Capítulo 44

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DAVID

- Muy bien señores, ha sido todo un placer haber hecho trato con ustedes- sonrio hacia el señor Botelho quien se levanta de su silla al igual que yo para estrechar nuestras manos.

- Solo tengo una duda señor Maestroni- asiento para que prosiga- He notado que durante nuestras reuniones, a pesar de estar atento con los temas tratados a estado algo inquieto ¿por qué tanta urgencia por irse?- vuelvo a sonreír, el señor Botelho frunce su ceño sin entender y decido contarle el porqué.

- No puedo estar mucho tiempo alejado de mi esposa señor- él asiente con una sonrisa-  Pronto dará a luz y quiero compartir todo el tiempo que pueda junto a ella.

- Felicidades señor Maestroni, la familia es el mayor tesoro que tiene el ser humano- asiento y vuelvo a despedirme de él.

Como solo son las once de la mañana decido pasar por varias tiendas y comprar algunas cosas para mi familia, después de caminar por varios sitios una joyería llama mi atención, no dudo en entrar y de inmediato una chica joven, cabello castaño, ojos marrón chocolate y bastante delgada me sonríe, veo como se ruboriza un poco pero no le tomo importancia, recorro la tienda en busca de algo que me guste y mis ojos ven un anillo de oro blanco con un pequeño lazo y un zafiro en el centro. Los ojos de Alexa vienen a mi mente y sonrió como todo un idiota enamorado, la chica de hace un rato se acerca, señaló el anillo para que sepa lo que quiero, ella lo toma con tal delicadeza que me causa gracia.

Le doy mi tarjeta de crédito sin dignarme a preguntar su costo porque en realidad no me importa, Alexa merece mucho más que un simple anillo, ella se acerca de nuevo a preguntar si quiero grabar alguna frase y asiento, me da una libreta junto a un bolígrafo para que escriba la frase que quiero que lleve, me pide que pase dentro de unas horas para recoger el anillo y asiento. Al llegar al hotel tomo una ducha, empaco de nuevo mi maleta como puedo, porque  a pesar de estar acostumbrado a no ordenarla esta vez lo hago, Alexa se enojaria si llego a casa con la maleta mal hecha. Voy hasta el restaurante del hotel y como algo sencillo, no tengo muchas ganas de comer, solo quiero que llegue la noche para poder irme a casa y ver a la mujer que tiene loco mi corazón.

Mi teléfono no para de vibrar en mi bolsillo pero lo ignoro, sé que no es Alexa y por ahora ya he acabado con todo lo que tenía que hacer. Entro de nuevo a la joyería, la chica tiene listo el anillo, me lo entrega mientras sonríe de forma amable, por alguna razón le devuelvo la sonrisa. Al salir de la tienda llamo a John mi piloto y le pido que prepare todo para salir cuanto antes.

(***)

Después de hablar con Alexa y decirle que pronto estaría junto a ella subo al avión con Rodrigo que está igual de impaciente que yo por volver a casa, son solo cuatro horas de viaje por lo que decido dormir un rato, desde mañana dejaré de trabajar para pasar todo el tiempo posible en los últimos meses de embarazo de Alexa, al cerrar mis párpados sus hermosos ojos junto a su sonrisa vienen a mi mente, ella es tan perfecta que sigo sin creer que sea mía, pero lo es. Es solo mía.

Alguien toca mi hombro con fuerza, estoy tentado de mandar a la mierda a la persona que lo hizo pero cuando veo que es Rodrigo quien lo hace y me dice que hemos llegado mi humor cambia. En los últimos meses he notado que si estoy cerca de Alexa o incluso pienso en ella mi humor cambia drásticamente dejando al hombre frío de lado. Me causa gracia porque no puedo creer que una chica delgada, de piel como porcelana y unos ojos azules como el cielo me hayan vuelto un completo idiota. Salgo del avión con mi maleta pero justo cuando voy a entrar al auto Rodrigo me detiene.

- ¿Qué?- pregunto con el ceño fruncido.

- No podré acompañarlo señor- mi ceja se levanta para que me explique, cuando esta apunto de hablar un grito llama nuestra atención, a lo lejos puedo ver a la amiga de Alexa.

- Ve con ella en el auto, pediré un taxi- asiente un poco dudoso, le aseguro que todo estará bien y se marcha.

El taxi llega mucho antes de lo que pensaba, subo al asiento trasero y apenas estoy a punto de darle la dirección de mi casa, una cabellera castaña junto a unos ojos mieles me miran por el espejo retrovisor con una sonrisa. La sangre empieza a acumularse en mi rostro por la rabia y a ella eso parece gustarle.

- ¿Qué demonios haces tú aquí?- ella sonríe de esa manera cruel que a cualquiera intimidaría menos a mí.

- ¿No te alegras de verme?- hace un estúpido puchero, abro la puerta para irme pero ella arranca el coche a toda velocidad.

- ¡¿Estás loca?!- gritó, ella se encoje de hombros y solo me mira a mí- ¡Los ojos en la puta carretera, Scarleth!

- ¡Cállate!- ella deja de verme y sigue manejando, de pronto empieza a acelerar mas el coche haciendo que mi corazón suba a mi garganta.

- ¡Joder Scarleth, bájale a la puta velocidad vas a matarnos!- veo su rostro llenarse de lágrimas, como puedo pasó al asiento del copiloto- ¡¿Qué carajos es lo que quieres de mi?!

- Te quiero a ti David ¿no lo entiendes?- el velocímetro está en toda su potencia, Scarleth llora a gritos cosa que me está poniendo muy nervioso- tú eres el amor de mi vida, el único hombre que estuvo conmigo en los peores momentos, tú estuviste presente en todos y cada unos de mis problemas, incluso cuando me dejaste siempre estuviste para mí, yo me enamore como nunca lo había hecho- su llanto para dándole paso a la rabia- pero luego llego esa maldita perra y tú me dejaste a un lado, ya no ibas a visitarme a esa maldita clínica en la que tú mismo me metiste, ni siquiera me mandabas una maldita carta, todo tú se centró en ella. Te amo- me mira por un breve segundo dejándome ver su rostro que ahora es un desastre por el rimel corrido- Estoy segura de que tú también me amas a mí, no lo has dicho, pero tampoco lo has negado y eso es suficiente para mí.

- Yo nunca te ame- digo con furia- tu llegaste a mi vida arruinándolo todo, hiciste un caos mi mundo, me dejaste hecho mierda, ¿como crees que puedo amar a la persona que disfruto de mi sufrimiento? ¿que se regocijo del daño que le hizo a un niño que era completamente inocente?- vuelvo a decir con furia, ella quita los ojos de la carretera y me mira- contigo nunca conocí el amor, es más contigo solo vi el lado malo de ello, ¿Sabes porque te odio?- ella abre mucho sus ojos, pues no esperaba que yo mencionara algo como eso-tú me manipulaste, me drogaste, pagaste para que me dejarán al borde de la muerte y luego incriminaste a mi madre, hiciste que ella perdiera su afecto por mí, que me temiera porque te creí a ti, y a todas esas malditas pruebas falsas, eres lo peor de mi vida - ella me da una bofetada haciendo que el coche se mueva de un lado a otro- En cambio Alexa me mostró lo que en verdad es amar, me sacó del hoyo negro que era mi cabeza por tu maldita culpa, ella quito mi adicción a destruir con todo lo que hay a mi paso. Alexa no se rindió, no me dejo ni me hizo sentir miserable.

- ¡No, eso es mentira!, tú me amas a mí, hice todo eso porque eras débil y el mundo iba a comerte, porque nuestras madres no sirven para nada, solo merecen nuestro odio- tomó el volante haciendo que el coche se cambie al carril contrario- ¡Tú me amaras cueste lo que cueste! ¡¿Me oíste?!

De pronto escucho el claxon de un camión que viene a toda velocidad hacia nosotros, mis ojos se abren pero ya no puedo hacer nada, este impacta contra nosotros haciendo que el coche patine por la carretera. Siento un fuerte dolor en mi cabeza y luego todo empieza a verse borroso, mi último pensamiento es Alexa y Leonard, el cómo se sentirá cuando lo sepa, trato de mantenerme despierto pero de nuevo el dolor martillea mi cabeza haciendo que caiga en la oscuridad.

De nuevo gracias por su apoyo.

Matrimonio infernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora