09-INSPIRACIÓN

En başından başla
                                    

Sonreí adormilada y asentí.

—¿Qué hora es? —pregunté con voz pastosa. Enterré mi nariz en el hueco de su cuello y lo sentí estremecerse debajo de mí.

—Tienes la nariz fría —rio—. Y son casi las tres de la mañana.

—¿Y acabas de llegar?

Volví a cerrar los ojos y comencé a irme a la deriva.

—Sí —alcancé a escuchar antes de que el sueño me embargara otra vez.

A la mañana siguiente desperté sobre mi cama y debajo de mis cobijas calentitas. Recordé que había sido Lev quien me había llevado hasta ahí. A pesar de que no era la mujer más ligerita que existía, no le importó. No dejó que me quedara incómoda en el sofá, sino que me llevó hasta mi habitación. Sonreí agradecida por aquel gesto y volví a taparme el rostro. No quería levantarme, pero debía hacerlo. Había mucho por hacer.

Refunfuñé entre dientes, me puse de pie y me dirigí a la ducha, donde el agua me ayudó a despertar del todo. Decidí que no saldría de casa ese día, así que me puse una sudadera y un pantalón corto de licra. Fui a la cocina después de terminar de vestirme, y sonreí sorprendida al ver a Levi tras la encimera con un montón de ingredientes frente a él.

—¿Planeas envenenarme con tu comida? —cuestioné en broma. Lev dio un respingo al escucharme y giró un poco el torso para mirarme con una sonrisa divertida.

—Tenía hambre y no quería despertarte.

—¿Eso significa que no seré víctima de tu mal sazón? —Caminé hacia donde él preparaba todo y de un salto me subí a la barra, donde comencé a mecer las piernas.

—Ja, ja, graciosita. No. Solo es fruta con yogur y granola. Es hora de que comience a cuidarme porque si sigo comiendo todo lo que preparas voy a terminar obeso. Así que no te preocupes, enana, no corres el riesgo de morir envenenada hoy.

Suspiré simulando estar aliviada y Lev palmeó mi muslo desnudo con fingida indignación, lo que me hizo reír. Estaba a punto de preguntarle si quería quedarse conmigo a ver un maratón de películas, cuando su celular comenzó a sonar.

—¿Qué pasa? —contestó. Fijé la vista en mis calcetines impares y Lev sonrió al percatarse de ellos. Guardó silencio para escuchar a la persona al otro lado de la línea justo cuando sentí a mi estómago gruñir—. Sí. Aquí estoy con ella. —Lo miré confundida al escucharlo y él se encogió de hombros.

¿Hablaba de mí? ¿Alguien le preguntaba por mí?

—¿Quién es? —susurré. Hizo un gesto con sus dedos para indicarme que esperara, después frunció los labios.

—¿Quién? ¿Para qué? —Lo vi arrugar el cejo cuando la persona al otro lado contestó y reí por su reacción. Parecía molesto—. Uh, sí, supongo que está bien entonces. —Fijó sus ojos en los míos y me tendió el aparato a regañadientes—. Te buscan.

—¿A mí? —pregunté sin creérmelo. Levi resopló e hizo una mueca.

—Eso parece.

Sorprendida, tomé el celular entre los dedos y lo elevé hasta mi oreja sin despegar la vista de Lev.

—¿Hola?

¿Lucette?

—¿Quién quiere saber?

Hola, soy Colin. ¿Colin Collins? Nos conocimos la semana pasada —explicó. Sonreí al escuchar quién era y comencé a mecer mis pies de adelante hacia atrás.

—¡Colin! Sí. Hola, ¿cómo estás? —cuestioné al escuchar su risa nerviosa.

Bien, ¿y tú? Perdón por tomarme el atrevimiento de buscarte.

Siempre has sido tú ✔ (EN LIBRERÍAS)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin