Prólogo:

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Prólogo:

P.O.V. Minho:

Tres meses, habían pasado ya tres meses. Aunque para mí me parecía una eternidad y cuando intentaba recordar algunos momentos en el claro, no podía verlos con nitidez, ya por no hablar de mi infancia en CRUEL, la que nunca llegue a recuperar ni tan siquiera cuando tuve la oportunidad. Pero la verdad no me arrepiento, lo hice por mis amigos, por Thomas y por Newt, que junto a mí, se negaron a recordar.

En estos momentos estaba en mi cabaña tumbado en mi cama recordando, sin nada mejor que hacer, solo compartía mi pequeño espacio con Fritanga, ya que Thomas había decidido vivir en una cabaña junto a Brenda, los dos solos, y no me extrañaba, esos tortolitos disfrutaban de demasiada intimidad.

Me gustaba este lugar, era tranquilo, se acomodaba a la perfección con el nombre que Ava Paige le había dicho a Thomas en su carta "El paraíso". Recuerdo cuando llegue aquí hace tan solo tres meses atrás, habíamos sido aproximadamente 300 personas en conseguir llegar a este lugar a través del transplano. Al principio todo había sido un caos y el desorden reinaba, pero, poco a poco conseguimos establecer orden, normas y formar una nueva vida, una nueva civilización.

Habíamos conocido a todo tipo de personas, universitarios, amas de casa, ingenieros...Todo lo que habían sido antes de que el destello destruyera a la humanidad, éramos pocos los supervivientes del claro: Fritanga, Thomas, Gally, Clint y yo. Solo nosotros. Del claro de las chicas habían sobrevivido más, entre ellas Sonya, Harriet y Aris. Si, ese cara fuco había conseguido llegar hasta aquí, y eso me desquiciaba mucho.

Los primeros días no sabíamos bien que hacer, pero enseguida decidimos formar nuevas normas y establecer un grupo de liderazgo, por así decirlo, nos habíamos reunido todos en la cabaña más grande que había allí, ya que Gally y unos pocos mas se encargaron de eso desde el primer momento, hubieron muchas discusiones en la sala pero a base de votaciones, Harriet salió como presidenta de nuestra nueva sociedad. Escogimos a varias personas para que la ayudaran en el cargo y a tomar las decisiones más importantes, entre ese pequeño grupo estábamos Sonya, Thomas, Jorge, Brenda, algunos de los inmunes con mas estudios y conocimientos y yo.  Decidimos crear grupos de trabajo con diferentes funciones con un cabecilla por cada, como en el claro, y, dos veces al mes, un pequeño grupo de personas atravesaba el transplano en busca de materiales proporcionados por Ava Paige, que, sorprendentemente conseguía ocultar los efectos del destello en ella con mucha facilidad.

Era un procedimiento difícil, solían salir de buena mañana y volvían al caer la tarde, no solían dar muchas explicaciones, no hacía falta, todos sabíamos que tras este maravilloso paraíso el mundo exterior seguía sucumbido en la locura y solo contábamos con la ayuda de Ava, la única miembro aún viva de CRUEL.

Poco a poco empezamos a cultivar, construir y crear, y la verdad, lo llevábamos muy bien, solíamos estar siempre ocupados para así no pensar en nuestro pasado ni en las muertes que habíamos dejado en el camino. Había montones de cosas por hacer aún, sabíamos que a pesar de contar con la tecnología avanzada en el exterior, aquí, en el paraíso, debíamos empezar de cero, e ir evolucionando por nosotros mismos.

Me levante de mi cama y me dirigí a mi pequeño baño para refrescarme la cara, la cabaña contenía lo básico, dos camas, un pequeño lavabo y una pequeña cocina, era de un tamaño bastante grande para ser solo de dos personas, y incluso en algunas cabañas (Las que contenían más personas y estaban mejor construidas) ya contaban con pequeñas televisiones.

Me mojé la cara y me miré en el espejo. No debía perder tiempo, había mucho por hacer, no tenía tiempo de pensar en recordar, así que salí disparado de la cabaña y me dirigí hacia el pequeño prado junto a algunas cabañas, sabía que allí encontraría a mi amigo, el que no me había dejado por ningún momento, mi compañero y en la única persona que sabía con total seguridad que aún podía confiar, Thomas.

P.O.V. Thomas:

Estaba sentado en una gran roca mirando el prado que se extendía alrededor de mí, aquel sitio era maravilloso y lo suficientemente grande para todos nosotros. Mas allá de el prado había un gran bosque y varias zonas de cultivo, una playa en la que suelo bañarme en los días calurosos y un precipicio donde suelo ir con Brenda cuando queremos ver el atardecer.

El grupo de cabañas más cercanas se extendía desde el prado hasta el pie de la playa, otros grupos estaban cerca del bosque y otros dispersados en sus lugares favoritos, mi cabaña estaba a una corta distancia de la de Minho, vivía solo con Brenda, y a decir verdad, no era para nada desagradable, al contrario. Vivir con ella era maravilloso.

Trabajaba en varios sectores, me gustaba ayudar en todo lo que podía con el fin de distraerme. Fritanga había tomado posesión de nuestro gran comedor junto a otros, en el que solían ir a comer algunos trabajadores que no tenían tiempo de ir a sus cabañas a alimentarse. Gally a pesar de ayudar en las construcciones, solía salir junto a Brenda, Jorge y unos pocos mas, en sus visitas a Ava y Clint se había convertido en todo un especialista en el tema de "salud" gracias a la ayuda de varios inmunes especializados y algunos libros que le habían proporcionado de sus viajes al exterior.

Aparte de las infinitas cabañas y el comedor, contábamos con un pequeño edificio, un ayuntamiento por así decirlo, donde Harriet solía estar la mayoría de su tiempo, también estábamos construyendo un hospital y unas duchas comunitarias, ya que la mayoría de las cabañas no contaba con duchas ni bañeras.

Miré hacia un lado de el prado y divisé a lo lejos una silueta familiar, era Minho quien se sentó a mi lado en las rocas y admiro el paisaje en silencio. Y es que a decir verdad, solíamos hacerlo muy a menudo, sentarnos a admirar el paisaje en silencio, cada uno pensando en sus cosas aunque sabíamos que los dos pensábamos en temas parecidos, no necesitábamos palabras, nos apoyábamos tan solo con la presencia del otro, y era fantástico, agradecía cada día de tenerlo a mi lado, a pesar de su arrogancia y su lado sarcástico, él era una de las pocas personas que me quedaban que estaban en mi vida desde mi primer recuerdo, en el laberinto.

En ese momento, Minho me miro con su típica mirada de picardía y me dijo:

-Sabes cara fuco, a veces me cago en todo por tener que estar aquí y no en el exterior, pero luego miro este paisaje y doy las gracias de tener estas vistas, es algo maravilloso.

-Pienso lo mismo.-Me limité a decir.-A pesar de todo por lo que hemos pasado, hemos tenido un gran final.

-No es el final, esto es solo el principio hermano, el principio de nuestras nuevas vidas.-Me dijo él con tono burlón.

-Pues entonces solo me queda decir que me gusta este principio... Hermano

AN: Espero que os haya gustado, no dudéis en comentar vuestra opinión, es más me encantaría saber vuestra opinión. Siento si hay faltas, recordad que es mi primer fanfic.

Si alguien quiere que me pase a leer una historia suya que me lo diga por privado. No dudare en leer vuestras ocurrencias.

Besos y hasta la próxima lectura mis cara fucos.

Maduu_xx


Heaven Is A Place On Earth || El corredor del laberinto ||Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum