Las cosas que pasan.

No me llames Cariño de nuevo.

Llegué al parque a las 6:45 pm y me senté en la banca en la que Harriet y yo nos habíamos sentado la última vez.
-Hola-me saludó Hartiet con un beso en la mejilla.
-Bien... ¿Qué vamos a hacer?-pregunté.
-¿Conoces ese café llamado "El gato blanco"?
-Nope.
-¿Metro o Taxi?
-Metro.

Cuando llegamos a una calle que no conocía caminamos aproximadamente tres cuadras llegamos a un lugar un poco concurrido con un gato blanco pintado en el muro frontal.
-Te gusta el café y la buena música?-preguntón Harriet.
-Siempre.

Pasamos un buen rato tomando café, analizando a la banda de jazz y haciéndonos pregunta personales.

-Por qué uno tiene que elegir cosas favoritas?-dije yo dandole un mordisco al rollo de canela tibio.
-No lo sé... Es algo que nos define... Supongo-Dijo Harriet-Ahora dime ¿qué hacías ayer en el parque?
-Ummmm.,.
Le conté a Harriet sobre Junko, desde el día que la conocí hasta el día que deje de conocerla.
Ella asentía y murmuraba unos "aja" con atención.
-Bueno...-dijo cuando acabe-Al principio la historia era buena... Luego... Apesta...
-Lo sé...
-No has llorado.-dijo Harriet mirándome a los ojos.
Sus penetrantes ojos verdes grisáceos me miraban fijamente, quebrando mis pensamientos.
-No lo he hecho... No he tenido las suficientes razones.
-Bueno... La verdad es complicado.
-Si, vaya que lo es.

Cuando salimos del Gato Blanco caminamos un poco por el lugar.
Eran casas coloniales, antiguas, coloridas. No hacía frío, no hacía calor.
Íbamos por los 30 minutos cuando mi teléfono sonó.
Conteste a ciegas, vaya error mío.
-Cariño?-Su voz ¿quién diría que ocultaba tantas cosas?
-Hola?-dije aún medio aturdida.
-No has contestado mis llamadas desde ayer... Huiste de mi casa.-Dijo en tono que sonaba preocupado.
-Mierda Junko ¿sabes? Creo que lo habías entendido.-dije bastante molesta. Harriet me miraba con preocupación.
-¿De qué estás hablando?-Dijo Junko con cautela.
-Te diré unas cuantas palabras a ver si te suenan-dije en tono condescendiente-Lauren, Anteanoche, Tú, Mentiras ¿algo de eso te suena?
-Joder ¿qué has visto?-Dijo Junko con un tono de voz bastante molesto.
-Lo suficiente! Joder! ¿Tenías que hacerlo? Y pensar que dormí contigo... Pensar que... Mierda Junko!-dije al borde de las lagrimas.
-No te debo explicaciones.-dijo Junko fríamente.
-No, no debes... Y si las tuvieras, tampoco las aceptaría.-dije yo igual de fría cortando la llamada.
-Hey...-Dijo Harriet.
-No digas nada... Solo, solo quiero irme a casa.