Capítulo I

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—No lo haré —dijo sin apartar la mirada seria del espejo que estaba frente a él.

—Vamos... Necesitamos el dinero.

—¿Eso no quiere decir que me debo teñir el cabello de blanco? Lo siento, amigo, no lo haré. Pareceré maricón —concluyó YoonGi e intentó levantarse de la silla, pero las manos del contrario se lo impidieron.

—Lo harás —ordenó el otro y él le envió una rápida mirada por el espejo.

Suspiró sonoramente y se recostó con desgano sobre la silla. Inmediatamente cerró los ojos cuando sintió que el peluquero metió los dedos entre su cabello.

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—¿Cómo es esto normal? —dijo viendo el trabajo terminado—. Parezco una puta escobilla.

—Te ves guapo —comentó el contrario sin quitar su sonrisa socarrona, claramente burlándose.

—No te sientas importante, Aaron. Lo hago por el dinero. —Chasqueó la lengua con desagrado.

—Solo vayámonos —dijo el aludido y se levantó del puff indecente en el que se sentó. Ambos caminaron hacia las mugrientas puertas de cristal.

—¿Qué debemos hacer ahora? —preguntó el ahora peliblanco mientras metía las manos en los bolsillos de su chaqueta.

—Comprarte ropa decente. ¿Estás consciente de que pareces drogadicto con esas pintas? —El chico le mostró una mueca de asco.

—No soy drogadicto —masculló entre dientes.

—Pero vendes drogas. La única diferencia es que te mandarán a la cárcel en vez de mandarte al hospital.

—Tú también vendes drogas. ¿Por qué me tiras toda la mierda a mí? Me ofendes —mintió a la vez que ponía los ojos en blanco.

—Tendrás que cambiar tu actitud, bonito. ¿Cómo harás para entrar a una casa de ricos con esos modales? Deberías agradecer que eres relativamente guapo —habló Aarón mientras se subía a su moderna moto. YoonGi se acomodó detrás del otro y volvió a meter las manos en sus bolsillos.

—¿Dónde iremos ahora? —preguntó al escuchar que el otro encendió el vehículo.

—A comprar ropa —articuló el contrario y le dio una rápida mirada—. Por cierto, llevas usando esa chaqueta desde que te conozco. —La moto inmediatamente rugió, haciendo que perdiera la oportunidad de insultar a su grandulón amigo negro.

Aaron era un buen chico, incluso podría aventurarse a decir que era su mejor amigo. Un joven de raza negra que huyó de su país natal para escapar de las pandillas y la inanición, alguien que en Corea del Sur también encontró, ya que estaba igual o más metido en la mierda.

La moto se detuvo delante de varios edificios, los cuales se enlazaban entre sí. YoonGi se bajó de la moto sin mover las manos del lugar en el que estaban.

—Bien... —dijo el negro, se bajó de la moto y metió las llaves en su bolsillo—. ¿Cómo se debería vestir un niño pijo?

—¿De dónde sacaremos dinero para comprar ropa? —preguntó con cansancio mientras se adentraban por las grandes puertas de cristal.

—El jefe me dio la tarjeta. —Levantó la mano y mostró un brillante trozo de plástico entre los dedos.

—Pues bien. —Se encogió de hombros—. Deberíamos ir a las tiendas más caras, ¿no crees?

Versus • || YoonMin ||Where stories live. Discover now