Capitulo 33

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Mi vida podría ser un cuento de hadas en este momento pero nunca podría saber a ciencia cierta cuanto duraría, desde el momento en que decidí darle paso a David en mi vida esta a venido siendo una montaña rusa llena de tristeza, caos, felicidad y mas caos con reconciliaciones inesperadas, escapadas, y mucho amor, pero por mas problemas que hubiera en nuestras vidas yo jamas podría dejarlo.

Después de aquel festejo fuimos a nuestro cuarto, pude percatarme sólo en ese momento que la casa estaba vacía casi en su totalidad, todavía habían algunos cuadros, fotografías y alguno que otro mueble, tome del brazo a David antes de entrar a nuestra habitación me observo por unos segundos para luego sonreír.

- ¿Por qué la casa esta vacía?- una risa ronca salio de lo mas profundo de su garganta haciéndome fruncir el ceño- ¿que es tan gracioso?

- Lo siento, es que no puedo creer que apenas te dieras cuenta- me encogí de hombros.

- ¿Y bien?- entre cerré mis ojos.

- Esta casa siempre ha sido nuestra, quiero que dejes tu marca aquí, al igual que lo hiciste en mi corazón- mi sonrisa pudo ser la mas grande y dulce en ese momento al oír sus palabras.

Tome su rostro entre mis manos y lo besé de forma tierna, sus manos viajaron a mi cintura, empezaron ha acariciarla de forma lenta, enrede mis manos en su cabello y lo atraje mas a mi, necesitaba sentirlo, saber que esto era real, que él me había escogido solo a mi, pero también necesitaba hablar y dejar todas las cosas claras.

Me separé un momento para volver y plantar mis labios sobre los suyos, esta vez fui yo la que tomó su mano y lo dirigió a lo poco que restaba de nuestra habitación, me senté en uno de los sillones blancos que habían allí y el se sentó frente a mi.

- ¿Que va a pasar con con nosotros?- baje un poco la voz al formular mi pregunta, la seguridad hace un momento se había esfumado.

- Alexa, mírame- hice lo que me pidió- no habrán mas llamadas ni visitas, tampoco te dejaré tanto tiempo sola ahora tu eres mi prioridad y haré lo que sea con tal de verte feliz. Siempre fuiste tú. No tengo sentimientos por Scarleth, eso se quedo en el pasado y jamas se me paso por la cabeza dejarte e ir tras ella, te amo, pensé que había sido tan claro con mis sentimientos para que te sintieras segura a mi lado.

- Fuiste claro, pero las llamadas, verte enojarte por cosas con respecto a ella me hicieron dudar- giro sus ojos-así que  ¿Scarleth no nos volverá a molestar?- Sonreí con efusividad esto eraa lo mejor que podía pasarme.

- No más Scarleth en nuestras vidas- me sonrió de esa manera que me encantaba- ahora quiero terminar lo que empezaste.

Me beso con urgencia mientras sus manos se colaban por debajo de mi blusa, enrede de nuevo mis manos en su cabello y tire un poco de el haciéndolo gemir. Me llevo hasta la cama con intenciones de el ponerse sobre mi pero me negué, esta vez quería ser yo la que llevara el mando de la situación.

Bese y mordí el lóbulo de su oreja trazando un camino desde ese punto hasta su barbilla, lo sentí tensarse cuando mis manos se dirigieron a su cinturón y lo quitaron del camino, baje sus pantalones con lentitud, mientras seguía bajando por su duro abdomen, me arrodille frente a el con una sonrisa. Nunca había hecho esto, siempre espere el momento y el hombre indicado para hacerlo. David era ese hombre.

Me puse nerviosa al momento de cubrirlo con mi boca pero aparte todos esos pensamientos y deje que mi boca improvisara, oír sus gruñidos y gemidos me hacían sentir una diosa al proporcionarle tal placer así que use mis manos, para cubrir los centímetros de su miembro que no entraban a mi boca, su mirada me hacia sentir tan segura de mi misma, que lo saque de mi boca para lamerlo desde la pase hasta la punto e introducirlo de nuevo en mi boca, David suspiraba y gemía mi nombre mientras sus piernas vibraban bajo mis manos, senti a mi mandíbula cansarse y al poco tiempo toco mi cabeza, me corrí hacia un lado dejando que sus fluidos se esparcieran en la alfombra.

Acarició mis senos con delicadeza tirando un poco de mis pezones que se endurecieron como piedra por ese acto, gemí al sentir su mano colarse por mis pantalones y llegar a ese punto que me volvía loca, le brindo atención mientras con su otra mano bajaba mis pantalones junto a mis bragas, dos de sus dedos los introdujo en mi hendidura provocandome un pequeño gemido, su tortura siguió por un rato pero no llenaba el placer que sentía en ese momento.

- David- balbuce su nombre como pude- por favor.

- Eres tan hermosa, mírame por favor- se posiciono entre mis piernas sosteniendo su miembro, hice lo que me pidió encontrándome con dos esmeraldas que me miraban con amor y adoración. 

Entro en mi de forma lenta provocando un estremecimiento , sus embestidas eran lentas pero precisas, arrancándome con cada una gemidos e intentos de palabras, moví mis caderas al son de las suyas para alcanzar mas rápido nuestra liberación obteniendo un gruñido por su parte, acelero sus embestidas y llegue a mi clímax, unas cuantas embestidas mas y David alcanzo el suyo pronunciando mi nombre.

(***)

Desperté por los rayos del sol que se filtraban por la ventana, intente quitar el brazo de David que rodeaba mi redondo estómago y sonreí cuando apretó más su agarre.

- David, tenemos que ir a la ecografía con la doctora- gruñó un poco pero me dejó salir de su agarre- apurate quiero presumir en tu cara que será una niña.

- Oh claro que no, estoy muy seguro que será un niño- reí un poco, se levantó de la cama tomándome por sorpresa cuando me levanto en sus brazos y nos metió a ambos al baño.

.....

Abroche mi cinturón y peine mi cabello, David puso el auto en marcha partiendo a la consulta con la doctora, feliz se quedaba corto para expresar lo que sentía en ese instante, saber que David dejaría de hablar con Scarleth era algo que llenaba mi corazón. Me sentía un poco egoísta el haberlo puesto en esa situación pero al mismo tiempo sentía que había hecho lo correcto, merecíamos ser felices y para serlo necesitábamos sacar de nuestras vidas a todas las personas que querían hacernos daño.

David se estaciono y abrió mi puerta, caminamos tomados de la mano hasta la recepción, donde nos registramos, pero la doctora ya nos esperaba, cruzamos algunas palabras e hizo preguntas de rutina, luego me pidió que me acostara en la camilla y subiera mi blusa hasta mis pechos, hizo un par de preguntas más y en algunas de mis respuestas fruncía el ceño alegando que tenia que dejar de preocuparme y descansar más. El gel frío me hizo pegar un respingo, David sostuvo mi mano con fuerza, la apreté para que supiera que todo estaba bien, beso mi cien de forma cariñosa. La doctora movió el ecógrafo por mi vientre, en la pantalla se veían algunas formas, pero yo, que había pasado años de mi vida estudiando medicina sabia cómo identificar cada una de ellas, David se veía confuso, preguntando por todo hasta que la doctora lo silencio con una de sus preguntas.

- ¿Desean saber que sexo es su bebé?- ambos asentimos- Señor y señora maestroni, seran padres de un sano varoncito.

Mi corazón latió frenético en mi pecho, dos lágrimas resbalaron por mis mejillas, pude darme cuenta que David también limpiaba algunas lágrimas que se le habían escapado, este sin duda era el mejor momento de mi vida.

Matrimonio infernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora