capitulo 20 | su hermano

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No podía dejar de pensar en esa noche y las cosas que ahora sé sobre Kenny, ¿o debería quizás empezar a llamarlo por su nombre real?, lo cierto es que mi cabeza se encontraba dando vueltas en el mismo lugar, por qué los pensamientos me invadian incluso cuando intentaba concentrarme en otras cosas.

Imaginar a un pequeño Kenny, vulnerable, fragil y asustado siendo tocado inapropiadamente, obligado a ceder por ese asqueroso hombre mientras lo hacía sentir que todo era por amor, o un juego entre ellos, me daba náuseas. La pobre Nadia siendo tocada aún cuando estaba asustada, también... del único que no me imaginaba algo era del tercer hermano por que Kenny no abundó demasiado en él, pero ahí estaba de todas formas en mi cabeza, como un niño pequeño asustado, sentado en un rincón llorando.

¿me recuerda a alguien? Si, a mi.

—Maia... ¿vas a decirme que te ocurre?— Finalmente la voz de Michael logra ser más fuerte que mis pensamientos, en ese momento nos encontrábamos en la cafetería del instituto, yo me había comprado un batido del cual apenas había dado un sorbo por que las ganas de vómitar no me dejaban echarme algo al estómago. Lo miré sin siquiera fingir que todo estaba bien por que las ganas me habían abandonado en ese instante.  —¿te has peleado con el tipejo ese?—

Lo miré queriendo regañarlo por seguir llamándolo de esa manera tan despectiva, pero ahora mismo no podía ni siquiera defenderlo, solo bajé la cabeza y me llevé la pajilla a la boca ñara dar un trago, sin embargo, no dar una respuesta iba a ser más evidente. Michael empezaría a preguntar y yo no tenía excusas ni cabeza para ello, por ende negué con la cabeza.

—Mira, es normal que las parejas peleen, lo entiendo. No tienes que fingir—

—Michael...— mi mano fue a mi frente deslizándose por las cienes de forma lenta tratando de relajarme, él entendió que no era el momento y solo levantó las manos rindiendose.

Nos hicimos amigos del silencio por unos pocos minutos, Michael centró su vista en su almuerzo mientras yo continuaba moviendo la pajilla de arriba abajo generando que la fricción con la tapa plástica haga un sonido raro, sin embargo, al hacerlo volví a pensar en Kenny y al pensar en Kenny me llegó a la mente eso de que Michael lo conocía a oesar de que él oteo lo negó. Es decir, Michael siempre se mostraba algo preocupado con el tema de mi relación, eso me hizo creer que igual no me había contado cosas.

Por ello lo miré.

—¿que sabes de Kenny?— corto el silencio justo cuando Michael llevaba una lata de Pepsi a su boca y le daba un sorbo, sus ojos vinieron sobre mi pero terminó de darse el trago antes de pensar en responder. —¿de dónde lo conoces?—

—ah, ahora si quieres hablar— fue sarcástico pero no le seguí la broma, solo me mantuve esperando la respuesta.

—dime— fui seria.

— irónico—  suelta mientras dejaba la lata sobre la mesa y se reclinaba adelante posando ambas manos sobre la mesa. —casi no hablamos, no me cuentas nada, te desapareces pero ahora quieres que te quite la curiosidad— suelta una risa que percibí llena de molestia, el chico estaba en su derecho y lo entendía peri en ese preciso momento yo no estaba para ser comprensiva.

Sus palabras me hacían sentir mal y mi nivel de paciencia cada vez era menor, estar tanto con Kenny me había pegado su mal genio.

Sin embargo, después de unos segundos en silencio comprendí que he estado descuidando mi amistad, por mucho tiempo Michael ha sido mi única compañía, el único en mi vida y de pronto aparece Kenny y todo se pone de cabeza. Yo también estaría molesta si Michael se acercase a mi solo por que vamos en la misma clase.

—Lo lamento...— bajé la cabeza sintiéndome un poco avergonzada.

Michael por su parte al ver mi reacción suspira relajándose un poco.

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