cap. 21 | entrenamiento.

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La tarde estaba soleada, como se había previsto días antes debíamos entrenar con más empeño por que las cosas ahora se habían puesto serias, se sentía la tensión en el aire al hablar sobre los planes del plan, pero al menos ellos se tomaban esto con humor por que durante los entrenamientos hacían apuestas y juegos, practicaban y al mismo tiempo se divertían, cosa que a mi no me era imposible pero tampoco facil.

Kenny se había mantenido lejos de mi y yo no había hecho nada para acercarme por la vergüenza que me daba el hecho de haberlo juzgado, sabía que me miraba siempre que tenía la oportunidad, sin embargo, no sé acercaba por mucho que yo lo deseara.

—¡a sus lugares!— Grita un chico sacándome de mis pensamientos, estaba parado en medio del Campus mientras todos los demás esperábamos la señal para dar inicio a nuestra rutina de entrenamiento.

Ese día se habían decidido por venir a la isla donde estaba el campo abierto ahora acomodado de forma estratégica para recrear un campo de pintball, el entrenamiento de hoy iba a consistir en habilidad y evasión, donde usaríamos nuestras armas de pintura y nos dividirlas en dos equipos. —¡Armas en posición!— Nos encontrábamos separados en dos grupos de cinco uno estaba equipado con balas de pintura roja, gafas protectoras y chalecos,  el otro grupo lo mismo pero de color Azul, yo era del equipo Azul junto a Geadher, Louis, Nadia y un chico llamado Clark en un extremo del campus, mientras que al otro lado del campus junto al equipo Rojo estaba: Micke, Louis, Kenny, una chica llamada Lilly y por supuesto Stevens. Mientras los demás esperaban su turno para entrenar.

La meta era llegar hasta la bandera del equipo contrario, tomarla y llegar nuevamente a la base, impidiendo que las balas de pintura ye golpeen, quién logre hacerlo primero gana. Se supone que el Paintball nos ayuda a simular una batalla real y así conseguir mayor agilidad pero yo lo veía un poco ventajoso para el equipo rojo, por que estaban loa hombres y siempre me imagine que ellos tenían más habilidades en la puntería.

—¿todos saben que hacer?—  tras reunirnos en un círculo grupal entre equipos, siendo Nadia la líder, todos asentimos. —ecuerden, tres balas y están fuera, protéjanse la espalda—

—queremos probar las habilidades de Maia así que tu iras con Nadia al frente, los demás cubrimos— dice Louis señalando me a lo cual asentí algo emocionada y a la vez nerviosa.

Emocionada por qué nunca antes había hecho algo como eso, el pintball era un deporte entretenido y divertido, sin embargo, era una simulación a algo real que podría pasar tan pronto como me lo imagine, por ello los nerviosa me calaban los huesos haciéndome temblar.

—¡a sus lugares!— Gritó el chico una vez más mientras se llevaba el silbato a la boca.

Esa fue la señal para que nos pusiéramos en posición justo antes de que el silbato suene y un disparo al aire resuene haciendo eco en el lugar,  y así fue coml empezó la guerra de pintura.

Mientras Clark, Louis y Geadher disparaban Nadia y yo avanzamos por entre los escombros llegando al primer tramo donde nos separaba una pared con un hueco que nos permitía ver al frente, nos ocultamos tomando posición siendl Nadia la que me mira y tras asintir como señal, ambas nos azomamos para disparar dandle tiempo a ellos que avancen.  Los del equipo rojo Avanzaban mientras tiraban pintura por todas partes.

Nadia levantó los dedos haciéndome alguna señal que no entendí con los dedos, parecía que me pedía avanzar por ello me levante y corrí para meterme detras de una columna, al frenre divise una figura alta apuntando y lanzando en mi dirección, me lance al suelo deslizandome para llegar sin ser tocada y en cuanto estuve segura le apunté dando en el chaleco de Micke. Nadia saltó sobre la pared de donde antes yo me ocultaba luego disparó dándole a Logan y stevens demostrando así la rapidez y precisión con la que se mueve, Micke corrió por entre los otros chicos ocultándose; dejaba sus tiros a punto ciego dándole a Geahder y Louis los cuales se quejaron por que justo les dio cuando Micke ni siquiera miraba a donde lanzaba.

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