~Capítulo 48~ Recuerdos del cuerpo

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"La mente es frágil olvida, pero el cuerpo recuerda lo que la mente bloqueó"

-Espera...—interrumpió él-- ¿Te quedarías un momento?—

Me quedé en seco, confusa y sin saber qué exactamente debería hacer. ¿Quedarme? ¿Quería que me quedara con él? Estar a lado suyo a pesar de parecer que no recordaba absolutamente nada de mí.

-¿Por qué quieres que me quede?—cuestioné encogiéndome de hombros. Un calambre que me recorría desde la naciente de la columna vertebral y se extendía por todas mis terminaciones nerviosas. El tiempo parecía prolongarse demasiado mientras esperaba su ansiada respuesta.

-Hazme compañía—sonrió sin decir más—he estado solo estos últimos días desde que me he despertado y sin mencionar los meses de inconciencia. Necesito a alguien que charle conmigo—se apoyó en la cabecera de la cama-- ¿Me harás compañía?—

Mordí mi labio en señal de decepción, pero sin pensarlo acepté. Cualquier cosa con pasar más tiempo con él. Cualquier cosa por, quizás, lograr que me recuerde.

Tomé asiento a su lado, en una silla y subí mis manos sobre mis rodillas, teniendo la visón un poco borrosa. Parpadee una y otra vez pero seguía viendo del mismo modo. Borroso y con manchas amarillas.

-Entonces...-- empezó Donghae-- ¿Cuánto tiempo llevo siendo un guardaespaldas tuyo?—

-Más de cuatro meses—Pero es algo más, quise decir. Yo te amo Donghae, y tú también me amas ¿Por qué no lo recuerdas? ¿No ves que me duele?—

-Entonces... ¿Cuál es nuestra relación?—llevé los ojos hacia los suyos y dejé caer mi mandíbula ligeramente ante la sorpresa— Me refiero a que si solo tenemos la relación de cliente-guardaespaldas o quizás nos conocemos más—explicó—No sé. Tal vez y te conté sobre mi esposa... tengo esposa ¿Verdad?

Tragué saliva y volví a bajar la mirada para ocultar mi tristeza y no dejarlo notar que mis ojos habían empezado a cristalizarse ante el deseo de llorar—

-No lo sé-- mentí—Jamás me hablaste de ella... pero sí de alguien más—Donghae arqueó las cejas como pidiendo que siguiera—Una chica. Tu primer amor. Me contabas que ella ha sido a la única chica que has amado, que ella también te amaba y que por errores de la vida y de ella, se separaron, pero volvieron a estar juntos...—

-Quizás y es mi esposa—sonrió cerrando los ojos y con una sonrisa en la comisura de sus labios—

Sus ojos me miraban con detenimiento, pareciendo estar perdido y con los pensamientos muy lejos de donde nos hallábamos.

-No...-- Quise decir más

-Ojos azules como el cielo al caer la noche—susurró sin quitar la mirada de mí. Tragué saliva con el corazón golpeando al oír sus palabras. Será que...--

-Tus ojos son hermosos—Añadió y luego sacudió la cabeza—Disculpa. Lo he dicho sin saber por qué—Respiró hondo y apretó los parpados—Disculpa...

Me quedé en silencio apretando los parpados para evitar que mis lágrimas fluyeran—

-Entonces me voy—Anuncié poniéndome de pie y caminando dos pasos con intenciones de marcharme, pero su mano ya hacia sujetándome de la muñeca. Lo miré atónita, y él también me observaba del mismo modo; como sorprendido de su propio acto—

-Disculpa—Me soltó—Ha sido un impulso—Hizo una pausa—supongo que no quiero que te vayas aun. Eres una buena compañía, (TN). Quédate un momento más, por favor—

Daydream. Lágrimas de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora