Lo indefinido nos define.

769 61 0
                                    

Había pasado una semana desde que Kath se había mudado a unas cuantas calles.
Mi vida transcurría con más aburrimiento de lo normal. Iba a clases, comía, y pasaba todo el resto del día holgazaneando.
Así que mi vida se había vuelto horrible.
Después de hablar con Alice acerca de eso, llegamos a la conclusión de que debería buscar un trabajo.

Había ido a tres lugares por día en una semana y nada. Era viernes y aún no conseguía nada de trabajo.
Salí del lugar del empleo algo decepcionada, pues un "te llamaremos" significaba "no te queremos".
Así que ahí estaba yo, parada enfrente del gran edificio al que había ido a solicitar trabajo como la persona que entrega el correo a cada oficina.
Mire hacia arriba y después camine un poco más.
Llegue a un Starbucks y pedí un café con chocolate blanco (suena raro, pero es delicioso). El chico que atendía en mostrador volteo a ver mi carpeta que decía "currículum" mientras la dejaba en el mostrador para encontrar el dinero en mis pantalones.
-¿Buscas trabajo?-dijo Troy, o al menos creo que así se llamaba, su placa se leía.
-Ajá, pero no hay nada. Las desventajas de vivir en una ciudad grande ¿cuento es por el café?
-Bueno, aquí hay un trabajo-le entregue la cantidad que marcaba la caja registradora-Podrías venir mañana temprano para la entrevista, es conmigo.
-Claro, Gracias.
Después de que me hubo entregado el café, me dio una tarjeta de presentación del Starbucks.

Hable con Alice quien me citó un montón de frases motivadoras innecesarias.
Llegue a casa, prepare la ropa para el otro día, casual-no-casual.
Y después de poner mi alarma, me recosté a dormir, pues no lo había hecho bien.

Llegué tres minutos antes de la hora programada y espere dos afuera.
Entre algo nerviosa, el Starbucks estaba vacío.
Cuando el chico de otro día "Troy" me vio entrar, se me acercó.
-Siéntate, por favor.
Nos sentamos en una mesa y saco algo con pinta de ser un cuestionario.

La entrevista no salió nada mal, inclusive tome un té de menta, gratis.
Habían sido preguntas tan extrañas, juveniles. Cosas como ¿que prefieres hacer en tu tiempo libre? O ¿te gustan los días soleados o lluviosos?
La entrevista había resultado exitosa, había sido contratada.
Empezaría el lunes en la tarde, después de clases.
Troy me entrego mi uniforme: una elegante y algo entallada (lo suficiente) camiseta negra con el logo de Starbucks y opcional una gorra verde.
Llame a Alice, a Harriet y a Kath para celebrar.
Estuvimos en un Toyo comiendo sushi y tomando cerveza y fue muy divertido.
Junko, ella no estaba en mi cabeza en esos momentos.
Estaba en un pequeño instante de felicidad, solo un pequeño instante ¿Luego? Luego tropiezas con la realidad.
Recordé el Paintball, el mar, los bares.
Estaba en mi cama tirada con dolor de cabeza, no estaba tan ebria, pero lo suficiente.
Hasta que lo sentí, sentí las lágrimas caer por mi rostro y ¡Mierda! No podía parar, pero se sentía tan bien.
Todavía podía verla a mi lado... Tal vez estaba apestando a cursilería... Pero, demonios, nunca había sentido eso.
Me quede dormida y lo último que vi antes de que mi vista se apagará fue la foto que tenía con ella en un marco.

Las cosas que pasan.Where stories live. Discover now