- La hoja que pones en tu armario, Jin supuso que te habías quedado ahí dentro dormido. Ninguno de nosotros quiso interrumpir tus horas de sueño. Y yo... te olvidé... por completo. - no sé que fue, pero una cosa que pudo no haber estado rota dentro de mi se hizo añicos, lastimándome desde adentro - Lo siento de verdad. -

No me importaba que fuera él quien estaba aquí ahora. Es por su culpa que me quedé encerrado para empezar. Una amarga sensación me recorrió la boca, provocándome náuseas, y un enfado distinto de mi enojo normal se abrió paso dentro de mi pensar, un enfado que iba dirigido a nadie en específico, pero con tal intensidad que me enfermaba. Bajé mi cabeza tratando de calmarme un poco, estaba en camino a mi cálida cama, con eso debía bastar para aminorar en helar de mi cuerpo, resguarde mi rostro tras la bufanda que olía a una de mis colonias favoritas que siempre ha usado Min Yoongi hyung. Traté de concentrarme en eso, en los aromas familiares, y esa ácida sensación desapareció. Luego mi mirada se vio atraída por la mano de Yoongi que aún sujetaba la mía. Él estaba cálido a comparación de mi, y fue como encender la mecha corta de una bomba, solo que no tenía energía aún para estallar. Eso hizo renacer el enfado que no se había evaporado por completo, tiré de mi mano con brusquedad fuera de su alcance, fuera de esa hipocresía de su parte al estar aquí.

The Way I Love You | myg.kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora