HARD TO LOVE - Sasuke Uchiha-

07

Después de que la clase terminó su repaso, Akari dejó de prestar atención y se perdió en sus pensamientos hasta la hora de salida. Fue sacudida de su ensoñación cuando Shikamaru le dio un ligero codazo en el brazo, lo que provocó que su rostro impactara contra la mesa, sacándola de su trance. Estaba a punto de devolverle el gesto a su amigo cuando se dio cuenta de que todos estaban saliendo del aula con sus pertenencias. Con una señal de promesa de venganza hacia Shikamaru algún día, Akari se levantó y se dirigió a casa de inmediato.

En su camino a casa, la mente de pelinegra volvió a las palabras de su amiga Sakura.

"Tú sabes por qué".

Sakura había intentado durante años que Akari volviera a hablar con Sasuke Uchiha, pero nada parecía funcionar. Akari reflexionó sobre cómo Sakura había pasado de ser la fan número uno del niño a convertirse en lo que ella misma llamaba "protectora del SasuKari", como había nombrado su relación, a pesar de haber estado enamorada de Sasuke años atrás. La niña de ojos verdes había entendido que no era amor lo que sentía, sino una confusión de admiración y una necesidad de pertenecer a un grupo de niñas. Con el tiempo, descubrió que lo que realmente deseaba era estar junto al hermano mayor de Akari, Shoto Todoroki.

Para la Haruno, Shoto representaba todas las cualidades que siempre había buscado en alguien: seriedad, amabilidad, fortaleza. Cada vez que lo veía, experimentaba una cálida sensación en el corazón que la motivaba a esforzarse aún más. Desde el día en que los hermanos la defendieron de sus abusadores, algo cambió en ella, y gradualmente se acercó más a Akari, encontrando en ella la amiga más leal y cariñosa que siempre había deseado.

A pesar de que Shoto Todoroki era su meta y su sueño, Akari seguía siendo su sol. En cada momento feliz de los últimos cuatro años, la oji lila había estado ahí para ella, incluso cuando faltaba a la academia por enfermedad, Akari la visitaba y le llevaba los apuntes del día, la defendía de quienes la molestaban por su aspecto físico. Era un rayo de luz, delicada como una mariposa, pero letal como una mantis con su presa.

Sakura había notado cómo los ojos de su amiga se llenaban de profunda tristeza cada vez que su mirada se cruzaba con la del pelinegro de ojos onix. Después de que Akari finalmente le confiara la historia entre ambos, Sakura se juró a sí misma encontrar una manera de reunirlos nuevamente, creyendo que ya habían sufrido lo suficiente y merecían ser felices juntos.

Akari, por su parte, se debatía entre la resignación y la esperanza, sabiendo que los esfuerzos de Sakura no parecían estar funcionando, pero sin poder evitar mantener una pequeña esperanza en su corazón. Su mente estaba hecha un lío del cual no podía deshacerse tan fácilmente.