2 •Sin Opción•

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PDV:Jaiden:
Ahora ¿cómo podría ayudar a Iker a resolver este lío?. No tengo ningún tipo de idea en mente y esto me cabrea. Y no es hora de culparle pero ya estoy harta de esto. No puedo conmigo misma, ¿cuál es el motivo de Iker en relacionarse con este tipo de gente peligrosa?. ¿Por qué mi hermano le ha pedido dinero?. Nose que mierda hacer.

El moreno no despega la vista de mí y aquello me inquieta más, debería dejarme libre. Iker se fue y no volverá o eso fue lo que decía la carta. Su ida no tendría retorno.

—Creo que es hora de irme .—Me dirijo a la puerta y el afro se interpone en mi camino bloqueando la puerta—. Déjame ir .—Fruncí mi ceño.

—Tú no te irás a ningún lado .—Dirijo mi vista al idiota y lo fulmino con la mirada.

—No te servirá de nada tenerme aquí .—Me cruzo de brazos—. Ya te divertiste, asume que Iker no volverá y yo aquí no sirvo de nada.

—Me servirás mucho aquí .—Se acerca—. No tienes más opciones como para irte de aquí.

—¿Cuál es tu nombre? .—Pregunté.

—No te importa .—Rodé los ojos.

—Debería saber quién es mi secuestrador .—Contesté con obviedad.

—Cristiano, soy Cristiano Dos Santos .—Menciona y me da la espalda—. ¿Y tú?.

—Jaiden .—Contesto.

—Marcelo, sácala de aquí, no quiero seguir viendo a este pequeño engendro .—Entreabrí mi boca y frunciendo mis cejas. ¿Me ha dicho engendro este idiota?—. A su habitación .-Añade.

—Ven, vamos .—Me agarra del brazo levemente y sigo sus pasos hacia la escalera—. ¿Así que eres hermana de Iker? .—Asentí.

—¿Puedo saber que pasó realmente? .—Pregunté.

—Tu hermano, le ha pedido una buena cantidad de dinero a Cristiano y bueno, ya pasó la fecha de plazo para pagar ese dinero .—Contesta.

—¿Cuánto fue la suma? .—Me limito a preguntar.

—Cuatrocientos mil euros .—Al escuchar cierta cantidad casi rodo por las escaleras.

—¿C-Cuatrocientos mil e-euros? .—Apenas pude pronunciar. ¿Por qué Iker habrá pedido esa maldita cantidad—. Bienvenida a mi nueva cárcel .—Digo y Marcelo suelta una pequeña risa.

—Créeme, estarás mejor aquí, que en esa casa .—Asentí.

—¿Debería sentirme afortunada por ese comentario? .—Elevo una ceja.

—Yo creo que si... .—Rodé los ojos.

•••

Ya en mi habitación, me encaminé a la ventana y apoyo una mano en el vidrio, hace menos de una hora había comenzado a llover y el cielo estaba realmente feo. Las nubes estaban más oscuras de lo normal y las gotas caían sin rumbo alguno con ligera fuerza.

La puerta se abre mostrando a Cristiano. Este se acerca y sus ojos me desafiaban. Enfrento a su mirada y ninguno de los dos al parecer quería perder la batalla.

—¿Qué quieres? .—Pregunté.

—No sabes en el estorbo que te vas a transformar para mí .—Rodé los ojos.

—Nadie te obligó a dejarme aquí, déjame ir .—Digo.

—No, no tienes más opción que quedarte, gracias a tu hermano .—Volteo mi rostro nuevamente a la ventana y miro las gotas que se deslizaban en la ventana.

—En media hora más, bajarás a cenar .—Me avisa en tono autoritario.

—No tengo hambre .—Contesté.

Way Down We Go - Cristiano RonaldoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora