~Capítulo 11~Sobreprotector

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-¿Qué si alguna vete amé? ¿Qué clase de pregunta es esa (TN)?—Se quedó en silencio por largos segundos más—Te he amado toda mi puta vida...-- Habló con rapidez quebrando su voz y saliendo de la habitación a toda prisa.

Me quedé sentada en la cama allí y en completo silencio ¿Por qué me sentía tan mal? Tal vez porque sabía que ahora se iba a ir a acostarse con aquella sirvienta, aquella que ahora ocupa mi lugar—

Apreté los dientes y me puse de pie, tomé mi vestido y me lo volvía colocar. Me dirigí al espejo y limpió m rostro para volver a maquillarme.

-Dije que iba a salir y eso haré. Ya no necesito de DongHae ¡No necesito de nadie para sentirme bien! ¡En toda mi jodida vida he estado sola y ahora no cambiarán las cosas!

Tomé mi bolso y caminé de prisa, prendiendo las luces y dirigiéndose hasta afuera de la casa. Estando ya afuera empecé a caminar para llegar a la calle y tomar un taxi—

-¿A dónde vas?—Preguntó la voz de DongHae al mismo tiempo que me tomó de la muñeca—

-A donde pueda estar sola—Hablé con ironía—Jódete y lárgate que ya no necesito de ti. Todo ha quedado claro ¿Acaso no lo captaste?—

-Es mi trabajo, por eso me pagan (TN). Soy tu guardaespaldas—

-Pues toma—abrí mi bolso y saqué mi billetera para lanzarle unos billetes—Ahí está tu dinero y ahora no te preocupes por tu paga y déjame sola—

Lo vi poner a la expresión seria. Se había enfadado. Pues me valía madres ¡Lo quería lejos de mí! Ya no dejaría que se siga burlando más de mí---

-No te vas—Habló serio y tomándome de la muñeca con más fuera para empezar a jalarme dentro de la casa—

-¡Suéltame! ¡Donghae suéltame!—gritaba tratando de zafarme-- ¡Maldita sea! ¡Suéltame!— Extendí el varazo y empecé a darle a carterazos ¡Qué coños se cree?

-Que no te vas a ir (TN)--- ME soltó estado dentro de la casa.

-Suéltame ¿Qué haces fuera de tu habitación? Creo que te habías ido a revolcar con aquella zorra—

-¡Pues si! Me fui a buscarla—arqueó las cejas.—pero adivina, no está en casa. Y te escuche el sonido de tacones así que salí a verte. ¿Por qué coños no me haces caso? ¡Te pueden terminar matando!-

--¡No te importa! Si aquella zorra no está para complacerte ¡Nos mi puta culpa! Ve, búscala y déjame en paz.

-(TN). Entiende. No puedes irte sola. Te puede pasar algo—

-Pues sígueme. Me importa un dedo. Solo quiero salir y distraerme un rato—

-¡Maldita sea! ¡Eres mujer casada! ¿A dónde coños piensas ir?—

-¡Quiero divertirme!—Le grité soltándome—A ti no te incumbe con quien me divierta. ¡Es asunto mío! ¡La casada soy yo, no tú!

-Pues bien—Habló con seriedad y parándose en frente mío. Ve, pero conmigo. Soy tu guarda espadas y mi puso trabajo es cuidarte—

-Pues bien—curvó los labios y le di la espalda, rápidamente. Esta noche nadie arruinaría nada. Ya bastante he tenido con que le arruine lo de hace ratos. Pues ya no más.

Caminé de prisa pero antes de volver a salir de casa, sus manos me sujetaron de la cintura y me giraron, sujetándome de las mejillas y presionando sus labios sobre los míos—

-Cambié de opinión—susurró en mis labios, haciéndome sacudir—quédate conmigo esta noche. Quiero hacerte el amor... quédate—Me quedé helada y con una necesidad de moverme y decirle que sí, pero estaba en shock ante sus palabras; sin embargo, pronto volvía mi realidad.

Daydream. Lágrimas de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora