10 •Secuestro•

167 49 3
                                    

PDV:Jaiden:
Llevábamos horas sin saber de ninguna noticia sobre James. Marcelo ni Sergio se han percatado de aparecer por aquí mientras que yo y este portugués estábamos en la camioneta esperando. No podía seguir aguantando, necesitaba saber cómo se encontraba. No podía seguirme quedando de brazos cruzados.

—No puedo seguir esperando aquí como tonta .—Tomé la manilla abriendo la puerta.

—Hey, quédate aquí .—Ordenó con su voz bastante gruesa.

—No me pienso quedar de brazos cruzados .—Me bajé de la camioneta y lo peor de todo es que aún llovía. Me di media vuelta para mirarlo—. No pienso quedarme aquí esperando sentada mientras no se ninguna noticia de James .—Espeté.

—Te he dicho que te quedes aquí y que subas .—Negué. Me di media vuelta y caminé hacía la entrada del hospital. Sentí el sonido cuando giran el gatillo de un arma. Me giré y ahí estaba ese portugués apuntándome—. Cuando te digo que me obedezcas, hazlo o me tendré que verme con la obligación de amenazarte en cada situación como esta.

—Me da igual lo que hagas conmigo .—Me acerqué a él—. Pero necesito saber cómo se encuentra James .—Tomé su arma y apunté a mi pecho—. Y no me importa si haces el intento de dispararme .—Este se quedó callado. Noté que bajó su brazo posicionándose a un costado de él.

En eso Marcelo y Sergio salen del hospital mostrando en sus caras alivio. Al parecer todo salió bien. De pronto sentí como mi cuerpo se relajaba por completo.

—¿Cómo le fue a James? .—Pregunté bastante preocupada, era la única persona que se estaba ganando mi confianza, los demás aún les costaba un poco, pero con él, fue más rápido.

—Bien, la bala no alcanzó a tocar ninguna arteria .—Sonríe—. Además lo trajimos justo a tiempo.

—Me alegro .—Sonreí. Me hice para atrás y sentí chocar el cuerpo de la persona que me había amenazado hace unos minutos atrás. Di un paso adelante y me posicioné al lado de Marcelo.

—Hey Cristiano .—Habló el rubio—. Acabo de recibir un mensaje de Nacho y ya está aquí en el aeropuerto ¿vamos por él?.

—Ya que .—Respondió este dándose media vuelta.

—Hey .—Marcelo se acercó a él—. ¿Por qué tienes un arma contigo? .—Preguntó con el ceño fruncido.

—No es de tu incumbencia .—Respondió subiéndose a la camioneta—. Ahora vamos por Nacho al aeropuerto rápido, quiero ir a casa a ver a mi hijo.

—Ya vamos señor gruñón .—Todos nos subimos al auto riéndonos ante el comentario de Sergio. Al cabo de casi media hora Marcelo ya se encontraba en el aeropuerto. Todos se bajaron a excepción mía ya que el portugués me lo prohibió. Ahora estaba sola y no podía hacer nada aquí en esta camioneta.

•••

Cristiano's POV:
Pudimos notar a Nacho venir a nosotros con una maleta en sus manos. Nos acercamos a él con una sonrisa dándole la bienvenida. Al parecer traía buenas noticias y buena mercancía en su maleta.

—Qué bueno verte aquí .—Nos dimos un abrazo—. ¿Qué no ibas a regresar en un mes más?.

—Las cosas se complicaron un poco en Rusia pero pude traer lo que querías .—Respondió en tono serio.

—Bien, vamos a la camioneta, además te tengo que presentar a alguien para que estés al tanto de su vigilancia .—Este asintió y salimos del aeropuerto. Nos dirigimos a la camioneta, abrí la puerta encontrándome con la grata sorpresa de que no se encontraba.

—¡Cristiano no está! .—Hablo Marcelo. Mierda, debí imaginarlo que se escaparía.

—¡Ya lo sé! .—Respondí molesto. Miró hacia el asiento y había una pequeña nota en él, lo tomo y desdoblo la hoja. "Si la quieres ver, tendrás que venir solo y tú sabes, sin jueguitos portugués o a tu chica la vez en el otro mundo". Apreté mi mandíbula maldiciéndome por dentro por haberla dejado sola. Maldita sea. Alves.

—¿Qué dice la nota? .—Isco pregunta. Negué y arrugo el papel lanzandolo lejos.

—Se escapó, no volverá... .—No puedo colocar en peligro a los chicos.

—¿Y la dejarás ir así, nada más? .—Asentí.

—No queda de otra muchachos, total, es un estorbo menos para nosotros, de hace mucho que necesitaba deshacerme de ella, y este fue el momento perfecto para que se fuera.

—Está bien...si tú lo dices .—Menciona Marcelo y nos subimos al auto.

Debía ingeniármelas de cómo salir sin que ellos logren darse cuenta de que estoy mintiendo, este idiota de Alves fue muy astuto esta vez...aunque...¿por qué debería de preocuparme por la vida de ella?, así desaparece de una buena vez de mi vida y no vuelve a darme problemas.

Deberías ser agradecido con ella.

Mi subconsciente no paraba de reprocharme a cada momento que pasaba. Además...Jaiden de alguna u otra manera, ha sido la única chica que se ha atrevido a desafiarme, ni siquiera Georgina se atrevía a hacerlo, ella sabía cómo era, pero Jaiden es todo distinto. Su orgullo y terquedad superan la mía.

Llegamos a la finca, los chicos entraron mientras que yo me quedaba en el auto, pensando y que tipo de plan debo tener para que Jaiden no corra peligro alguno. Golpeo el volante a causa de la frustración, le pido a mi cerebro como puedo evadir a los idiotas de Alves, sé que ellos también irán y pueden tomarme desprevenido.

Mierda, no tengo ninguna puta idea de que puedo hacer. Me bajo del auto y Nacho me observa desde la puerta de la casa. Me bajo respirando hondo y pensando en algun plan y este me detiene.

—¿Qué ocurre?.

—Nada .—Contesto friamente.

—Podré haberme ido por tres años a Rusia, pero sé cuando estas preocupado o con alguna ansiedad .—Exhalo pesadamente.

—Cuando te fuimos a buscar al aeropuerto...había un pequeño estorbo, su terquedad me supera los límites, la dejé en el auto y cuando volvimos no estaba.

—Es por eso que tanto tú como Marcelo no podían dejar de dar vueltas como un trompo. La chica se te escapó.

—Sí .—Mascullé—. Es un gran dolor de cabeza para mí, si supieras como es, o la conocieras, realmente te saca de tus casillas hasta el punto de sacarte canas verdes .—Nacho suelta una risa.

—Puedo decir que por algo el destino la trajo contigo, ¿no crees? .—¿Por qué a todos se les ocurre decir esa gran estupidez?. Gruñí y negué reiteradas veces.

Subí a mi habitación rápidamente dando fuertes, zancadas. Esto tenía que ser una vil locura, ¿por qué tendrá como rehén a Jaiden?. Ni siquiera la conoce. Nacho fue el que se encargo de avisarle a los chicos. Marcelo se presentó en mi habitación con un arma.

—¡Tenemos que buscarla pero ya! .—Aviso este.

—No sé ni siquiera su paradero Marcelo .—Respondí—. Además, puede hacer lo que quiera con ella.

—¿No te importa ni un poco lo que le ocurra? .—Pregunto este.

—No me interesa, me estaría haciendo un trabajo más .—Miré hacía la ventana.

—No tienes corazón, si no piensas ir por ella, pues nosotros iremos .—Respondió este yéndose y dando un portazo. Claro que sabía dónde se encontraba, Alves siempre llevaba a sus rehenes a la Zona Franca. Debía ir solo, sino yo mismo pondría en peligro a Jaiden.

Pude notar como Marcelo y los demás chicos se subían a la camioneta. Una vez que desaparecieron, baje rápidamente saliendo de la finca. Me monté en el Audi dirigiéndome a la Zona. Debía de pensar en algún plan dónde Jaiden no pudiera salir lastimada.

Way Down We Go - Cristiano RonaldoWhere stories live. Discover now