Enamorándome de mi jefe

PUM, PUM...

ALMA
Pase toda la noche en vela, no pude dormir nada, ¿como es posible que Alan piense así de mi?, ¿qué motivo le he dado?.

Suspiró profundamente, observando el plato lleno de frutas frescas que me habían servido, estaba desayunando en el jardín con Silvana, Valeria, Alan estaba aún en la habitación y no había señales de Derek, todos estábamos en silencio disfrutando del desayuno.

-¿Donde esta Derek?-Pregunta Silvana mirando a Valeria

Ella mastica despacio y mira a Silvana.

-Salió temprano, dijo que estaría para el desayuno, que tenia una sorpresa -dijo Valeria encogiéndose de hombros

-¿Sorpresa?

-A si dijo, pero no tengo idea de que sea-dice Valeria

-¿Ayer dormiste bien Alma?-dice Silvana

Trago en seco, ¿que si dormi bien?, obviamente no, Alan es un completo idiota desconfiado. Sonreí forzosamente sin despegar la mirada del plato.

-si, completamente bien

-Que bueno, ayer... Alan llego un poco tarde, no quiero que te molestes con el, tratare hoy de hablar con el... Este hombre no aprende, en verdad parece un niño

-No se preocupe-digo

-Buenos días familia...

Miro hacia la entrada, es Derek, quien se mira de bastante buen humor, lo miro con frialdad, en verdad no me agrada. Noto a tres mujeres detrás de el, una de piel morena bastante bonita, otra piel blanca, se miraba bastante rígida y otra ya mayor con el pelo canoso. Esta ultima me miro seria, desvíe la mirada por instinto.

-Derek... Buenos dias...-dice Silvana un poco inquieta-¿Quienes son tus acompañantes ?

Derek miro detrás de el y sonrío.

-Mi regalo para ustedes-dice

-¿Regalo?-digo

-Asi es, una sirvienta para cada una-dice Derek

Silvana mira a Derek desconcertada. ¿Que esta planeando?

-Derek... Eres muy amable... Pero ya tenemos servidumbre -dice Silvana

-Pero estas son exclusivamente para ustedes, véanlo como un regalo para limar asperezas -dice Derek

-Es un buen gesto pero...-dice Silvana

-No se diga mas,-dice Derek- Ana es para Valeria... Grettel para ti Silvana y Romina para ti Alma

La mujer ya mayor fue con Valeria, la que se miraba demasiado rígida se fue con Silvana y la morena conmigo. Romina me mira y me sonríe, le sonrió igualmente.

-Un gusto señora Alma-dice -estoy a su disposición

-Gracias, espero y estés bien en este tiempo trabajando conmigo -digo

Silvana le hablo alas mucamas y mando a las nuevas tres empleadas con ellas, para que les dieran un uniforme y mostrarle nuestras habitaciones para que las limpien.