Capitulo 3

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Me encuentro dándome golpecitos en la frente con mi puño escuchando a Matt alertar a todos los policías sobre la situación. Camina de una esquina a otra con voz de jefe que aturdia a cualquiera en nuestra habitación doble, colgó y se sentó frente a mi

-Todo está en proceso, pondrán en vigilancia la casa, este hotel y tú empleo.
-¿Como conseguiste que hicieran eso?- Me mordi el labio.
-Tengo mis contactos.
-Tengo que darles de comer a los bebés, ¿me ayudas?.
-¿Yo también puedo comer de ahí?- Señaló mis senos.
Solté una leve carcajada- Ya sabes que no toman pecho, les haré pure de manzana.
-Tengo que volver a trabajar nena, pero volveré pronto, estas a salvo. Te amo- Tomó de nuevo su maletín y besó mis labios.
- Por favor no te vayas, tengo un mal precentimiento- Lo abracé.
-Están cuidando el edificio nena, tranquila ¿sí? Vendré pronto, lo prometo.
-Tengo miedo Matt- Sentí mi mirada húmeda y rápidamente le di la espalda, estoy tan angustiada por lo que pueda pasar que todo me da ganas de llorar.
-Escuchame- Me tomó de las muñecas- Te prometi salvarte de tú pasado y lo hice, te prometi cuídate siempre y lo hago ten fé en mi Avalon, son lo que más amo en esta vida y no permitiré que nada les pase- Besó mi frente y me atrajo de nuevo a su pecho.
-Te amo- Besé su pecho y me apagué más a él.
-Te amo- Dijo con una sonrisa cargada de amor, volvió a tomar su maletín y lo escuché intentar hacer reír a los bebés antes de salir por la puerta.

Salen lágrimas a cada momento de mis ojos, estoy aterrada y me pongo peor cuando Matt no está a mi lado. Busqué todo lo necesario que traía para ellos en su bolso y empecé a hacer el pure
-Avalon ¿donde estas?.
Escuché la voz risueña de la mamá de Matt.
-La cocina- Respondi rovolviendo el puré.
-Iré a traer algo de comida para nosotras, revisé el servicio a la habitación y sinceramente todo me suena vulgar- Hizo una mueca de ofensa.
-Está bien- Dije riendo.
-Clara se quedará para ayudarte, no me tardo- Besó mi mejilla y salió por la puerta con su costoso bolso original.

Terminé de hacer la comida y Clara me ayudó con Adam mientras yo alimentaba a Abby.
Tenía que encender la televisión y colocarles algo que les gustara o no comían, son muy testarudos.
-Aquí viene el tiburón-Abby abrió grande su boquita dejando a la vista sus preciosas encias mientras le daba una pequeña porción de puré. Mi teléfono vibro y sin leer el nombre lo coloque entre mi hombro y la oreja para seguir alimentando a Abby.
-Sí, ¿dígame?.
-Avaaaaaan- Escuche una voz energica del otro lado del teléfono. Y con lágrimas en lo ojos supe quién era.
-Julieth, oh Dios mío tengo demasiado tiempo sin hablar contigo.
-Dios, estas bien. Matt nos informó lo que pasó con Stefano.
-Sí, estamos bien por ahora- Sonrei cuando Abby intentaba tomar el pure con sus manos.
-Casi tomo un avión sólo para estar contigo amiga- Su tono cambió de enérgico a uno vulnerable.
-Tranquila, no vayas a hacer eso, disfruta tus vacaciones, ¿como va Charlie?.
-Soltó una carcajada- Sólo tengo cuatro meses y me quiero comer al mundo, Dios que hambre.
-Sonrei- Ya pasé por eso.
-Y tus beb...- Alejé mi celular cuando escuché como tocaban la puerta.
-Dame un momento Juls- Tapé el el celular com mi pecho- Clara, por favor vaya a ver quién es.- Le pedí mientras volvía a poner en mi oído a Julieth.
Clara se puso de pie hasta la puerta de entrada, la escuché intercambiar unas palabras y seguido se me detuvo el corazón al oír un disparo. Tomé mi celular y en brazos a mís hijos para ocultarnos en el baño, me acurruque con en el suelo y empecé a rezar porque no nos encontrarán, sea quién sea la persona de allá. Colgue la llamada con Julieth y marque de inmediato el número de Matt, estoy sudando y me tiembla las manos, atendió al segundo pitido.
-Matt-Susurre- Están aquí, estoy sola.
-¿Avalon?, Nena no te escucho muy bien.
Maldición, sentí cuando entraron a la habitación, y empezaron a tirar todo.
-Están aquí, me están buscando Matt- No podía terminar la oraciones estaba presa del pánico.
-¿Quienes están?- Se escuchaba entrecortada la voz.
Solté un grito cuando intentaron de un tirón abrir la puerta.
-¡Matt, quieren matarme, auxilio!- Grite desesperada al segundo empujón contra la puerta.
-Avalon, ¿donde estas?- Lo escuché desesperado.
-Matt...- No pude articular ni una palabra cuando el último golpe contra la puerta termino abriendola y mostrando al mismo diablo...Stefano.

Soltó una carcajada divertida al verme acurrucada sudando y llorando junto a mis hijos en el suelo.
-¿Por que te escondes América?- Elevó una ceja entrando al baño junto a mi.
-Me escabulli un poco más colocando a ambos tras de mi, estoy a penas moviendome. Siento que llevó más de una hora intercambiando miradas de temor con el.
-¿No te emociona verme? A mi que fui el primer hombre en tú vida y te aseguro América, seré el último- Soltó una sonrisa.

Lágrimas corrían sin vacilación por mis mejillas, nada puede compararse al temor que siento por mi vida, la de mís hijos y lo que pasara con Clara.
-¡Ayudenme por favor!- Grité  desesperada mirando por todos lados.
-Soltó una carcajada más grande mientras se tocaba su gordo estómago- Nadie va a ayudarte, estas sola Avalon, justo como me encanta tenerte, llorando asustada.
-¿Que quieres de mi? Te daré todo el dinero que quieras.
-Movió su dedo índice- No cariño, yo no quiero tú dinero, yo quiero algo mejor. Poder, y ya tengo todo calculado, nos iremos a un viaje sin retorno ¿Que te parece?.
-Empecé a llorar más duro- ¡Ayudenme por favor!

¿Donde están los guardias de Matt, la policía?.

-Llevensela a la camioneta, y tengan cuidado es mi mejor mercancía.

Seguido de sus palabras entraron dos hombre horriblemente gigantes ambos estaban armados, me tomaron de la muñeca pegandola a mi espalda por mis hombros. Empecé a moverme para liberarme.
-Alguien ayudeme- Grité con todas mis fuerzas haciendo que mis hijos empezarán a llorar.
-Llévesela- Ordenó.
-Por favor déjame calmarlos, será un momento no quiero dejarlos asustados. Por favor- Suplique safandome de aquel hombre y poniéndome de rodillas.

Me miró con soberbia antes de asentir en aprobación.

Me arrastré por el suelo para acurrucarlos a mi pecho y cantarles la canción de pinocho que suele cantarles Matt. Los llevé hasta la cama y coloque almohadas a su alrededor.

Me limpie las lágrimas para extenderle mis brazos a Stefano. Uno de sus hombres tomó su cuchillo y los hundió en la parte inferior de mi muñeca. Caí de rodillas ahogando un grito, un ardor recorrió todo mi brazo hasta convertirse en un dolor que nadie sería capaz de soportar. Tomé mi brazo lleno de sangre para luego mirar a los ojos a Stefano.
-Es muestra de lo que pasará sí no cooperas, vámonos, la policía ya debe estar por llegar.
Me levantaron y me ataron para luego amordazarme. En la sala empecé a buscar a Clara pero sólo vi pequeños pozos de sangre, nada más. Llegamos hasta recepción, amplíe mis ojos y solté un grito ahogado cuando el recepcionista tenía clavada su mano en el escritorio con un cuchillo.

Una camioneta negra nos esperaba detrás del hotel, se subió Stefano seguido de uno de sus gorilas, me subieron en el asiento trasero junto al otro guardaespaldas y lo último que sentí fue un fuerte golpe en la nuca.

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