9.-Meryem

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Sábado, 15 de julio de 1453, 01:40 post meriediem, Ankara.

Tras abandonar Iconia nos apresuramos a Ankara, donde aguardaba la princesa Meryem. Tenía ansia por casarme con una musulmana ,pero no por convertirme al Islam.

Entramos en la urbe turca y me dirigí con Alejo al palacio. Allí toda la gente se arrodilló nada más verme.Sguramente ya conocían mi boda con la princesa: ''La princesa ha salido con algunas doncellas a recoger flores al valle.Aguardadla, mi señor, pronto volverá'', -me dijo una de sus criadas.

Cabalgamos por toda la ciudad histórica, contemplando todos los monumentos que allí quedaban bizantinos y romanos. Ankara (o Ancyra para los bizantinos) fue una importante ciudad de vacaciones de los primeros y gloriosos emperadores bizantinos, pues aquí se alojaba Constantino I en verano.

Regresé al palacio y una terrible noticia me dieron: la princesa había sido capturada por unos forajidos de origen bizantino: ''¡Theo, vayamos a por ellos!¡ Creo que ya se de quien se podría tratar!'-dijo Alejo airado.

Llamamos a nuestros once mil hombres y partimos el ejército en dos: Alejo se quedó con ocho mil y yo con algo más de tres mil y nos dirigimos a un monte del norte de la metrópolis. Lo subimos con dificultad ya que las pesadas armaduras turcas que portaban mis hombres, hechas de hierro, eran fatigosas. Cuando llegamos a un pequeño valle les ordené descansar. Observé los alrededores y noté algo extraño...se respiraba un ambiente bélico y sangriento. Súbitamente una buccina* sonó con firmeza. En el momento en el que dejó de sonar, un ejército con los estandartes bizantinos asaltó nuestra partida de hombres: ''¡Por Bizancio! ¡Y por el gran Patriarca Genadio II! ¡Matad al impío Theodoro!'', -gritó un hombre feo y corpulento. Se trataba de Macario, aunque yo siempre preferí llamarle ''perro del Patriarca''. Ese hombre estaba muy mal visto en Constantinopla, ya que aterrorizaba a la plebe y se pasaba el día en los burdeles.

Sus hombres bajaron con fiereza y cargaron contra mis desprotegidos hombres, matando así a más de quinientos de golpe. Yo,desorganizado, con los pocos hombres que reaccionaron a tiempo, formamos una falange circular.

Todo parecía perdido. Sus más de seis mil soldados nos habían masacrado. Ya apenas nos quedaban cien. Nuestra formación falange se disolvía cada vez que un hombre moría. Inesperadamente ocurrió un milagro y Alejo apareció con su numeroso ejército: ''¡Matad a esa rata de Genadio II! ¡Su cabeza vale el ascenso y cuarenta sólidos*!'',-gritó con potencia.

La victoria se puso de nuestra parte, los enemigos se daban a la fuga, con ellos también Macario, que gritaba: ''¡Soldados, todos a la ciudad de Sinop!¡Llevad a la princesa también; la venderemos como esclava! Theodoro y Alejo, nos volveremos a ver. Y cuando lo hagamos, será con vuestras cabezas en mi mano. ¡Bastardos!''

Reunimos el debilitado ejército en medio del valle, que ya sólo contaba con una fuerza de siete mil hombres: ''Alejo, marcharemos a Sinop a recuperar a la princesa Meryem, y, posteriormente ,marcharemos a Trebisonda a reclutar hombres'', -le dije tocándole con confianza.

*La buccina era un instrumento de viento utilizado en Roma .(En este capítulo se utiliza como instrumento de guerra).

* El sólido bizantino fue la moneda del imperio. Creada por Constantino I el Grande, fundador del Imperio Bizantino.

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