Capítulo 13

269 14 41
                                    

P.O.V. Minho:

La adrenalina subía por mis venas, como si fuera alcohol pero esto no me deprimía, me estimulaba.

Seguí corriendo sin ni siquiera prestar atención por donde pasaba o pisaba, mi cuerpo demostraba síntomas de cansancio: sudor, falta de aire y flato, pero yo sabía que estaba preparado para aguantar más, mucho más.

Llevo tanto tiempo corriendo en el Elyseum que ya puedo permitirme cerrar los ojos para correr distancias cortas y así, imaginarme que estoy en Laberinto, aunque suene raro, la sensación de estar atrapado hace que mis sentidos se agudicen y automáticamente mi cuerpo rienda mas físicamente.

Llego al prado y me paro un momento para coger aire ya que mis pulmones piden a gritos mas oxigeno. Contemplo el paisaje, la hierba verde que se extiende ante mi, algunas rocas esparcidas por pequeños lugares...Incluso juraría ver dos siluetas moviéndose, pero decido no hacer caso.

Cierro los ojos respirando profundamente, mis pulmones se sienten aliviados al poder renovar fuerzas. Todo es silencio, no se escucha ni una mosca, todo es paz y harmonía. Pero como siempre, alguien tiene que arruinarlo:

-¡Cállate zorra asquerosa!

Esas palabras erizan los pelos de mi nuca haciendo que me ponga en estado de alerta, abro los ojos y los entrecierro intentando ver algo.

Esa voz...

-¡Para! ¡Déjame, déjame!

Abro los ojos de golpe, reconociendo esa voz femenina y empiezo a correr en busca de esas voces.

Caigo en la cuenta de que deben de ser las siluetas que percibí antes y voy hacia esa dirección.

-¡Suéltame!

La voz de Sonya retumba en mis oídos y cuando me doy cuenta ya estoy tirando a Will al suelo de un solo puñetazo.

-¡A dicho que la dejes!-Chillo con toda la furia posible.

Voy hacia el cuerpo de Sonya y veo que tiene varios rasguños en la cara, los pantalones desabrochados y le sale sangre de la cabeza.

Maldito imbécil.

La cojo en mis brazos intentando que se tranquilice, ella posa su mirada en mi y noto que el sueño le está invadiendo.

-Tranquila, ya paso.-Digo, y Sonya cierra los ojos, quedando inconsciente.

Despierto de golpe, dándome cuenta que sigo en el hospital, estoy sentado en una butaca incomodísima de color marrón oscuro y mi espalda está destrozada, miro a un lado y veo el rostro de Sonya aun inconsciente, lleva una bata blanca que le han puesto los médicos y el pelo pelirrojo le cae en la frente de una manera muy tierna.

Miro mi mano izquierda dándome cuenta que está rozando la suya y la aparto poco a poco para no despertarla.

Llevo aquí desde que llegue de la cabaña de Thomas, cinco horas, no he comido nada y ni siquiera tengo hambre, ya pasan de las ocho de la noche. Brenda me prometió venir en cuanto acabara la asamblea para darme noticias y ver como estaba Sonya pero aun no ha aparecido y eso no es normal, normalmente las asambleas puede durar hasta dos horas, pero no cinco.

Los médicos (Clint en su mayoría) me han dicho que no tengo de que preocuparme, Sonya no tiene nada de grave, le han puesto tres puntos en la cabeza que sanaran rápidamente si no hace ningún movimiento brusco y no ha perdido mucha sangre por suerte.

Un ataque de ansiedad que le ha provocado perder los estribos y la conciencia pero dado el caso, es algo muy normal.

Paso mis manos por el rostro intentando mantener la calma y justo en ese momento la puerta se abre. Me giro y veo a Brenda, para mi mala suerte, viene acompañada de Thomas:

Heaven Is A Place On Earth || El corredor del laberinto ||Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum