El suelo bajo mis pies

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Faltaban tres minutos para las 6:00 y estaba preparando un último café con leche de soya cuando Troy salió y me dijo que podía tomarme un descanso, estaba a punto de agradecerle cuando una figura excesivamente familiar apareció por la puerta.
Se sentó en una mesa y como si no supiera muy bien lo que hacía me dedico una mirada rápida.
Cada paso que daba hacia ella lo analizaba más, como si quisiera sentir real el suelo bajo mis pies. Como si quisiera que el suelo se partiera a la mitad y ella no estuviera allí.
-Hola-salude sentándome frente a ella, pero a la vez distante- ¿Quieres algo?
-Hola-respondió, esperando algún gesto mío.
De la nada empezaba a sentir calor, así que me saque los brazos de la chaqueta que llevaba.
-Veo que has estado ocupada.-dijo señalando mi cuello. Lo había olvidado, hace unos días con Kath, había dejado una pequeña marca en mi cuello.
-Creo que te prepararé algo, espero que te guste.-Me dirigí a la zona de preparación y le prepare una mezcla especial que a mí me gustaba beber.
Llegue con las dos taza a la mesa, analizando otra vez mis pasos, deseando que la pesadilla acabará ya.
-De qué quer-me interrumpió
-Quédate un momento callada...-no entendía lo que hacía, pero de todas maneras cerré mi boca.-Ya.
-No fuiste muy amable la ultima vez que hablamos por teléfono.
-Mira Raven-dijo como si le costará pronunciar mi nombre.-Hay cosas que no sabes.
-Eso no te da derecho a hacer lo que hiciste.
-No sé de qué manera decírtelo.
-No lo sé. Mi único problema-aquí venía el vomito verbal-es que no sé en qué momento decidiste que mis sentimientos valían mierda ¿sabes? Pensé que de verdad te tenía. Ese fue mi error. Si te canso mi inseguridad te puedo apostar a que Lauren no es mejor que yo, no hace cosas como yo lo hago. Pero hay algo que tal vez olvido muy seguido: Yo no te bese atrás de un puto taller y luego te abandone.-vi como las lágrimas asomaban por sus ojos.
-Tu no sabes nada de lo que dices.
-Me prometiste y me mentiste. Tacha todas las veces que te dije algo desde el corazón. Hay cosas que no se y ese es el problema.
-Quiero que me lleves a tu casa-¿qué?
-¿Para qué?
-Este lugar es malo para hablar.
-No lo creo.
-Si de verdad quieres aclarar las cosas, debes llevarme a tu casa.-Me pare enseguida de la mesa, no teníamos permitido fumar en el establecimiento.
Empuje la puerta de manera muy fuerte y camine unos pasos más allá, oía los pasos de Junko detrás mío.
No encontraba mi encendedor.
Entonces sentí una mano en mi hombro y no me di cuenta cuando con una fuerza salida de no sé dónde me volteo de manera fuerte y lo último de lo que me di cuenta es que tenía sus labios haciendo presión contra los míos. Había un sabor embriagante en su boca que me hizo corresponderle a su beso. Cuando afloje mis labios pude sentir como sonreía.
-Quiero que me lleves a tu casa, es por el bien de ambas.
-Esta bien. Ve hoy en la noche.- la noche no me gustaba para nada, pues era y había sido el escenario de escenas de lujuria y deseo.
*********
Hola criaturas! Bueno. Hasta aquí llevamos 35 partes, no pienso extenderme mucho... No os preocupéis! Pero todavía le falta un pedacito a la historia.
Los amo.
-TG

Las cosas que pasan.Onde histórias criam vida. Descubra agora